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Cruz Azul (casi) garantiza su presencia en la final con goleada
La Máquina fue contundente y derrotó a los de Torreón 3-0. El equipo del norte debe ganar ahora 4-0 el domingo para avanzar, resulta casi imposible.
Después de los partidos de ida, los resultados indican que es más probable una final con un Clásico capitalino que un partido en el norte del país por el título de la Liga MX. El miércoles, América mostró autoridad con el empate 2-2 ante Monterrey. Ayer, Cruz Azul liquidó la serie de 180 minutos en 90, tras golear como visitante 3-0 a Santos. América contra Cruz Azul, un Clásico de final, está más cerca de la lógica. El sábado, en el Estadio Azteca, y el domingo, en el Azul, se conocerá a los dos equipos finalistas.
Ayer, La Máquina inclinó desde el primer instante la semifinal en su favor y salió de Torreón con la victoria 3-0, resultado que dejó prácticamente muerto a Santos, conjunto que tendrá que encontrar un milagro y vencer 4-0 a Los Celestes el domingo si quiere darle la vuelta a la eliminatoria.
Anoche, el equipo capitalino, como casi en toda la campaña, puso un pie en la serie por el título de la mano de Christian Giménez. Muy temprano, El Chaco tomó la pelota, cobró una falta en el sector derecho de la cancha y le metió en el empeine para mandarla al corazón del área, dejando todo puesto para que Gerardo Flores se elevara, solo frente al arquero, y fusilara a Oswaldo Sánchez con un violento frentazo.
El tanto permitió a Guillermo Vázquez, entrenador visitante, sentarse muy pronto en su banca, sabiendo que su equipo tenía todo puesto para manejar el partido.
Ni Pedro Caixinha ni sus futbolistas encontraron la fórmula para meterse al partido y sobreponerse a la anotación tempranera, así como a las ausencias de Juan Pablo Rodríguez y Oribe Peralta, piezas fundamentales.
Fue hasta el segundo lapso, luego de que Pablo Barrera perdonara a Santos, al disparar en lugar de cederle el balón a Christian Giménez, cuando los locales causaron un poco de peligro a Jesús Corona, quien había sido un espectador más en la cancha. Chuy engrandeció su figura al pararse de frente a Darwin Quintero, achicar su área y evitar el gol de los de Torreón.
Y si con dos goles encima parecía una misión casi imposible para que los de Caixinha regresaran en el duelo de vuelta, una desafortunada acción de su zona defensiva los liquidó.
Al 88, en una acción en la que Alejandro Vela presionaba a Oswaldo Sánchez y Rafael Figueroa, una jugada que parecía de rutina, el segundo punteó la pelota, la mandó a su propia portería y dejó totalmente deshecho a su entrenador, que se fue al vestidor sabiendo que sólo un milagro los salva.
rgs