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Érase una vez una isla temible
En el país británico se inventó el futbol como ahora lo conocemos, pero desde 1966 jamás han vuelto a ser candidatos al título.
Había una vez una isla donde los más grandes gladiadores de las canchas vivían. Eran temidos y respetados. Pero eso era antes. Inglaterra, el equipo de la rosa, ha dejado de ser el rival a vencer desde 1966, cuando conquistaron su última y única copa del mundo.
Nunca volvieron a ganar nada importante y como pasaron las generaciones se fue perdiendo la autoestima y sus héroes dejaron de ser esos caballeros elegantes con mirada asesina como Bobby Robson, Bobby Charlton o Geoff Hurst, para abrir paso a los ídolos melancólicos y artistas incomprendidos como Steve McManaman o Paul Gascoine. Los guerreros un día se dieron cuenta ya no eran lo que fueron.
A Inglaterra no le temo , dijo hace unos días Jorge Luis Pinto, entrenador de Costa Rica, por su partido ante los británicos. Incluso los propios ingleses desconfían de lo que son capaces de hacer. El diario The Telegraph recientemente ubicó a las 32 naciones mundialistas en un diagrama para analizar sus probabilidades e Inglaterra está en los círculos de No hope ( sin esperanza ) y Dark Horses ( caballos negros ). Para empezar son catastróficos y segundo -si es que hacen algo- será sorpresivo.
Álvaro de Grado, especialista del sitio Marcador Internacional, dice que Inglaterra dejó de pesar a nivel de selecciones nacionales porque el problema está en el futbol base, porque después del Sub-18 no hay un seguimiento o ligas competitivas , dice.
Inglaterra tiene la Liga más importante del mundo, la Premier, que recibe a más de 349 extranjeros para mejorar su calidad. Cualquiera que quiera jugar allí debe contar con cierto número de minutos en su selección nacional, como un filtro de calidad.
Tienen a los mejores, pero eso no se traduce a nivel de selección nacional. Para Brasil 2014 tienen a más de ocho jugadores entre los 26 y 30 años y sólo dos menores de 20.
El entrenador español Rafael Benítez, quien ganó la Liga de Campeones con Liverpool, hace una crítica al sistema británico para crear talento: Muchos futbolistas no tienen la motivación necesaria para una liga de reservas y sólo los jugadores que salen de una lesión encuentran ahí una forma de ir adaptándose a la competencia. Para el resto no tiene intensidad e interés .
Sin un nivel importante en torneos locales entre los 19 y 21 años, algunos clubes ocupan casi 100% de su equipo titular con extranjeros. Como el actual Manchester City, que sólo tiene como jugador británico en su once inicial al portero Joe Hart; en su plantilla apenas hay seis británicos y el resto son de fuera de la isla. Allí están los principales motivos, de acuerdo a los especialistas, del porqué la casa del futbol se haya acostumbrado a no trascender.
En 1996 fue la última vez que buscó un título cuando en casa se disputó la Eurocopa. Luego no más. Aunque desde el 2000 al 2014 apenas han perdido tres partidos en mundiales, casi todos ellos en fases determinantes.
El deporte de Inglaterra siempre tiene un halo de decepción. No es un tema únicamente del futbol: el velocista Linford Christie corrió en la era de Carl Lewis y su oro en Barcelona jamás fue tan valorado; Chris Froome y Bradley Wiggins ganadores de las últimas dos ediciones del Tour de Francia se coronaron en la era en que el ciclismo tiene nula credibilidad.
La mejor noticia para aquella isla casi invencible llegó de otra isla, la de Jamaica. Rahemm Sterling nació en Kinsgton y su calidad, pese a sus 19 años, lo ha colocado ya como un jugador titular en el equipo de la rosa. No tiene esa personalidad melancólica o trágica de otros héroes como Gerrard, Lampard o Rooney.
La isla es pesimista. La última noticia llegó hace unas semanas antes de empezar del Mundial: apenas cuatro de cada 100 personas en Inglaterra creen que pueden ganar la copa del deporte que ellos inventaron.