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España sufre, pero va por el bicampeonato

Apenas chocó con las redes la pelota que envió Cesc Fábregas desde el manchón penal, llegaron los festejos de los futbolistas que vestían de rojo, al mismo tiempo que los lusos clavaban su mirada en el césped.

Apenas chocó con las redes la pelota que envió Cesc Fábregas desde el manchón penal, llegaron los festejos de los futbolistas que vestían de rojo, al mismo tiempo que los lusos clavaban su mirada en el césped. Cristiano Ronaldo hacía un esfuerzo monumental por contener las lágrimas. En tanda de penaltis, España superó 4-2 a Portugal y se metió a la final de la Eurocopa, en la que buscarán revalidar su campeonato.

Los festejos españoles y los lamentos portugueses tuvieron razón de sobra para aparecer. Y es que el duelo de ayer fue muy disputado, deslucido, sin emociones. La Furia Roja tuvo la pelota pero no supo qué hacer con ella, mientras que Portugal, que lucía peligroso en el contraataque, jamás pudo disparar con dirección de portería en los 120 minutos de partido.

Cristiano Ronaldo, quien se adueñó de todas la pelotas paradas (seis, todas desviadas), tuvo el pase a la final en su séptima opción del compromiso, la agonía del partido en su tiempo regular, al mandar su disparo por encima del arco de Iker Casillas, que incrédulo vio cómo lo perdonaron.

La primera opción de gol llegó en el tiempo extra, al 104 de tiempo corrido, con un disparo a quemarropa de Andrés Iniesta que el arquero Rui Patricio desvió, misma hazaña que repitió al 111 al atajar un potente disparo cruzado de Jesús Navas.

Con apenas esas dos oportunidades llegó el momento de definir desde el manchón penal, instancia en la que Xavi Alonso y Joao Moutinho pusieron a sufrir a sus entrenadores al errar en los primeros disparos de ambas selecciones. Iniesta y Piqué por España y Pepe y Nani por Portugal acertaron y tuvieron todo equilibrado hasta el cuarto disparo, en el que Sergio Ramos se reivindicó de su falla en la Champions.

El jugador de Real Madrid, en medio de todas las dudas, cobró con clase, carácter, picando apenas la pelota que ingresó con lentitud, al estilo Panenka como lo hizo Pirlo el domingo. Luego de esa estampa, Bruno Alves se vistió villano al reventar el poste izquierdo del arco de Casillas, dejando todo puesto para Fábregas, que disparó raso y pudo festejar luego de que el balón, tras chocar con la madera, se incrustara en las redes.

(Con información de Carlos Herrera)

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