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Derrama económica de la Final Liga MX 2024 en CDMX: más de 400 millones de pesos

Los equipos finalistas se encuentran en la ciudad epicentro de eventos deportivos, ideal para maximizar ganancias. Son gestionados por empresas poderosas: Grupo Televisa (holding) y Cooperativa Cruz Azul, que tienen urgencia por invertir en sus infraestructuras.

Suena irónico, pero a cada Final de futbol mexicano le acompaña una oleada de aficionados que señalan el alto costo de los boletos, sin embargo, los estadios terminan con aforo completo.

En esta ocasión, la Final regresa a la Ciudad de México después de seis años y con los mismos equipos en disputa: América y Cruz Azul. La afición pone hasta más de su salario mínimo por asistir y esto favorece a las condiciones de mercado, donde la demanda permite que los equipos fijen sus precios sin ley que regule o tope las cifras. Las empresas propietarias son poderosas y gracias al romanticismo de los fans se generará una derrama económica directa superior a los 400 millones de pesos.

La cifra es solo una referencia pero aunada a ella, hay más factores que provocan derrama como la reventa, el transporte o el comercio informal. El peso de la popularidad de los equipos filtra incluso al PIB Nacional.

“En la derrama económica de esta Final se puede cuantificar lo siguiente: por acceso a ambos estadios se generarán alrededor de 344 millones de pesos, por consumo de cerveza cerca de 24 millones, 11 millones por gastos adicionales en el estadio y el consumo en establecimientos que seguramente superará los 10 millones. En suma, la Final dejará una derrama directa cercana o incluso superior a los 400 millones. A la cifra anterior, hay que añadir otros aspectos como la venta de mercancías, los servicios de transporte, estacionamientos (regulados y no regulados), etc. Todo ello puede multiplicar hasta por 5 dicha cantidad, que acercará a una cantidad superior a los 2,000 millones”, explica a El Economista, Saúl Herrera Aguilar, Maestro en Economía y docente de la UNAM.

Las capacidades de los estadios son distintas, en Ciudad de los Deportes (37,000) y el Azteca (83,000) fijaron los precios en más del doble a lo que habitualmente se ofertan. Para la Ida, el costo promedio es de 2,400 pesos y en la Vuelta 2,800 pesos.

“La demanda, el contexto de la final, la edición en la ciudad, la calidad de las semifinales y lo difícil que es conseguir una entrada para las personas que viajan. Los equipos toman la emoción de los fans para fijar los precios. En ganancias, Cruz Azul supo hacer rentable el haber regresado al estadio Azul, donde creó paquetes de ventas más caras con boleto, más jersey y el abono en una ciudad que no está acostumbrada a tenerlos por la oferta tan amplía de entretenimiento”, indica a este medio, Armando Escamilla, especialista en patrocinios deportivos.

La capacidad de compra de una persona en México no coincide con el salario mínimo. Tampoco es un tema  que compete a la Procuraduría Federal del Consumidor y al respecto respondió: “en este tipo de espectáculos no hay control de precios ni se vigila que no los haya. Quién brinda el espectáculo ofrece un precio y está en la decisión del consumidor si le conviene o no adquirir un boleto”.

El salario mínimo en México se fijó en 7,468 pesos al mes este año, y es equivalente a 248.93 pesos diarios. El costo del boleto no es lo único a considerar, un fan tiene que invertir aproximadamente en pagos de transporte, estacionamiento (cerca de 300 pesos), comida (200 pesos), botana (75 pesos), dos cervezas (320 pesos), etc.

“En un país donde uno de cada tres empleados (según INEGI) percibe un salario mínimo diario o menos, el asistir al estadio a presenciar una final de fútbol es un lujo que no cualquiera puede costear y la final América-Cruz Azul será la más cara de la historia. En términos de salario mínimo (248.93 pesos diarios) el precio promedio del boleto en el estadio Azteca (2,800 pesos) representa 11.65 veces dicho salario. Con respecto al boleto más barato, este cuesta 7.6 veces. Considerando que en la final anterior (América-Tigres, diciembre 2023) el boleto promedio rondaba los 1,700 pesos y el salario mínimo se ubicaba en 207.44 pesos diarios, el costo promedio por boleto era de 8.19 veces dicho salario y para 2024 este costo es de 11.65 veces, lo que representa un incremento de 42.15%, monto desproporcionado considerando que la inflación en nuestro país fue de 4.66% en 2023 (INEGI)”, detalla el académico de la UNAM.

