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Gana América a Monterrey y es finalista
Los dirigidos por Miguel Herrera fueron superiores a los rayados y de no suceder nada extraño mañana en el Azul el próximo domingo buscarán levantar la copa ante la Máquina en la cancha del Azteca.
De pronto se intercambiaron los papeles en la cancha. Christian Benítez, goleador del América, apareció a la altura de la media luna, hecho un manojo de nervios, al igual que Miguel Herrera, su entrenador, y que todo el estadio Azteca, inmueble que instantes después fue testigo de la forma en que Raúl Jiménez, juvenil atacante azulcrema, superó a Jonathan Orozco desde el manchón penal para que su equipo superara 2-1 a Monterrey y se instalara en la final con global de 4-3. De no suceder un desastre mañana, Cruz Azul será el adversario de las Águilas.
Momentos antes, al 61, Rubens Sambueza había sido derribado dentro del área por José María Basanta, ganando un penal para las Águilas. Fue ahí donde vino el momento de decidir quién disparaba. Benítez había acomodado la pelota en el manchón, pero luego de muchas voces en la cancha, el designado para ejecutar la falta fue Jiménez, quien engañó a Orozco con disparo pegado al poste.
Apenas chocó la pelota con las redes el estadio se liberó de la tensión en la que había caído durante un poco más de una hora de partido, los futbolistas vestidos de amarillo se abrazaron entre sí, mientras Miguel Herrera, eufórico, festejaba en su área técnica, sabedor de que tras año y medio y tres torneos al frente de América por fin se instalaba en una final por el título, instancia a la que las Águilas no llegaban desde el 2006.
La anotación permitió que los locales se asentaran en la cancha, dominaran los tiempos del partido y que el Piojo Herrera recuperara el aliento, luego de 62 minutos llenos de nervios, en los que tuvo que ver con frustración como Raúl Jiménez perdonaba a los rayados solo frente al arco abierto, y Benítez desperdiciaba un contragolpe al tardarse en ceder el balón a Sambueza.
Más tarde fue una sensación de alivio la que le embargó al entrenador americanista cuando Chupete Suazo volaba un potente intento frente al portero. Pero el gol serenó a Herrera, quien entendió que era momento de cuidar a hombres como Sambueza y Juan Carlos Medina, quienes han tenido una gran liguilla, pensando en llegar lo mejor posible a la final.
Con los ingresos de Diego Reyes y Osvaldo Martínez solo hubo tiempo para que América maniatara cualquier intento de los rayados, y para que al 82 en un contra ataque Benítez marcara su quinto gol de la Liguilla, situación que todo el estadio aplaudió y que dejó a Miguel Herrera fundido en un abrazo con Santiago Baños, su auxiliar.
Ya sobre la hora, Aldo de Nigris se encontró un rebote dentro del área e hizo el tanto del honor para los rayados, que instantes después fueron testigos de la celebración de los americanistas, que si no sucede algo extraño mañana, estarán buscando el título el domingo de la próxima semana ante Cruz Azul.