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Fragilidad de negocio impide regreso del ascenso en Liga MX
La Liga de Expansión no ha logrado un promedio de economía sólida para volver a pelear por un boleto a primera división después de cuatro años. Es un círculo vicioso de inestabilidad detonado por autoridades de Liga MX, explica experto.
Toda la euforia que dejaron las semifinales de la Liga MX con las victorias de Chivas y Tigres el fin de semana fue opacada en menos de 24 horas por una serie de decisiones que afectarán al paisaje del futbol mexicano en el corto plazo en temas como el repechaje, la participación de jugadores extranjeros y el sistema de ascenso y descenso.
En la Asamblea de Dueños de la Liga MX de la temporada 2022-23, los máximos jerarcas de primera división, como Emilio Azcárraga, Amaury Vergara, Alejandro Irarragorri y Jesús Martínez, entre otros, resolvieron una agenda que fue colocada como prioritaria tras la eliminación de la selección mexicana en la primera ronda del Mundial 2022. Pero no todos los cambios parecen satisfactorios.
La Federación Mexicana de Futbol (FMF) y la Liga MX aprobaron 10 reformas tras dicha asamblea: primero, un mandato para crear un modelo de centralización de la venta de derechos de transmisión y patrocinios a nivel nacional y global; segundo, un esquema para atraer inversionistas y acabar con la multipropiedad; tercero, que todos los clubes están obligados a entregar un reporte financiero; cuarto, la creación de una nueva Liga de Expansión sub 23; y el quinto punto, que era esperado por muchos actores, confirmó que el sistema de ascenso y descenso no regresará al menos por un año.
La sexta reforma aborda un nuevo reglamento en cuanto a la representación de jugadores, la séptima estipula un cambio de formato al repechaje al estilo Play-In de la NBA, la octava confirma incentivos económicos y deportivos para el equipo con más puntos de la temporada, la novena reduce el número de futbolistas extranjeros y la décima habla de un plan para fomentar la exportación de mexicanos a ligas extranjeras.
“Yo espero que ahorita tengamos la oportunidad de que ya pueda haber ascenso”, comentó en abril a este diario el presidente del Atlante, Emilio Escalante, respecto a la posibilidad que en esta Asamblea de Dueños se reabriera esa puerta a la máxima categoría para los equipos de Expansión, que ha estado cerrada desde 2019.
Pero la decisión fue negativa. Tanto la FMF, como la Liga MX argumentaron que “asumiendo la inestabilidad financiera de la Liga de Expansión y la poca capacidad para generar recursos propios para la inversión en infraestructura, se mantienen las reglas de ascenso y descenso aprobados en 2020”.
Estas reglas dicen que deben haber al menos cuatro equipos en Expansión certificados para poder ser elegibles a un ascenso y hasta el momento sólo hay tres que pelearán por dicha certificación: Atlante, Mineros de Zacatecas y Venados de Yucatán, por lo que la posibilidad de ascender sería viable, al menos, hasta el verano de 2024.
“No me extraña en absoluto esa lectura de falta de recursos en la Liga de Expansión, pues la misma Liga MX fue la que protegió ese debacle (…) La palabra exacta que define esto sería desesperación, porque antes los equipos siempre estaban, entre comillas, bajo el cobijo de un sistema de ascenso y descenso, estaban en la pelea y eso les permitía que la gente se ilusionara y fuera a sus estadios. Quitar el ascenso en el primer año de la Liga de Expansión (2020-21) fue un buen ejemplo por la pandemia, pero al siguiente año, ya con gente, sí se las vieron negras”, evalúa Javier Balseca, especialista en patronicios y marketing deportivo.
La última temporada que permitió el ascenso y descenso fue la 2018-19. En aquel año, la entonces llamada Liga de Ascenso MX registró un promedio de asistencia por partido de 4,703 aficionados, con Atlético de San Luis recibiendo a más de 98,000 en un semestre. Para el ciclo 2022-23, el promedio de asistencia por partido de la Liga de Expansión bajó a 2,298, menos de la mitad del verano de 2019.
