Boy, el costo de la furia ?y la pasión

Tomás Boy se sentó en la sala de conferencias del estadio Morelos la noche del viernes 12 de agosto del 2011 como a eso de las 10:15 de la noche y empezó a aceptar, casi sin que nadie le preguntara, que su equipo había jugado mal, que se había desconcentrado, que fallaron opciones de gol. Era la segunda derrota seguida y con tranquilidad relataba que su equipo no lo había hecho bien. De repente se escuchó: Eres un pendejo . El entrenador guardó silencio, interrumpió su respuesta y dijo: Ni modo, hay que aguantar vara ; continuó y a los pocos minutos llegó otro grito: Tomás, chingas a tu madre ... Sólo hizo una mueca con la boca, levantó las cejas y continuó hablando.

El técnico mexicano es capaz de controlarse y soportar insultos a su madre, de quien la historiadora Alicia Padierna dice que ellas tienen un lugar sagrado, inmaculado, santo para los mexicanos, pero lo que no fue capaz de resistir es que alguien le haya insultado su estilo de juego, al menos de eso habló Luis Carlos Velázquez, quien demandó al entrenador por golpearlo en el rostro tras un crítica que le hizo a su estilo.

Le grité: ‘qué cagón eres’, porque no me gusta la forma en que plantea los partidos. Como fiera se me vino y me dio un puñetazo que me desconcertó, lo detuvieron porque quería tirar más puñetazos , dijo el aficionado a una televisora local. Ayer, la Comisión Disciplinaria de la FMF abrió una investigación al respecto que podría parar en una sanción de 12 partidos como máximo.

Tomás Boy es entrenador del Atlas, es el estratega con más suspensiones en los últimos 30 años del futbol mexicano y probablemente el más indisciplinado con declaraciones hacía otros actores de profesión. Nadie ha recibido tantas tarjetas rojas como él (los registros de la Liga MX le contabilizan 22) además, junto con las sanciones administrativas y económicas que ha recibido por insultar le ha costado a él o a sus directivas aproximadamente 850,000 pesos.

El estratega asegura que su carácter explosivo es herencia de su padre y algunos podrán atribuírselo también a que es Cáncer, signo que se destaca por su carácter temperamental y pasional, así como lo eran el emperador Julio César y la princesa Lady Di; tan furioso como Mike Tyson o tan fuerte como Lionel Messi, que es capaz de con una mirada decidir que él no saldrá de cambio como el fin de semana pasado.

Como futbolista fue una estrella nacional y disputó el Mundial de México 1986, pero como técnico -con una trayectoria de 26 años desde que tuvo su primer experiencia con el San José en Estados Unidos- apenas en cuatro instituciones llegó a un club para iniciar un proyecto, en casi todos los sitios donde ha dirigido tomó el cargo por relevo y en algunos casos continuó porque había convencido con resultados, pero no porque fuera la primera opción desde un principio. Morelia, Monterrey, Puebla y Atlas son los que decidieron iniciar, como prioridad, proyectos con él.

Es muy especial, pero es una gran persona. Yo le debo todo a él , dice Carlos Bustos, quien fuera recientemente entrenador de Chivas sobre lo que significa Tomás en su carrera, trabajó como su auxiliar en sus etapas con Monarcas. También Isaac Terrazas, quien estuvo a sus órdenes como jugador, relata que es un tipo que se preocupa por tus problemas más allá de la cancha .

Un líder y un tipo muy parecido a él, Carlos Miloc, lo defendió en el 2011. Se molesta cuando no consigue el triunfo. Ojalá no cambie nunca, porque entonces dejará de ser Tomás Boy . Y uno de sus jugadores actuales, Alfonso González, reconoció que tiene una forma un poco especial... pero hay que aprender de todo, nos hace sentir en confianza, con más libertad , dijo hace ocho meses y hoy bajo su mandato el juvenil llegó a la selección mayor.

Pero otros más le rechazan por lo que ha dicho de ellos. Llamó al seleccionador nacional Miguel Herrera ingenuo ; declaró que le gustaría enfrentarse a Guardiola y Mourinho para quitarles lo mamones ; calificó de desquiciado a Jesús Corona tras el cabezazo que le propino al preparador físico de Morelia en un duelo ante Cruz Azul; opina que Oswaldo Sánchez es miserable y nunca fue un gran líder . Hace un año consideró que Omar Asad era un vividor , agradeció que Marco Rodríguez se retirará del arbitraje, aunque dijo sobre su carrera como entrenador que era una barbaridad .

Tomás es catalogado por quienes lo vieron jugar como uno de los mejores mediocampistas que ha dado México, pero vivió en la era que el mundo reconocía a Hugo Sánchez. Pese a no ser siempre prioridad para ser el dirigente de un proyecto, ha calificado a clubes de manera inesperada a la Liguilla, como a Veracruz en la 95-96. Todavía no tiene un título de liga y lo más cerca -al menos de manera casi oficial- de dirigir a un equipo grande fue cuando la cadena ESPN dio a conocer hace unos meses que sería entrenador de la selección nacional y ese sitio fue para Miguel Herrera. Pese a todo eso, Tomás siempre ha pensado en voz alta con autoestima. No estoy obsesionado con un título, porque sé lo que valgo como hombre , dijo hace unos años sobre la carencia de un campeonato.

Tomás es un tipo pasional que carece de fama. Hace unos meses, en la Zona Rosa de la ciudad de México bajó de un auto que no era último modelo en la calle de Hamburgo. Nadie le reconoció, ni le pidió autógrafo, ni hicieron mayor aspaviento. Así pasa con él.

ivan.perez@eleconomista.mx