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El Turco y el rosario que ?le hace amar el futbol

Es el entrenador de Tijuana, el equipo líder, su amuleto es el rosario de su hijo faryd, no es un dictador, le encanta la moda y alguna vez mintió para no pagar por su sobrepeso.

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El Turco es una gambeta, un caño, es su hijo Faryd, también es glamour, pícaro, gentleman, un poco sirio, brasileño, croata, chileno y argentino, religioso. Así es el jefe de la Liga.

Antonio Mohamed es entrenador de Tijuana, le dicen El Turco por el origen de su apellido y tiene 42 años. Le encantan las empanadas árabes que cocina su madre, Norma, y cada vez que puede presume las raíces de cuatro países de su familia. Los años pasan, las extravagancias de Toros Neza también y hoy viste de etiqueta, le encantan la moda, las boinas, las bufandas, el traje con la camisa desabotonada y zapatos puntiagudos con agujetas color de rosa.

Lo que no ha dejado de hacer es hablar. Lo hacía siempre en la cancha, con un globo, un pase de gol o reclamando al árbitro. Hoy también lo hace: le gusta charlar en el estadio y no en las oficinas, advierten sus cercanos en Tijuana; lo hace mientras se ensayan jugadas, así ha rescatado a jugadores que han sido tachados como problemáticos o en mala forma como Edgar Castillo, Duvier Riascos o Alfredo Moreno.

Alejandro Rossi trabaja para Globo, el equipo de los amores de Tony, del que confiesa haber gritado su gol más pasional desde que es entrenador, el del ascenso de Huracán. Entiende que al futbolista le gusta más el trabajo con pelota , dice.

Rossi es uno de los que hace suya la tragedia de Faryd: Todos le queríamos comenta, durísimo golpe, era un sol . Mes de Mundial, Alemania 2006, él, amigos y su hijo viajaron a la Copa del Mundo. Todo normal hasta aquella mañana a las 5:25, cuando un Mercedes-Benz golpeó a 190 kilómetros por hora y la camioneta en que viajaban quebró en dos y con ello la vida de Faryd terminó.

El único momento que calla es cuando coloca en forma de rito, recuerdo, homenaje, amor, el rosario de Faryd en el banquillo de suplentes, lo hace desde Huracán, advierte Rossi, y lo sigue haciendo en Tijuana, dice Antonio Rodríguez, jefe de prensa del club.

Quería que yo esté en el futbol , relató en agosto del 2006 cuando contó la tragedia que le hizo mirar todo diferente.

A Mohamed le aman en cualquier sitio en el que ha estado. Le quiere y recuerda aquel cajero (hoy gerente) de McDonald’s donde siempre, antes de llegar a su casa, se comía dos hamburguesas para no pasar hambre por la dieta a la que le había sometido su esposa.

También le quiere la gente que está alrededor del Estadio Neza 86; hoy todavía se vende su póster cada vez que juega el equipo local. Allí está haciendo una gambeta con el uniforme rojo con el toro en el pecho y algunos kilos de más.

Algunos compañeros del club, quienes prefieren guardar su identidad, dicen que Tony ajustaba la báscula para poder librar los kilos establecidos. Por cada 100 gramos le quitaban dinero, daba un poco a los utileros para que le ayudasen . Debía pesar 83 kilos y la realidad era 87.

Yo era el hijo predilecto , dijo Mohamed al programa Futbol Retro de ESPN, con relación a José Antonio Hernández, presidente de Grupo Autofin, dueño de Toros Neza, a quien se le buscó para charlar pero su oficina aseguró que de futbol no habla más.

También le adoran en El Palacio, la cancha de Globo, el equipo de sus amores y al que le dio el ascenso. Alejandro Rossi recuerda aquella ocasión cuando Mohamed le pidió abrir las puertas del estadio para un entrenamiento, días después con la adrenalina a tope derrotó a Godoy Cruz para subir.

Cuando sea técnico, seré el mejor vestido , recuerda Mohamed. Lo es y Antonio Rodríguez dice que no sólo es la moda, sino que busca estar delante de las tendencias .

Los círculos que vieron trabajar a Mohamed en Zacatepec, Independiente, Huracán y Tijuana le miran como un hombre responsable, menos extravagante de lo que era como jugador y todos coinciden que es un caballero. En el Ingenio, en Morelos, se cuenta que salía algunas veces al Estadio Coruco Díaz a dirigir con un habano.

Su cercano en la banca es Gustavo Lema, la conciencia futbolística Mohamed, con quien consulta sus decisiones. Nadie lo mira como una monarquía, sino como accesible, con orden pero nada extremo. Alguna vez en Argentina llegó a decir: No pasa nada si un jugador fuma un tabaco previo al juego .

Es un ambiente cordial entre la plantilla y cuerpo técnico. Cada vez que puede sube una foto al Twitter dando crédito a la gente que trabaja a su rededor. La relación es tan personal como cuando han puesto vallas alrededor de su auto para no dejarlo subir o han colgado el pantalón de vestir en una palmera.

En la frontera, El Turco apenas ha perdido cinco partidos de 38 de Liga desde que llegó. Los perros, los xolos mandan, lo hacen de la mano del técnico que vive su único momento de rito en el banquillo de suplentes, cuando coloca el rosario de su hijo Faryd, a quien le debe el seguir amando el futbol.

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