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“Amo la lucha grecorromana, pero no se puede vivir de ella”

En entrevista con El Economista, El pugilista reconoció que su deporte ha sido una enseñanza al respeto del esfuerzo mutuo, pero no genera un sustento a futuro.

Brandon Disair Díaz Ramírez se encontraba sentado en las gradas. No podía con el dolor de cabeza, ni con el cuello. “Sentí como si me fuera a morir”. Justo en esos momentos, su entrenador llegó para felicitarlo por el buen combate que realizó contra su oponente iraní, quien en ese momento era el campeón mundial y ganó por un solo punto, con un marcador de 3-2 en la primera ronda del campeonato mundial de lucha grecorromana de Bulgaria.

Brandon cuenta que en esos momentos el dolor era muy intenso, aunque tuvo tiempo de observar a lo lejos y su oponente se encontraba en la misma situación, sentado en las gradas con gente de su equipo colocándole hielo y en un evidente mal estado.

“Después de ese día que nos rompimos la cara bien duro, nos ganamos nuestro respeto y empezamos a llevarnos muy bien. Valoras el esfuerzo que hizo en la pelea y él valora el tuyo. Las amistades que haces en este deporte se terminan volviendo como tus hermanos porque sabemos el trabajo que implica. Tengo amigos en varias partes del mundo”, aseguró.

La relación con otros peleadores se fortalece al convivir constantemente en distintos eventos, que involucran platicar y desarrollar una amistad en el comedor principal o en las distintas áreas de convivencia, además de constantemente intercambiar souvenirs de las delegaciones como pines, banderines, etcétera.

El atleta que representará a México en los Juegos Panamericanos comenzó en la lucha a los 10 años, entrenando con amigos porque significaba una manera de viajar con ellos con la excusa de hacer deporte. Sin embargo, fue en el 2007 cuando decidió dedicarse a la lucha olímpica de manera profesional.

Una final de una olimpiada nacional le dejó huella de cómo presentan a los peleadores y a sus entrenadores y ver el estadio lleno le hizo pensar: “El siguiente año quiero estar aquí”.

Y justo 12 meses después lo logró, a pesar de perder la final. Se sintió orgulloso de concretar su deseo y esa experiencia involucró “enamorarse de la lucha”.

Brandon es de Río Grande, Zacatecas, y como muchos atletas en este país solventó los gastos de su incursión en este deporte con el apoyo de sus padres. Después, al desarrollarse como profesional, comenzaron los financiamientos estatales y federales.

El equipo para lucha olímpica no significa una gran inversión, aunque involucra muchos viajes a distintos torneos, por lo que el gasto depende de la cantidad de eventos programados en el calendario de cada peleador.

Brandon estima que ha realizado una inversión de entre 80,000 y 100,000 pesos al semestre.

“Amo mi deporte, pero la situación en México hace muy difícil poder vivir de él”, expresó el pugilista. Por ello, siempre ha considerado de suma importancia estudiar a la par de mantener su carrera profesional. A sus 26 años, cuenta con dos licenciaturas: educación física y administración de empresas, y actualmente estudia una maestría en administración de empresas. Porque a pesar de nunca quererse alejar del deporte es consciente de que tendrá que ejercer alguna profesión para solventar sus gastos.

Brandon cuenta con un amplio palmarés. Dentro de sus principales triunfos se encuentran: primer lugar en Panamericanos del 2010 y 2013; plata en Panamericanos del 2012 y 2015; y bronce en los Panamericanos del 2009, 2011 y 2014. Fue campeón de la Copa Brasil 2015, bronce en los Juegos Centroamericanos 2014 y cuenta con dos campeonatos nacionales en 2009 y 2018. Además, pertenece desde hace 10 años a la selección nacional de la disciplina.

En los Juegos Panamericanos de Lima 2019 busca su novena medalla en la competencia donde comenzará su participación el próximo 7 de agosto.

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