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Alemania y la influencia de Pep

El entrenador germano ha adoptado la filosofía de Guardiola y hoy está en el dilema de apostar por ella o seguir el tradicional estilo alemán.

Botón Mundial Brasil 2014

En la mente de Joachim Löw persiste el debate sobre cuál es la estrategia más adecuada para que Alemania enfrente a Brasil en las semifinales del Mundial y poder llegar a la final del torneo 24 años después. La selección teutona domina a la perfección los preceptos del estilo de Guardiola, como la posesión del balón, la rutina de pases y hasta el esquema táctico con Lahm como mediocentro y sin un delantero fijo.

El modelo que inventó el técnico español ahora enjuicia a Löw, sobre todo porque la defensa sigue siendo una zona frágil y, al parecer, el experimento de poner al capitán de la selección como mediocampista no rinde los mismos resultados que en Múnich.

Löw mostró su admiración por Guardiola desde el inicio de la temporada pasada. A dos días del debut del club bávaro en la Bundesliga ambos entrenadores conversaron sobre el estado físico de los jugadores alemanes del Bayern que podrían jugar con su selección en un partido amistoso próximo. En Brasil 2014 son siete los futbolistas del campeón alemán inscritos para el torneo y en el cuadro titular destacan Neuer, Lahm, Boateng, Kroos y Müller.

Asombrado por las adecuaciones que realizó Pep con su equipo, Joachim decidió implementarlas para la selección. En el mundial brasileño Alemania es el equipo con mayor tiempo en posesión del balón, con un promedio de 59.2% de efectividad. El control del balón, describe Guardiola, es el objetivo principal de su estrategia, por eso no es raro que Bayern alcanzara una media de 67% de posesión en sus partidos de la Bundesliga.

Los alemanes son el equipo que más toca el esférico (3,577 pases) y también el más efectivo (82%). En ninguno de los cinco partidos perdió en los tres rubros mencionados; pero Löw decidió llevar más allá su predilección por las innovaciones del técnico del Bayern. El capitán de la selección teutona jugó los primeros cuatro partidos del Mundial brasileño como mediocentro, cuando en ningún partido de la eliminatoria apareció en esa posición. Con su equipo, Lahm jugó 18 partidos como mediocampista.

También desapareció la posición de centro delantero, ya que Joachim decidió apostar por el llamado falso 9, que implantó Guardiola en Barcelona, con jugadores que así lo hacen con Bayern, como Müller y Gotze. Fue hasta el partido ante Francia en los cuartos de final que Löw decidió regresar a Phillipp de lateral y Miroslav Klose jugó como centro delantero.

El partido ante los galos registró los índices más bajos en posesión de balón (50%), efectividad del pase (73%) y pases totales (517) para los alemanes. Él (Lahm) sólo volverá de nuevo a la defensa si tenemos un problema en la lateral derecha , advirtió el timonel.

Fue ante Argelia donde comenzaron a sobresalir los problemas en la zaga. Fueron un total de 25 ataques peligrosos de los africanos que, sobre todo al contragolpe, exigieron a Manuel Neuer, y éste tuvo que salir hasta en cinco ocasiones para cortar los pases largos de los argelinos. En el portero alemán destacaron las virtudes para jugar con los pies (75% de efectividad en el pase) y sus recorridos que hicieron revivir el concepto de líbero.

Löw se enfrenta al partido más importante de Alemania en los últimos 24 años, ya que de ganar regresarían a una final de copa del mundo; el dilema, no obstante, es decidirse por el estilo que lo lleve al triunfo. La duda ronda por la cabeza de Joachim: optar por el estilo que lo cautivó o decantarse por la tradición germana, que dicta la fuerza como bandera.

eduardo.hernandez@eleconomista.mx

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