UNA FINAL CON JUGADA EN EL PIB

Es una Final que refleja la importancia de la ciudad como epicentro de eventos deportivos. América y Cruz Azul son parte de los cinco equipos más populares en México y con mayor cantidad de fans en el extranjero. Dentro de la CDMX son parte del abanico de oferta deportiva, que distingue al mercado interno por su capacidad de infraestructura y operación.

“Los eventos deportivos, espectáculos y actividades de esparcimiento representaron el 0.4% del PIB en 2022 (última cifra comparativa a nivel entidad federativa) esto sumó un valor de 131,262 millones de pesos. En el caso de la CDMX la actividad es dos veces más importante que en el promedio nacional pues la participación del sector aporta el 0.9% del PIB total de la entidad y alcanzó un valor de 39,000 millones. En otras palabras, de cada peso generado por este tipo de actividades en el país durante 2022, unos 30 centavos se originaron en la CDMX, donde hay 3 estadios de fútbol profesional y 4 recintos de amplia capacidad para espectáculos, mismos que atienden a una población de cerca de 22 millones de habitantes”, indica el Maestro Saúl Herrera. 

En la semana previo a la Final, los presidentes de los equipos mencionaron sobre sus infraestructuras. Víctor Velazquez mostró cómo luce la estructura del nuevo estadio de Cruz Azul, mientras que Santiago Baños, dijo que la final de Vuelta es el último partido en el Azteca e inicia el proceso de remodelación del inmueble para recibir el Mundial 2026. América buscará jugar como local en estadios de Estados Unidos o algunos de nuestro país. Los clubes tienen fan base importante en ambos territorios y además, cumplen con características de ser elegidos por herencia o por adquisición tardía. Gerardo Sordo, CEO de la plataforma influencer BrandMe explica que “cuando una persona escoge un equipo puede ser gusto adquirido o heredado. Los adquiridos son exitosos en décadas recientes como Necaxa o Tigres. Los heredados, no importa que no ganen, como muchas décadas ocurrió con Atlas. América y Cruz Azul llegan a instancias finales regularmente y se generan bases importantes de fans. Son dos equipos de la misma ciudad y la elección depende si es un gusto adquirido o heredado”.

El costo de organizar una Final se compensa con la derrama económica y las ganancias del club destinarán inversión a sus estadios: “Hay costos de producción de las Finales que le corresponde a la liga, como el escenario, la premiación seguridad, operativos, más gente en venta de esquilmos, etc”, subraya Armando Escamilla.

Informes apuntan que se las autoridades del estadio Azteca requieren una inversión inicial de 900 millones de pesos para terminar los planos maestros y el calendario de remodelación. Este año, club América, entró al mercado bursátil con la emisión de acciones en la Bolsa Mexicana de Valores. Su dueño, Grupo Televisa participa con la empresa subsidiaria Ollamani con el objetivo de mejorar los mecanismos financieros de los negocios relacionados tanto con el club Deportivo, el Estadio Azteca, Play City, Editorial Televisa e Intermex. 

Los tiempos se agotan y ambos equipos podrán ver su Final realizada fuera de la cancha y con efecto a largo plazo. Este torneo es una oportunidad de maximizar ganancias. 

“No hay casualidad sino causalidad, se deben aprovechar las épocas de vacas gordas ante la posibilidad de un bicampeonato, aunque ello implique cargar parte del costo al aficionado aumentando el precio de los boletos. En el caso del Cruz Azul, es necesario recordar que después de los escándalos de corrupción que terminaron con la renuncia de Billy Álvarez, la Cooperativa, que es dueña del club, ha tenido que lidiar con caídas en sus ventas por un menor dinamismo en la industria de la construcción entre 2019 y 2022. También están en un proceso de reestructuración”, indica el académico Saúl Herrera. 

marisol.rojas@eleconomista.mx

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