Chivas y Atlas, ¿olvidaron que esto es de goles?

Chivas y Atlas dejaron mucho qué desear. El clásico tapatío que en el papel lucía para ser el duelo más atractivo en los cuartos de final, tras 90 minutos de escaso futbol, terminó por registrar un 0-0 en el marcador, que deja todo en el aire para el compromiso de vuelta del próximo domingo en la cancha del Jalisco.

El de anoche fue un clásico muy trabado, con Atlas decidido a no dejar jugar a su odiado rival que estaba obligado a ganar al actuar en casa, y con unas Chivas que se adueñaron de la posesión de la pelota sin poder reflejarlo con jugadas de peligro. Un gol anulado a Marco Fabián en una acción muy apretada, y una acción del mismo jugador ante Federico Vilar, que terminó por ganar el guardameta, fueron las cosas mas importantes que reportar en la primera etapa.

Fuera de eso, antes del descanso, una fuerte barrida de Jair Pereira, con las dos piernas sobre Rodrigo Millar, que fue sancionada con tarjeta amarilla cuando pudo ser expulsión, fue lo único que provocó algún tipo de emoción en las gradas.

Para el segundo tiempo las cosas no cambiaron, Guadalajara se supo obligado y dominó las acciones sin poder inquietar demasiado al guardameta, y Atlas, que careció de futbol e intenciones para llevarse la victoria, mantuvo su postura de estar bien agrupado atrás e intentar encontrar algo en un contra ataque o en una pelota parada, siendo la segunda vía la que les dejó su única oportunidad, con un cabezazo de Juan Carlos Valenzuela que pasó cerca.

Del otro lado, un disparo de Fabián tras el cobro de una falta que terminó por pasar muy cerca del poste, y un remate del Chatón Enríquez que atajó Vilar, fueron las oportunidades más cercanas al gol de Guadalajara, único club que demostró ganas de llevarse la ventaja a la vuelta, aunque al final no encontró argumentos para lograr manifestar en el marcador su dominio. Ahora todo queda en el aire para el próximo domingo en la cancha del Jalisco.

Gallos dio voltereta agónica

Víctor Manuel Vucetich se fundió en un abrazo con Sergio Lugo, su auxiliar, sonriente, festejando la recompensa que obtuvo su equipo a nunca bajar los brazos, a intentar proponer el partido ante unos Tiburones que jugaron a cuentagotas al contra ataque, y que al 91 pagaron caro su poca ambición. Gallos Blancos vino de atrás y con el 2-1 final dio vuelta a un compromiso en el que no sólo tuvo que reponerse a la desventaja de un gol, sino a dos decisiones del cuerpo arbitral que dejó de marcar dos penales en su favor.

Anoche fue Gallos Blancos el que mostró mayor futbol y ganas de sacar ventaja en su cancha. Incluso antes de que Juan Albín abriera el marcador al 28 con un lance de palomita, los locales ya habían avisado con un disparo bombeado de Danilinho que el travesaño impidió se colara a las redes. Para fortuna de Vucetich y su cuerpo técnico, el descanso llegó con el 1-1 parcial, luego de un riflazo que sacó William da Silva que ingresó al fondo del arco pegado al palo.

Fue hasta el segundo tiempo, de manera agónica, cuando el club queretano logró cosechar todos sus esfuerzos, ya sin Ronaldinho en la cancha, quien dio un gran partido, botándose, orquestando los avances, siendo un líder e inexplicablemente yéndose al banco de suplentes al 68, en un ajuste que nadie entendió.

La victoria se gestó al 91, con un disparo colocado de Sinha que se impactó en el travesaño, pero que quedó de cómodo para que Yasser Corona marcara con un frentazo con la puerta abierta, consiguiendo una anotación que llenó de ilusión a todo el plantel y a la afición de Gallos Blancos, que tendrá una anotación de ventaja para el duelo definitivo en el puerto el domingo.