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Criterios de control económico, el filtro de clubes de Liga MX
Los lineamientos para clubes de primera división y Liga de Expansión deben demostrar “que no tienen deudas y sus cifras financieras están auditadas”, menciona José Loyola, Director de Control Económico.
Los lineamientos de control económico de la Liga MX y de Expansión quieren acabar con algunos males del pasado en cuanto a la gestión financiera de los clubes que componen ambos circuitos. Cero deudas con jugadores y staff, plan de negocios con viabilidad a tres años, recursos auditados por un tercero independiente, declaración de la procedencia de ingresos y su equilibrio respecto a gastos. Es decir, un ejemplo de modelo financiero para la industria del futbol mexicano.
Se cumple un año desde que cambiaron los lineamientos de control económico, que son una serie de reglas que extraen información de los clubes para saber si cumplen con los requisitos para operar en ambas categorías.
“Entre los grandes cambios, en la Liga de Expansión, los criterios específicos son en relación con la información que deben entregar los clubes. Segundo, la presentación de una carta anual que muestre que no tienen deudas vencidas, exigibles, aunque en caso de préstamos cuenten con un tiempo de pago estipulado. Los clubes de la Expansión deben presentar estados financieros auditados por un tercero, eso nos asegura que los clubes tienen reconocidos el origen y destino de sus recursos necesarios para su administración”, explica a este diario el Director de Control Económico de la Liga MX, José Loyola.
Sin embargo, hay otras cuestiones que dejaron de ser una batalla: los contratos en dólares. En junio de 2020 aún bajo la administración de Enrique Bonilla, la liga señaló que la prestación de servicios se debería gestionar en pesos mexicanos y no en otras monedas, además de que “no habrá dobles contratos con doble jugador o integrante de cuerpo técnico por el mismo servicio. En caso de contar con otros conceptos mediante el cual se otorga otro pago se debe registrar en la FMF”.
La controversia apuntaba a que los altos pagos por fichajes en moneda extranjera ataban a los clubes a largo plazo sin certeza del rendimiento de los jugadores o entrenadores. Como práctica financiera, esto no comulgaba con los principios del Fair Play Financiero en su conocido principio de ‘no gastar más de lo que se ingresa’.
“Es un tema de los equipos si quieren usar otra moneda en sus contratos, lo que señalamos es que tengan un sistema de gestión y administración apropiada, de manera que si hay una situación en los tipos de cambio, lo regule. Es un trato entre el club y jugador, solo pedimos que lo que gasten en plantilla deportiva, lo reporten y tengan un nivel de ingresos acorde a lo que generan y se aseguren de tener los recursos para cumplir con esas obligaciones”, específica Loyola.