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Cecilio le hace mucho bien al América

En el futbol no hay indispensables, pero en la cancha de CU, Cecilio Domínguez puso a pensar a más de uno sobre esa postura tras el partido que dio en la victoria en América-Pumas.

Se dice que en el futbol no hay jugadores indispensables, pero al menos en la cancha de Ciudad Universitaria, Cecilio Domínguez debió poner a pensar a más de uno sobre esa postura tras el partido que dio en la victoria (3-2) de América ante Pumas. Tras salir lesionado ante Puebla en la jornada seis, a su equipo le faltó chispa, cambio de ritmo y habilidad, carencia que le impidió a Ricardo La Volpe encontrar a un elemento que pudiera desequilibrar, situación que lo llevó a ganar apenas uno de tres compromisos.

Pero La Volpe y compañía pudieron sonreír, recuperar algo de equilibrio, que también se vio mermado por la lesión de Renato Ibarra y que ayudó a las Águilas, en la persona de Cecilio, quien pegado a la banda fue un dolor de cabeza constante para la zaga universitaria, que no encontró la fórmula para evitar que desbordara y acarreara pelotas, al grado de mirarlo dejarlos con las manos vacías en los últimos minutos del compromiso.

Cecilio como el dominador ?del partido

La estrategia por parte de los jugadores azulcrema se percibía clara en las gradas de CU. Levantar la pelota y habilitar a su elemento más hábil. De esa forma, se vieron muchos cambios de juego de derecha a izquierda, zona en la que el futbolista paraguayo recibía sobre la línea de banda, ganando los mano a mano con Van Ranking y los universitarios que bajaban a hacerle el dos contra uno. Si bien no había podido manifestarse en el marcador, el desgaste sobre sus rivales ya estaba hecho.

Fue luego del 1-0 que había conseguido Silvio Romero al 32 con un riflazo a primer poste, que Domínguez pesó de forma más específica en el marcador, aun sin tocar la pelota. Luego de un desborde de Osmar Mares, Cecilio jaló la marca hacia su costado izquierdo, abriendo espacio para que Osmar habilitara a Oribe, delantero que con calma se quitó al guardameta y ponía a Pumas contra las cuerdas.

Para el segundo tiempo, cuando parecía que se le venía la noche a su equipo, luego de que Nicolás Castillo pusiera el 2-2 con un frentazo y un disparo cruzado que se le escurrió a Marchesín, Domínguez, con todo el desgaste encima, luego de 82 minutos corriendo con el sol a plomo, se convirtió en el héroe de su equipo, como lo hizo ante Veracruz, cuando con su gol América sumó tres puntos.

Fue a ocho minutos de que se cumpliera el tiempo reglamentario que el 10 americanista recibió una pelota que peleó William da Silva, en un contragolpe, luego de una opción a balón parado que los universitarios desperdiciaron. Una vez que Ceci recibió el esférico, el cambio de ritmo, su conducción pulcra y gambeta le permitieron llegar al área, sitio en el que con calma definió ante la salida del arquero y anotó el tercero para el América.

De la mano de Domínguez, La Volpe y sus Águilas vencieron a Pumas, en gran parte por la habilidad del paraguayo, que se ha convertido en un talismán, permitiendo que los azulcrema festejen victorias en todos los duelos en los que ha anotado.

carlos.herrera@eleconomista.mx

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