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Cruz Azul dejó vivir a Morelia

Se quedó a minutos de llevarse tres goles de ventaja, pero un error defensivo reavivó la eliminatoria.

Christian Giménez apareció a unos metros del área de Morelia ejecutando unos pases de baile extraños, poco ortodoxos, mientras todo el Estadio Azul explotaba de júbilo, luego del gol del Chaco Giménez, su ídolo, quien marcó el tercer tanto de La Máquina que se impuso 4-2 a Monarcas, club que en el peor momento perdió su primer partido desde que Carlos Bustos llegó a dirigir al equipo, hace 11 duelos.

Y el baile de Christian tenía motivos de sobra para presentarse, y, por supuesto, dos dedicatorias: la primera, para sus seguidores, que prácticamente llenaron el estadio, y, la segunda, para Federico Vilar, arquero del conjunto visitante, con el que tuvo una ríspida noche mientras los cementeros estaban abajo en el marcador gracias al tempranero tanto de Héctor Mancilla, con un frentazo a dos minutos de comenzar las acciones.

Después del tanto michoacano, Vilar hizo tiempo a un metro de Giménez, a quien miraba con una sonrisa socarrona, para luego, más tarde, tras la igualada de Mariano Pavone, quien empujó la pelota a unos pasos de las redes, dejarle un recuerdo cuando el ídolo celeste corría por la pelota para reanudar de inmediato. En esa acción, Federico vio la amonestación.

Fue en el segundo tiempo cuando El Chaco pudo desquitarse del guardameta, ya cuando Cruz Azul estaba arriba en el marcador luego de que Téofilo Gutiérrez recibiera servicio de Alejandro Castro, se quitara a Vilar –quien se regaló en la salida- y disparara a las redes.

Justo a un minuto de la hora de partido, Christian aprovechó un error de Rodolfo Salinas, quien no pudo despejar un servicio de Alejandro Castro, para ingresar al área, levantar la cara y mandar zapatazo cruzado que se incrustó en las redes michoacanas.

Fue en ese instante cuando El Chaco, luego de mirar de reojo a Vilar, quien estaba tendido en el césped, comenzó a hacer convulsionar su cuerpo, intentando bailar algo que sólo él supo, mientras el estadio entero se le entregaba. Minutos después, el 10 cementero estuvo cerca de marcar un doblete pero el travesaño tras disparar de larga distancia se lo impidió. Para él sólo hubo tiempo para que se fuera ovacionado por todo el estadio tras salir de cambio.

Al final, luego de un apagón que duró más de 15 minutos, Mariano Pavone marcó el cuarto para Cruz Azul, mientras que en la agonía del duelo Carlos Ochoa hizo el segundo para los michoacanos, quienes tendrán que ganar el domingo por dos o tres dianas si llegan a encajar una, si no quieren que La Máquina ocupe su lugar en las semifinales.

Santos perdonó a Atlas

Santos no pudo finiquitar la eliminatoria en el juego de ida: disfrutó de al menos seis oportunidades claras de gol, pero los jugadores no pudieron vencer a Miguel Pinto, que al final se levantó como el héroe de Atlas y del partido. El empate a cero deja la oportunidad para los rojinegros de avanzar a semifinales si triunfan o empatan sin goles en el partido de vuelta en el Estadio Jalisco.

La virtud de Atlas fue soportar los embates de Darwin Quintero, Andrés Rentería y Mauro Cejas, delanteros de Santos que mostraron un repertorio de jugadas que incluían disparos, remates de cabeza y duelos frente a frente con el portero visitante. Sin embargo, ante cada jugada de peligro, Pinto se hacía más grande y la portería más pequeña para los delanteros Guerreros.

Primero, Quintero con la puerta vacía, tras quitarse a Pinto, conectó el balón con tanta fuerza que lo mandó a la tribuna; posteriormente, un disparo de Jorge Estrada, a escasos metros de la portería, fue desviado por la mano del portero, que por enésima vez salvó su meta.

rgs

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