CU vuelve a ser una aduana peligrosa

Eduardo Herrera apareció sonriente en la pantalla gigante del estadio Olímpico Universitario, portando una playera con el número 3,000 en el dorsal, misma que se llevó a casa como un gran recuerdo, luego de asegurar su nombre en la historia de Pumas al marcar dicho tanto desde que el cuadro de la UNAM juega en la Primera División. Ayer, con un gran primer tiempo a nivel colectivo y con un doblete de Lalo, el cuadro capitalino se impuso 3-0 a Veracruz, resultado que lo catapultó al primer sitio de la tabla general con 18 puntos.

La fiesta en CU comenzó a unos instantes del cuarto de hora, con una de tantas jugadas que dejaron más que claro el trabajo de Memo Vázquez en la semana, mismo que ha dado frutos con una ofensiva que juega vertical, con explosividad y que ya se entiende con los ojos cerrados.

Al 14, Fidel Martínez recibió una pelota por sector izquierdo para luego hacer un par de fintas y mandar servicio para Herrera, quien tras ganar las espaldas a los zagueros centrales remató de primera intención para festejar su primer tanto de la tarde, mismo que le valió para llevarse a casa la casaca conmemorativa que le fue entregada al medio tiempo.

Fue en el segundo gol del compromiso cuando aparecieron los socios de Herrera en ataque. Primero Ismael Sosa decidió de manera correcta levantar la cara y servir un balón hacia el centro, sitio en donde apareció Matías Britos, delantero que con decisión prendió con la zurda la pelota que terminó ingresando por el ángulo de la meta de Tiburones.

Al 39, en un contraataque que comandó Sosa, quien no pudo coronar su buena actuación con una anotación, Edgar Melitón, portero visitante, derribó al delantero de Pumas, provocando un penal que ejecutó de buena manera Eduardo Herrera para sentenciar el duelo y festejar su segunda diana ante los veracruzanos.

En el segundo tiempo, ya con el partido decidido, los universitarios bajaron el ritmo e inquietaron menos a la defensa jarocha, que vio cómo Sosa los perdonaba tras quitarse a Melitón y disparar, ya sin ángulo, apenas desviado.

Del otro lado, una acción en la que Darío Verón se barrió para evitar el disparo de Julio Furch, y un cabezazo que desvió el guardameta Saldívar, fue lo más relevante de los dirigidos por Carlos Reinoso, estratega que se fue muy molesto tras el descalabro.

Al final, cuando el juez central decretó que el juego había concluido, todo el estadio festejó el 3-0 que dejó a Pumas cono el mejor equipo del Apertura 2015, atento a cada paso que daba Lalo Herrera hacia el vestuario, con la casaca que llevaba el 3,000 en el dorsal impreso bien agarrada, mientras sonriendo se fue perdiendo en las escaleras que lo llevaron a la intimidad del club universitario.