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¿De qué es culpable Ana Gabriela Guevara, la Conade y la burocracia?
Las fallas en la gestión de la ex atleta genera dudas sobre la capacidad de su equipo de trabajo. Las reducciones al presupuesto de Conade, la carencia de un proyecto integral y de largo plazo, tiene al deporte nacional en una constante crisis.
Han pasado cerca de ocho meses desde que Ana Gabriela Guevara tomó oficialmente la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) y su administración se ha visto hasta el momento inmersa en la urgencia de dar resultados y una serie de polémicas, denuncias y debates que cuestionan su administración.
La prisa de conseguir recursos en el inicio de su era tienen varias explicación: falta de participación activa para la elaboración del presupuesto de este año, escasa planificación, subejercicio de los recursos, contratación de personal de quien se duda sus capacidades.
¿De qué es responsable Ana Guevara, de qué la Conade y de qué la burocracia?
El Economista presenta en este reportaje los pasos que ha dado Guevara en su carrera política hasta llegar a la institución encargada de encabezar el deporte en este país y la realidad de la actual política pública en el deporte que no se traduce en desarrollo, con base en el análisis de especialistas .
El peor presupuesto desde 2008 y fallas en distribución
La Conade tiene un presupuesto para operar este año de 1,649 millones de pesos, es decir, uno de los más bajos en 11 años.
La última ocasión que recibió menos fue en el año 2008 (1,547 millones), cuando Carlos Hermosillo era el titular, un periodo en el que el ex futbolista fue señalado por irregularidades ante la Auditoría Superior de la Federación.
Por experiencia, ser una figura como deportistas no es sinónimo de éxito como dirigente deportivo en Conade. Hermosillo e incluso la propia Ana Guevara ha estado a debate su capacidad como dirigentes.
En agosto del año pasado Ana Guevara se enteró que sería la directora de la Conade, tomó protesta hasta el 13 de diciembre y el 24 del mismo mes, se aprobó el presupuesto federal del 2019. Con una política de austeridad impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, todas las dependencias tuvieron recortes y Ana tuvo que operar con 35% menos dinero que el año pasado.
“Normalmente es muy difícil en el primer año del sexenio alienar a nuevos planes, nuevas políticas, porque te toca gestionar los recursos como vienen etiquetados. Los temas han sido en ese sentido, se han dejado de usar recursos que estaban etiquetados en ciertos meses y Hacienda los quita cuando no se ejercen y no existe que se puedan reprogramar o regresar después”, comenta a este diario Juan Manuel Rotter, especialista en el ámbito deportivo público y privado y Director General de Corporate Games México.
Así, la reducción de presupuesto federal tuvo algunas de las siguientes repercusiones:
-Falta de recursos para pagar las becas de los deportistas de alto rendimiento a tiempo.
-Sin dinero para apoyar la operación del Comité Olímpico Mexicano (COM) y ante ello, el cierre parcial del Centro Deportivo Olímpico Mexicano (CDOM) durante los Juegos Panamericanos 2019.
- Falta de dinero para giras, competencias o eventos para competencias internacionales.
La urgencia causó la intervención del presidente Andrés Manuel López Obrador y empezó la estrategia para abordar la prisa.
Después de explotar mediáticamente el tema, AMLO se comprometió a otorgar 500 millones de pesos más para la operación y programas de Conade, además de 20,000 pesos mensuales como estímulo para los atletas que participaron en los Juegos Panamericanos y una aportación adicional a los medallistas.
Juan Manuel Rotter dice que es necesaria la planeación financiera y que en muchas ocasiones la Conade no es responsable de la falta de recursos y no es que no los haya, sino que las federaciones los piden una semana o dos días antes de cuando se necesitan y así no operan los organismos.
“Se tienen que juntar todos los miembros del sistema nacional del deporte como son los institutos, las federaciones y programar los gastos de cada uno de los meses del próximo año y exigirles a las federaciones que tengan información lista con suficiente anticipación para que se puedan conseguir los costos lo más definido posible”.
Si a menor presupuesto le sumas la falta de orden y planeación a largo plazo, comentan los especialistas, será más difícil la repartición de los recursos.
El gran pecado: personal poco capacitado
“Cuando yo llegué a la Conade ya tenía la experiencia de dirigir el deporte el programa acuático del IMSS, había sido subdirector del deporte en la SEP, ya tenía experiencia, pero tuve la pésima habilidad de no haber hecho un buen equipo compacto dentro de mis facultades, eligiendo mis colaboradores”. Así define Nelson Vargas Basañez, ex titular de la Conade (2000-2006), uno de sus más grandes errores al seleccionar su personal y a quien muchos tuvo que despedir por estar involucrados en actos de corrupción a los dos y tres años de su gestión.
El equipo de Ana Guevara y su preparación para llevar la Conde, son de las cosas que han sido criticadas. En el 2008 puso fin a 11 años de carrera deportiva profesional con el estandarte de ser parte de la élite mundial de los 400 metros planos. En una de sus razones señalaba que su adiós fue “por fallas en el sistema”, pues era una lástima que con las pruebas que había en contra de la Federación Mexicana de Atletismo, su presidente, Mario Lara Tijerina, seguía al frente del organismo.