En contraste, la Liga MX tuvo casi 10 veces más de promedio de asistencia por partido en 2022-23, alcanzando los 23,152. Esa diferencia también se observa en el valor de patrocinio de cada una de estas ligas: mientras en primera división el frente de un pecho de camiseta se puede vender en 35 millones de pesos, en la Liga de Expansión puede cotizarse entre 3.5 y 4 millones.
“Tener ascenso incluye los ojos de la gente en primer lugar, por lo que el valor del rating se convierte en ventas de publicidad, esa es la ecuación en el negocio. Pero en Expansión no existe esa ecuación y no alcanzan los ojos para que una televisora pague dinero importante (…) Es un círculo vicioso, porque los equipos salen tablas en gastos y, por lo tanto, no pueden invertir en su estadio para cumplir con los requisitos que les pide la primera división, apenas tienen para pagar rentas u otras cosas. Los equipos logran convencer a inversores, pero al darse cuenta de que no pueden ascender es cuando el inversor entiende que es un negocio que no le conviene y abandona a su suerte a sus socios. Es cuando la franquicia quiebra”, analiza el especialista.
El gasto que debe cubrir anualmente un equipo en la Liga MX es de un mínimo de 180 millones de pesos, mientras que en Liga de Expansión se calcula entre 12 y 18 millones, menciona Javier Balseca. Con los números de patrocinios y ticketing que tienen en la actualidad los clubes del circuito de plata, resulta muy difícil cubrir ese incremento si se hablara de un potencial regreso del ascenso.
“Los equipos top de la Liga de Expansión deben tener un ingreso de entre 8 y 10 millones de pesos para solventarse, entonces llegar a esos números sin asistencias y sin tantas televisoras ha sido muy complicado. Se ven marcas locales en los patrocinios porque es lo único que la gente ve, el agente comercial de los equipos se tiene que poner creativo y convencer. El mismo futbol de primera división se ha encargado de encarecer al producto y por eso muchas marcas ya no quieren entrar. Resumiendo, el resultado es la falta de una inestabilidad financiera en la Liga de Expansión”.
—¿Qué se podría hacer para tratar de romper ese círculo vicioso y mejorar la economía de la Liga de Expansión, pensando en un próximo sistema de ascenso y descenso?
—“Yo creo que ni la misma Liga MX sabe qué hacer. Podría ser homologar muchas cosas, invertir o ascender automáticamente a algunos equipos como Atlante y Morelia, que ya tienen la infraestructura y el valor de marca, que regrese el ascenso y descenso para que los equipos que no tuvieron el dinero para invertir en infraestructura y otros temas lo puedan empezar a hacer. Esto tardaría un año, pero eso en cuanto a generar economía sería bastante atractivo. Otra opción era la Copa MX entre equipos de primera y segunda división, hay muchas ciudades que estaban felices de recibir a equipos como América o Chivas porque eso significaba un sold out, generaba economía local y también el no tener estos torneos es mortal para Expansión”.
La quinta reforma aprobada por la Asamblea de Dueños estipula que la Liga de Expansión será una competencia en la que se mezclarán las franquicias ya existentes con filiales sub 23 de primera división, por lo que se podrán dar partidos como un Celaya contra Cruz Azul sub 23. La FMF prevé que esto fortalecerá los ingresos de la liga y que a partir de la temporada 2025-26 ya no sea necesario el subsidio de dos millones de pesos mensuales que le aporta la Liga MX a cada franquicia (excepto las filiales, Tapatío, Pumas Tabasco y Raya2).
Sin embargo, la puerta para que plazas como Celaya, Oaxaca, Mérida, La Paz, Hermosillo, entre otras, puedan participar en primera división, continúa cerrada. Atlético de San Luis fue el último que consiguió su ascenso deportivo en verano de 2019, pero ya un año antes la Liga MX rechazó a Tapachula por no contar con la infraestructura correcta a pesar de ganar el Campeón de Campeones del Ascenso MX.
