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Chivas, en controversia por sus principios de nacionalidad

Santiago Ormeño y su compromiso con la Selección de Perú abre el debate sobre la mecánica de fichajes del club, que no se ha levantado de los malos resultados.
 

Foto: Especial

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Chivas no tiene el mejor inicio de temporada durante el Apertura 2022. En sus primeros cuatro partidos no logró ni siquiera una victoria y solo sumó un gol a su favor; además, en pretemporada, perdió al que estaba previsto para ser su delantero estrella, José Juan Macías, y en su lugar contrató a Santiago Ormeño, quien ha recibido una gran cantidad de críticas por representar a la selección nacional de Perú aunque sea mexicano de nacimiento.

El equipo de Guadalajara enfrenta dos crisis: la escasez de buenos resultados dentro de la cancha y la mala percepción de algunos sectores de aficionados, que incluso han renunciado a su amor al club por considerar que se están rompiendo las tradiciones al permitir que un futbolista de otra selección nacional sea parte de su plantilla.

“Es un bandazo meramente emocional de los aficionados porque al ver a Ormeño con la playera de Perú y luego que vaya a jugar con Guadalajara es donde esto choca. Los aficionados están en esa idea de verlo con Perú, esa es la imagen que tiene la afición de Ormeño, por eso dicen que ya no van a seguir al equipo. Al final, los jugadores son modelos a seguir y es ahí donde ya no cuadra la idea del fan de Guadalajara”, menciona Carlos Triujeque Mora, analista deportivo con especialidad en Sports Marketing y Branding, así como consultor de Relaciones Públicas dentro del deporte.

Chivas se caracteriza por ser el único club del futbol mexicano que juega con mexicanos, ya sea de nacimiento o porque sus padres cuentan con la nacionalidad, como es el caso de los actuales integrantes de la plantilla, Miguel Ángel Ponce e Isaac Brizuela, quienes nacieron en Estados Unidos pero son de ascendencia mexicana.

De acuerdo con el artículo 30 de la Constitución Política de México, la nacionalidad se adquiere por dos vías: de nacimiento o por naturalización, aunque en Chivas solo es válida la primera, ya que casos como el de Rogelio Funes Mori, nacido en Argentina y nacionalizado (incluso convocado a la selección mexicana), no tienen cabida dentro de su plantilla.

Sin embargo, en 2012 el entonces propietario del club, Jorge Vergara, agregó una regla: aceptar a jugadores que además de ser mexicanos por nacimiento o por sus padres también decidieran representar exclusivamente a selecciones nacionales de México. Pero a partir de 2022 esa regla se modificó y por eso hoy son permitidos elementos como Ormeño o Leslie Ramírez, mediocampista de la rama femenil que juega para la selección de Guatemala.

¿Qué debería hacer Guadalajara para mermar esa percepción negativa tras el caso Ormeño?

“Tiene que mantenerse sobre su línea, que Ormeño sea, incluso, la imagen del club, tienen que explotarlo como un mexicano más, ahí radica la clave, que la comunicación de Guadalajara sea tan firme para poco a poco ir educando a los aficionados de que Ormeño es un mexicano más. El club tiene mucho que trabajar sobre este tenor y lo pueden hacer, tienen todos los elementos, puede ser la imagen del club, aparecer con marcas, con la nueva playera o tener convivencia con los aficionados. Entre más se acerque el club al fan más fácil va a ser convencerlos de que Ormeño es un mexicano más”.

El especialista recalca que Chivas es una marca emocional “única” dentro de la industria deportiva de México y que por ello también se ha posicionado como líder. Cuenta con 40 millones de aficionados físicos y una comunidad de más de 13 millones de seguidores digitales tan solo en sus cuentas oficiales de Instagram, Facebook y Twitter. Solamente el Club América los supera en esos rubros, por ello ambos equipos son las “marcas emocionales” líderes de la Liga MX.

Para Triujeque Mora, la apertura de Chivas a jugadores de otras selecciones no es una cuestión de conveniencia, pero sí necesita de una comunicación más precisa con sus aficionados para evitar que estos se vuelquen en su contra o decidan separarse del club, lo cual representaría bajas significativas en posicionamiento, venta de taquilla y productos oficiales.

“Guadalajara no cambia sus estatutos a conveniencia, hay una base y sustento que dice que son mexicanos, más bien aquí hay una confusión (…) Al ser una marca top, le ha faltado ese manejo de comunicación, de expresarse correctamente; a la afición lo que le importa son los resultados pero también hemos visto butacas vacías en su estadio, Chivas no ha sido capaz de enamorar a sus aficionados y una cosa va de la mano con la otra: no puede haber club sin afición y no puede haber afición sin resultados”.

A pesar de ser el segundo equipo más ganador de la Liga MX con 12 estrellas, solo una menos que el América, Chivas no es un equipo constante en cuanto a resultados deportivos exitosos: su último título fue en 2017 y antes de ello solo lo había logrado en 2006 y en 1997, por lo que su margen de triunfos suele durar una década o más. Es por ello que la comunicación institucional debe girar más allá de lo que se logra sobre la cancha.

“A Chivas le falta dejar un poco de lado los resultados, acercarse de manera emocional con el fan, hay muchas formas como convivencia, dinámicas a través de sus redes sociales, es de los equipos más seguidos en el país, entonces quién se va a negar a convivir con futbolistas como Isaac Brizuela o Alexis Vega. Les hace falta ser más interactivos con la gente, en cuanto a relaciones públicas y su comunicación solo sacan los comunicados, no hay más, les falta cercanía con todos: medios, fans y empezando por los medios digitales sería lo ideal”.

Los dos argumentos clave del equipo se dividen en ser uno de los más ganadores de la historia del futbol mexicano y el contar con una base de futbolistas nacionales. Estos son activos que aún pueden explotarse desde la parte de comunicación y marketing, pero que por el momento no son bien aprovechados y se hunden todavía más por los bajos resultados deportivos, explica el especialista.

“Es de los clubes más ganadores, pero no ha sabido comunicar eso. Actualmente se jactan de ser de los equipos con más títulos en el futbol mexicano y que solo juegan con mexicanos, entonces, su comunicación ya no es innovadora, le falta creatividad, empatía y exaltar que si bien hoy no están en su mejor momento deportivo, pensar cómo hacer que su comunicación se vea como que no están tan mal”.

En la última década, la etapa más exitosa de Chivas fue al mando del entrenador argentino Matías Almeyda, cuando arrasaron entre 2016 y 2018 con los títulos de la Liga MX, Copa MX, Concachampions y una Supercopa MX, lo que también les permitió mayor visibilidad al llegar al Mundial de Clubes 2018. Desde entonces, su mejor posición fueron unas semifinales en el torneo Guardianes 2020, que perdieron ante León.

 

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