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Jane Valencia, lucha olímpica construida por campeones
En la búsqueda de una mejor preparación en la lucha olímpica, la atleta partió de México, un año más tarde se convirtió en la primera mujer clasificada a Juegos Olímpicos en su disciplina
Jane Valencia partió a Estados Unidos con la finalidad de ser la mejor. Un año después se colocó como la primera mujer mexicana en conseguir el pase a los Juegos Olímpicos en la disciplina de Lucha Olímpica. Actualmente se prepara en la universidad Penn State, en Pensilvania, donde encontró las mejores instalaciones, tecnología que la impulsa en su rendimiento y hasta siete entrenadores, entre ellos campeones olímpicos y mundiales que contagian su hambre de triunfo.
"Hay coaches de acondicionamiento, coaches técnicos, coaches tácticos, el head coach, tengo el coach de pesas, tengo otro que es más de posiciones arriba, otro que es más de posiciones abajo, entonces es un sistema muy completo. Es una de las mejores universidades de Estados Unidos, las instalaciones son nuevas prácticamente. Me encuentro entrenando con los mejores de todo el país, vienen aquí a prepararse”, compartió en entrevista con El Economista.
La mentalidad es una de las principales virtudes que destaca de la preparación en Estados Unidos, pues menciona que sus entrenadores contagian las ganas de ser los mejores y eso hace la diferencia, lo mismo que los demás competidores que dan su mejor versión al entrenar.
“Aquí a Penn State no se viene a querer ser el segundo o el tercero, aquí se viene a ser el número uno y el estándar que todos los coaches tienen con nosotros nos exigen como para ser campeones”.
En una entrevista anterior, la atleta señaló que cuando se preparaba en México era mucho más difícil, pues aunque la preparación física sea más, no encontraba en sus compañeros el hambre de dar un 150% en los entrenamientos.
Además, en Penn State cuenta con herramientas tecnológicas que la ayudan a mejorar su rendimiento, como pulsómetros que miden su resistencia en aparatos como la bicicleta o la escaladora, y le realizan, entre otras pruebas, algunas de reacción con luces y otros dispositivos.
Mientras que en México se topó con una barrera al momento de pedir apoyo, pues en una ocasión relató que uno de sus entrenadores dudó en que se le pudiera otorgar una beca por su género, en el State College de Pensilvania se encuentra abriendo puertas para las mujeres; fue la primera en entrenar Lucha en esa institución y con el tiempo tres mujeres más se sumaron.
"Soy la primera mujer que entrena en Penn State y no hay ninguna diferencia entre mí y mis demás compañeros, todos somos iguales, nos dan la misma atención, si yo requiero algo lo pido y se me otorga".
Una de las metas de la luchadora en un mediano plazo es poder impulsar el deporte en México: “Mientras yo siga siendo atleta no me voy a poder meter de lleno a apoyar a mis compañeros pero lo he puesto a prueba en mí misma y la red de apoyo privada, no tanto gubernamental”.
Parte de sus recursos para costear su preparación, son obtenidos mediante la venta de una línea de ropa diseñada en colaboración con su compañera Alejandra Romero, una de las seis representantes de lucha mexicanas que el año pasado viajaron al preolímpico de Ottawa.
Jane Valencia tiene 30 años, la mitad de su vida la ha dedicado a la lucha olímpica y en ese trayecto participó en tres procesos olímpicos; fue hasta Tokio 2020 que logró clasificar. A diferencia de otros deportes, la atleta mencionó que su disciplina implica madurez, por lo que estos juegos olímpicos no son el fin, sino que espera competir en el próximo torneo que da puntos para el ranking a finales de año y así poder empezar el próximo proceso. Sólo su cuerpo le dirá cuándo parar.
"Me considero una atleta madura, con mucha preparación de muchos años, mi deporte es de madurez, sí se nota mucho la diferencia entre los diferentes deportes, por ejemplo, entre más jóvenes en clavados es mejor, acá en mi deporte es más la experiencia, la madurez de controlar tu cuerpo, controlar tu mente a la hora de luchar".