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Campo Hermoso brilló en La México
El ganadero Pablo Suárez Gerard fue llamado a saludar en el tercio al
término de un festejo que se caracterizó por el buen juego de los novillos y la
disposición de los alternantes.
La primera novillada sin picadores de la Temporada Chica en la plaza México tuvo como triunfador sin trofeo, al criador de toros Pablo Suárez, quien fue llamado al ruedo donde el público le rindió una cerrada ovación, y es que los chavales, a pesar de su voluntad y ganas, no pudieron redondear sus respectivas labores y se fueron de vacío en una tarde con muy poca asistencia en la Monumental.
Abrió plaza Isaac Fonseca ante Baratero, al que recibió a la verónica y replicó un quite por chicuelinas de José María Mendoza con saltilleras. Mostró temple y mando en su faena de muleta, las tandas por ambos lados no lo libraron de sufrir dos achuchones que le dejaron la taleguilla hecha jirones, pero eso no le importó al joven michoacano y tras una serie de bernardinas mató de entera y tres golpes de descabello para saludar en el tercio tras un aviso.
Con el cuarto de nombre Tortolito, se enredó en otro duelo de quites con Mendoza para luego torear por el lado derecho y sacar recursos pues el novillo le derrotaba buscándole la cara de manera peligrosa; intentó por el lado natural y la faena se le fue a menos, por lo que abrevió poniéndose pesado con la espada y escuchó dos avisos.
Por su parte, José María Mendoza inició con lances a la verónica y zapopinas ante Bandolero, al que a base de valor y voluntad logró endilgarle pases por el lado derecho y dos tandas de naturales muy templadas para matar de entera en buen sitio y ser ovacionado al término de su labor.
Ante el quinto, de nombre Cachucho y que fue el menos potable de la novillada, el joven capitalino tuvo duelo de quites con Andrés Origel y en la faena de muleta se le vio maduro e insistente para conseguir pases de gran calado para coronar su trasteo de una gran estocada para ser ovacionado.
En cuanto al debutante Andrés Origel, acusó su verdor ante Lucero, pero destacó una buena tanda por el lado natural, sin embargo, extendió su faena y le sonaron un aviso antes de tirarse a matar; aun así y a pesar de no haber aprovechado las buenas condiciones de su enemigo, un grupo de seguidores lo invitó a saludar en el tercio y ellos mismos le aplaudieron.
Con el sexto, de nombre Marismeño protagonizó un duelo de quites con Fonseca, logró hilvanar una serie por el lado derecho y una dosantina de buena ejecución, pero estuvo errático con el acero y todo quedó en palmas de sus seguidores.