Lectura 5:00 min
Cuando el ejercicio forma parte de las personas amputadas se habla de una rehabilitan exitosa
“Nunca imaginé acabar en el deporte adaptado, siempre fui una mujer a la que le inculcaron los deportes, pero todo vino cuando inicié mi proceso de rehabilitación, luego el camino se fue poniendo y yo tomando las oportunidades, llegué al proceso selectivo nacional de básquetbol, en ese momento me di cuenta de lo que había logrado y lo que había recorrido, dejar de pelearme y de ahí en adelante el sueño es de llegar más lejos”, Yao” Díaz, para-atleta en básquetbol adaptado.
El ejercicio es parte fundamental de cualquier ser humano, sin embargo, cuando por alguna razón, ya sea una enfermedad o un trauma, se requieren amputaciones para salvar la vida, es todavía más importante encontrar una forma de regresar a la actividad física. Este no es un proceso fácil, pues toma tiempo asimilar muchos aspectos y conocer la nueva forma de desarrollarse, primero regresar a las actividades básicas, luego ya podemos pensar en la actividad física e incluso llevarlo a un siguiente nivel, tenemos hoy mismo el ejemplo de los paratletas que estarán debutando en estos juegos paralímpicos de París 2024.
De acuerdo con estimaciones de la Academia Nacional de Medicina de México, cada día 75 mexicanos son amputados principalmente debido a accidentes vehiculares, diabetes mal controlada (pie diabético) y anomalías congénitas. Cada año se suman a la lista de amputados más de 25,000 mexicanos, pero de esa cifra únicamente uno de cada diez se rehabilita y sólo el 10% de los rehabilitados saben usar su prótesis.
Esto es un reto para el país, pues el Instituto Nacional de Rehabilitación, asegura que uno de los pilares de la rehabilitación física y emocional es el ejercicio que ayuda a devolver la funcionalidad y movilidad al tiempo de mejorar el equilibrio, la autoconfianza, la fuerza muscular y, por supuesto, resguarda la salud emocional.
De acuerdo con René Govea Hernández, especialista en prótesis y órtesis, y egresado del Instituto Nacional de Rehabilitación, cuando el ejercicio y el deporte forman parte de la vida cotidiana de las personas amputadas, entonces se habla de una rehabilitan exitosa, sin embargo, no es sencillo.
Explica que cuando una persona quiere tener una prótesis debe pasar por una valoración y el usuario tiene cuatro niveles de actividad para determinar qué componentes se van a colocar y puedan desarrollar estos niveles de actividad cotidiana. Una vez con ese conocimiento, se puede pasar a los ejercicios, “es como cualquier persona, para aprender a correr, primero hay que aprender a caminar y en este caso es ir reconociendo músculos nuevos, porque no son los mismos que se usan para las diferentes etapas”.
Asegura que, gracias a la tecnología y la tenacidad de las personas con una amputación, hoy tenemos representantes en los Juegos Paralímpicos. “El cambio ha sido exponencial, vivimos en un tiempo donde todos los días hay cosas nuevas, diseños nuevos, con centros de investigación para que a partir de diferentes tipos de usuarios se les adapten componentes para medir el desarrollo. De unos 20 años para acá podemos encontrar una diversidad de materiales y agarres para poder integrar la prótesis a muchas personas que gustan de hacer ejercicio y mantenerse activo”.
El Running Clinic 2024
Hace apenas unos días se llevó a cabo el programa Running Clinic, de la empresa Ottobok , lo que se busca es ver las capacidades físicas, mentales y protésicas de un grupo de atletas, luego entrenarlos, para que en un campamento de solo unos días, vuelvan a correr y hacer ejercicio de diferentes formas.
Yaotzaneth “Yao” Díaz, para-atleta en básquetbol adaptado, seleccionada nacional mexicana para los Juegos Centroamericanos Guatemala 2018, Juegos Parapanamericanos Lima 2019 y coautora del libro Mujeres Dreams Boss, Mujeres Amputadas, fue una de las asistentes a este espacio, ella comparte a El Economista que nunca había tenido la oportunidad de probar una prótesis 100% deportiva, “aunque soy usuaria de protesis transtibial, que es abajo de rodilla, y soy una persona muy activa, pues práctico básquetbol sobre silla de ruedas y también llegué a trotar con un pie semi deportivo, nunca me imaginé el grado de libertad que es una prótesis deportiva”.
Cuenta que cuando le hicieron la instalación, lo primero que experimentó fue equilibrio. “El apoyo es totalmente diferente, un pie deportivo es un espacio pequeño, la sensación es como andar en puntas y el pie protésico deportivo tiene mucha respuesta, es muy ligero y a la vez cuenta con mucho apoyo, por eso cuando pisas sientes incluso que te empuja”.
Asegura que fue algo maravilloso, “yo llevaba muchos años sin experimentar la sensación de lo que significa correr, la velocidad, la energía y movilizar todo mi cuerpo, para mí fue una experiencia enriquecedora y ver cómo mi cuerpo recuperaba el movimiento”.
Explica que, si ella no hubiera tenido ya todo un proceso, si no fuera una persona muy activa y con condición física, esta experiencia le hubiera costado mucho trabajo, pero está muy contenta de haberlo experimentado y le encantaría que más personas lo puedan vivir, pues está consciente del rezago que se vive en el país.
Desde el momento de la amputación de Yao, hasta el uso de una prótesis deportiva, pasaron 14 años, “desde entonces no había experimentado la sensación de correr”.
“Yo entiendo lo que es el miedo, la duda y la incertidumbre cuando viene una discapacidad adquirida, específicamente una amputación, socialmente no estamos preparados y no se nos ha enseñado sobre la discapacidad, le tenemos miedo al futuro y eso es normal, sin embargo, es importante informarnos con las fuentes correctas, con los profesionales correctos, fisioterapeutas, protesistas, ortopedistas, cirujanos, ortesistas, todos ellos más la presencia de especialistas en salud mental y la tecnología, es lo que nos ayudan en un momento de incertidumbre para aprender a hacer las cosas solo de diferente manera” por ello invita a todas las personas que están pasando por esta situación a buscar el deporte como una verdadera opción a la rehabilitación exitosa.