Tres meses después de su retiro, el 22 de abril, la ex velocista que sólo tiene la secundaria terminada, ingresó a la administración pública. El entonces Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubón le dio la oportunidad al designarla coordinadora de Cultura Deportiva Física y de Salud del Distrito Federal, un organismo con 200 millones de pesos de presupuesto y luego, tomó las riendas del Instituto del Deporte del Distrito Federal (IDDF), en sustitución de Pedro Pablo de Antuñano.
Al asumir el cargo recalcó: “Yo sí soy capaz”
Comenzaron los problemas. Aseguró que no estaría detrás de un escritorio, sino en los campos y las pistas para poner al deporte de la ciudad a la altura de las mejores entidades.
La carrera política de Ana continuó —después de dejar en crisis financiera y sin aplicar proyectos de trabajo ya agendados en el IDDF— con su candidatura para la jefatura delegacional de Miguel Hidalgo —que perdió—; en 2012 fue nombrada diputada plurinominal por el PT y para 2018 fue elegida —ahora sí vía el voto popular— como diputada federal donde pidió licencia para tomar la Conade.
Y durante su trayectoria como funcionaria pública hay al menos cuatro personas que la han acompañado: la modelo Ana Laura Bernal Camarena, exreina de belleza en Sonora en 1997 y quien sin experiencia tras la salida de la ex volecista del IDDF se quedó como encargada del despacho. Hasta la fecha trabaja con ella.
También figuran Sergio Monroy Collado, quien junto con María de la Luz Chávez y su exfisiatra Eunice Romero (quien en esa época fungió como la encargada de los protocolos de IDDF) acompañaron a Guevara en cargos posteriores y a la fecha, es su círculo cercano en la Conade.
“No hay en México un perfil de carrera para realmente tener la certeza que la gente que te va a ayudar tenga la capacidad. Uno de los grandes errores es que el dirigente deportivo en México procura rodearse de personas mucho más incapaz que el que dirige, yo siempre estoy pensando que quien me ayude sea gente más capaz que yo, porque eso le dará una certeza a mi trabajo global”, reflexiona Nelson Vargas.
Y llegaron las denuncias en Conade
La revista Proceso publicó que María de la Luz Chávez, quien se desempeña como responsable de Becas y Atención cobra una beca exclusiva (35,000 pesos mensuales) para el Fodepar, pese a que no tiene las credenciales necesarias para ello.
La serie de denuncias orillaron al presidente López Obrador, a hacer una investigación a cargo de la Función Pública, la cual auditará los recursos del Fodepar, el fideicomiso público que supuestamente paga estos gastos desproporcionados.
Juan Manuel Rotter, especialista en políticas públicas del deporte, comentó que conoce a muchos de los integrantes del grupo de trabajo que están con Guevara.
“Sobre todo a los que están en el área legal. Si ellos pueden llegar a asesorarla creo que pueden ir mejor”.
La administración del deporte no es un asunto sencillo. Dieter Holtz, una de las personas que estuvo trabajando en el Plan de Nación previo a la llegada de López Obrador a la presidencia, dice que “ningún dirigente es perfecto y siempre habrá personas más capacitadas a quien está al frente y hay que escucharlos”.
A Dieter se le cuestiona sobre qué se necesita para caminar de la manera correcta, y lo sentencia con una frase después de insistirle sobre los métodos, procesos y caminos para lograrlos: “un plan de largo plazo que no existe, lo ideal sería a 12 años, pero bueno, pensemos en seis”.
No es novedad que la política deportiva mexicana ha tenido al menos en los últimos 20 años enfrentamientos entre al Conade, el COM, la Codeme, las federaciones y así, mientras unos se ponen de acuerdo con unos, con otros hay una disputa.
“No nos hemos modernizado lo suficiente, no hay un plan de trabajo que junte a todas las secretarías, la sociedad civil (fundaciones) y a la iniciativa privada. Tiene que haber una reforma para formar un proyecto común en colaboración Conade, el COM, las Federaciones y los institutos de los estados. Lo más importante del esquema mexicano es que tendemos a culpar o exigir a la Conade de todo”, comenta Dieter, quien pone como ejemplo a la Gran Bretaña, que ocho años antes de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, realizó un plan de trabajo que no dependía de qué gobierno estaba y quién no, sino de un grupo multidisciplinario independiente que velaba por un plan a largo plazo.
“El sistema nacional del deporte es una coordinación y su cabeza es la Conade, hay para todos y se puede repartir para todos cuando haya un trabajo en equipo... si cada quien jala para su lado nunca va a funcionar”, dice Nelson Vargas.
Hasta ahora, en la era moderna, ningún plan de Conade ha prosperado más allá de un sexenio. Desde el periodo 2000-2006 (Nelson Vargas), ningún director ha permanecido los seis años en el puesto.
Si alguien duda de la falta de continuidad en proyectos de trabajo un dato para comprobarlo: en los últimos 13 años de la Conade han tenido cinco cabezas, cinco ideas, cinco planes. Sin planes, sin personal capacitado, con autoridades bajo investigación, así nada puede ir por buen camino.