Repechaje se transforma al formato Play-In de la NBA
Otra de las reformas más llamativas tras la Asamblea de Dueños fue el cambio de formato del repechaje de la Liga MX, que entre el Apertura 2020 y el Clausura 2023 (seis torneos cortos) consistió en que los primeros cuatro de la tabla general clasificaban de manera directa a los cuartos de final mientras que del puesto 5 al 12 se enfrentaban a un solo partido para ganarse ese boleto.
Esta mecánica causó muchas críticas porque equipos como Santos, San Luis y Toluca se metieron a la lucha por el título a pesar de haber terminado sus respectivas fases regulares de media tabla para abajo. El caso más cuestionado fue el de los laguneros en el presente Clausura 2023, avanzando a cuartos de final tras haber ocupado el puesto 13 en las 17 jornadas.
Con la reforma, los primeros seis lugares de la tabla asegurarán su pase a los cuartos de final, mientras que el repechaje se jugará entre el lugar 7 y el 10. El séptimo y octavo clasificado jugarán un partido en casa del mejor ubicado y el ganador se unirá a los cuartos, mientras que el perdedor tendrá una segunda oportunidad de meterse si logra superar al vencedor entre el noveno y el décimo. Es un modelo que la NBA implementó en 2021 a raíz de la pandemia para permitir a otros equipos la posibilidad de luchar por el título.
“Copiar modelos del deporte estadounidense no está mal, pero es importante saber que en la NBA hay 30 equipos y en la Liga MX son 18, entonces creo que un modelo de repechaje en ese tipo de ligas (de Estados Unidos, como la NFL y la MLB con sus wildcards) sí es atractivo porque avanzan menos de la mitad de los equipos y no estás premiando a la mediocridad”, define Javier Balseca.
Algunos críticos pensaron que el repechaje sería abolido tras esta Asamblea de Dueños, pero lo único que aprobó Mikel Arriola, presidente de la Liga MX, en compañía de los propietarios, fue modificar el formato y no hay un punto final para regresar al modelo de liguilla directa con sólo ocho equipos.
“El repechaje nació con la intención de ayudar en la economía de los equipos por la pandemia, estaba muy bien porque se reactivó otra vez a la gente y a las televisoras. Este modelo no va a cambiar porque funciona tanto para las televisoras como para los propios clubes, el repechaje sí o sí es un balde de agua en su economía, por eso se votó por mantener esta decisión, es oro molido para los equipos. En lo económico se justifica su permanencia pero en lo deportivo no”.
Desde que el nuevo formato del repechaje se impuso en la Liga MX en el segundo semestre de 2020, son tres equipos los que han logrado llegar a la final entrando desde esa instancia: Santos en el Guardianes 2021, Toluca en el Apertura 2022 y Tigres en el Clausura 2023. Tanto los laguneros como los Diablos Rojos fueron subcampeones, mientras que los regiomontanos intentarán quedarse con el título esta semana ante Chivas.
Las 10 reformasaprobadas por la FMF y la Liga Mx
- Mandato para crear un modelo de centralización de los derechos de transmisión y patrocinios en México, Estados Unidos y el resto del mundo.
- Nuevo esquema de venta de clubes para atraer nuevos inversionistas y acabar con la multipropiedad.
- Obligación para que todos los clubes presenten reportes financieros a la Liga MX a partir de 2024.
- Creación de una nueva Liga de Expansión sub 23, que fusionará a los equipos de categoría sub 20 de la Liga MX con los que ya participaban en Expansión.
- Ratificación del no ascenso y descenso al menos durante el próximo año.
- Nuevo reglamento para agentes de jugadores con tal de evitar la doble representación y regular la contratación de menores de edad.
- Cambio de formato al repechaje al estilo Play-In de la NBA, con 10 y no 12 participantes.
- Incentivo económico para el equipo con más puntos durante el año futbolístico, además de otorgarle pase directo a la Concachampions y los dieciseisavos de final de la Leagues Cup (contra clubes de MLS).
- Reducción de jugadores extranjeros en la cancha de 8 a 7.
- Plan para fomentar la exportación de jugadores mexicanos a ligas europeas al facilitar un pasaporte comunitario que se obtendría en dos años.
Fuente: FMF y Liga MX