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Guadalajara recibe a toda América
Este viernes se da el banderazo de salida a los Juegos Panamericanos. Han pasado 1,965 días desde la designación como sede y el presente ya está aquí. En el Estadio Omnilife será la ceremonia de estreno.
Hace cinco años- el 28 de mayo del 2006- el Presidente de la Organización Deportiva Panamericana (Odepa) anunció que, de manera unánime, por tercera ocasión los Juegos Panamericanos serían traídos a México.
El mexicano Mario Vázquez Raña tomó el micrófono e informó, oficialmente, la decisión a los 42 miembros de la Odepa que ya antes habían votado de manera abierta, firme.
Por tercera ocasión México acogería la fiesta panamericana - la primera, en 1955; la segunda, en 1975, ambas en la ciudad de México- y Guadalajara sería la sede. No había tenido rival alguno que se opusiera.
Entonces, los tapatíos comenzaron a soñar en ese día. Supieron pues que, a partir de entonces faltarían aproximadamente 1,965 días para hacer realidad ese sueño y pusieron manos a la obra.
Hoy los jaliscienses no sueñan más. Viven el presente más que nunca porque la cuenta regresiva terminó y lo que hoy se vive hace olvidar los contratiempos y los logros, las penas y las alegrías, las preocupaciones.
El presente es lo más importante. La ceremonia de inauguración, hoy a las 8 de la noche, reafirma que Guadalajara se prepara para sorprender al continente, porque hace mucho tiempo que las aperturas dejaron de ser el sencillo desfile de delegaciones sobre el tartán de un estadio.
Es todo un espectáculo. Estridente, pletórico de luces, de sonidos, de perfomance multicolores que cada cuatro años se intenta superar en calidad a la anterior y convertirse en un reto para la próxima sede.
Todo lo tienen listo ya. Y prometen que su ceremonia de inauguración que tuvo un costo de 25 millones de dólares y durará aproximadamente dos horas y media- quitará a muchos el aliento. No es para menos. Mientras la antorcha panamericana termina su camino rumbo al Estadio Omnilife, en el inmueble los primeros acordes serán los de los mariachis que resaltarán la mexicanidad.
Sobre la cancha aparecerán charros y escaramuzas con todo y caballos. Bailarán los danzantes, cantarán Vicente y Alejandro Fernández, Eugenia León, Lila Downs. Las luces atravesarán el firmamento y después, todo será una fiesta que integrará a los asistentes en el público, quienes debajo de sus asientos tendrán una pequeña lámpara para interactuar con el espectáculo.
El show estará entonces no sólo en la cancha, sino también en las tribunas, en el cielo. Efectos especiales que darán vida a los capítulos de la historia de este país que se contarán en cuestión de minutos. De la música folclórica, el espectáculo dará un giro al ritmo electrónico del Colectivo Nortec. Entonces, la luz provendrá de las tribunas, de la cancha. Los juegos pirotécnicos reventarán el firmamento.
Desfilarán los atletas, las banderas, los delegados y los jueces de las 42 naciones ante la mirada de 50,000 espectadores y más de 250 millones de televidentes. Fiesta total.
Después de esta noche, todo serán números, récords. Expectación. Drama. Algarabía. El atleta contra su acérrimo rival o contra sí mismo, qué más da. Comienzan los Juegos, con sus 27 deportes, con más de 6,000 atletas.
De todo se ha dicho mucho. La seguridad, los estadios, el tiempo. Lo cierto es que llegó el momento y todo el continente está listo. Listo, el músculo. Lista, la competencia del uno a uno. Listos todos, sólo para cumplir con el reto de cualquier atleta: ser el mejor, siempre.