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Jordi Alba se viste de Suárez, Messi... de killer
El zaguero se puso la camiseta de héroe y, en tiempos extras, le dio vida a su equipo, que al final se quedó con el título.
Jordi Alba se vistió de Súarez, de Neymar, de Messi, de killer. Justo cuando las piernas pesan como acero, el aire falta y ya no hay energía para otro esprint, el defensa español llegó al pase de Lio y conectó el balón para vencer por el único rincón a Sergio Rico.
El gol significó el inicio del camino hacía el título de la Copa del Rey para Barcelona, que venció 2-0 a Sevilla, un doblete que sumado al título de Liga, confirma el dominio de los catalanes en casa, pese a la eliminación en Champions League.
Fue la segunda vez consecutiva que Barcelona logra Liga y Copa, de la mano de Luis Enrique, que es el primer entrenador en refrendar ambos torneos. Los catalanes ganaron su Copa número 28.
Fue un partido intenso, que comenzó con la presión y coraje de los andaluces, que mostraron una carga extra de motivación tras su tercer título de Europa League.
Barcelona comenzó con un letargo, como si hubiera falta de estimulación por ganar un trofeo que históricamente se ha quedado en manos de los catalanes. Con Luis Suárez ausente, Neymar errático y Messi disperso, Andrés Iniesta tomó el ritmo emocional del equipo, siempre con el balón en los pies, con el liderazgo de la humildad.
El fantasmita fue el eje central del equipo, que incluso resistió la expulsión de Javier Mascherano, apenas a los 36 minutos y que tuvo que soportar por 56 minutos la superioridad numérica de Sevilla, hasta que Éver Banega le cometió una falta a Neymar, cuando el brasileño ya enfilaba a la portería de Rico.
En tiempos extras, Barcelona retomó el control del balón, los pases entre líneas y la paciencia, hasta que Messi leyó el movimiento de Neymar, Alba aprovechó el espacio y llegó a la cita del pase del argentino.
Fue el primer gol de Jordi, ya en la prórroga, con el cansancio acumulado, no sólo del partido, también de la temporada y le regresó a su equipo la sonrisa y la motivación a su club.
Ya con un Sevilla diluido, Neymar sentenció el partido a pase de Messi, símbolo de que al final del partido era momento de que Iniesta, el líder humilde del equipo, levantara la Copa.