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La filosofía Low busca validarse en Brasil
Junto a Jurgen Klinsmann, el ahora técnico de los germanos inició una revolución en el futbol de aquel país, que hoy busca consolidar con la copa del mundo.

A los alemanes ya no les gusta que los llamen Panzers. Ese término utilizado para describir los vehículos blindados de la segunda guerra mundial no sirve, desde hace ya varios años, para definir su estilo de juego, que cada vez es más técnico y táctico y cada vez menos de aplastamiento físico y mental.
En parte es responsabilidad de un hombre obsesionado con la perfección llamado Joachim Low, y de un país que ha permitido los cambios y que ha apostado por la continuidad en el banquillo de su entrenador, que hoy busca validar un proyecto con un título mundial que se le ha negado.
Low fue uno de los artífices de una revolución iniciada por Jurgen Klinsmann, el técnico que puso punto final al estilo de juego que, hasta entonces caracterizaba a Alemania. En la década del 2000 los germanos atravesaban una de sus peores crisis futbolísticas, tras ser eliminados en fase de grupos de la Eurocopa realizada en Portugal.
Era, pues, la segunda ocasión consecutiva en la que vivían una eliminación temprana, pues la edición anterior, en el evento realizado en Bélgica y Holanda, un empate del combinado alemán ante Rumania y dos derrotas frente a Inglaterra y Portugal eran sólo un aviso de que la fórmula utilizada hasta entonces había caducado.
Por eso cuando Klinsmann aceptó dirigir a los hasta entonces conocidos como Panzers, eligiendo a Joachim Low como su auxiliar en el banquillo, el alemán ofrecía un nuevo estilo de juego que contrastaba con el tradicionalmente pesado y en bloque, que le había dado a Alemania tres Copas del Mundo (1954, 1974 y 1990).
Además, Alemania en el 2006 habría de organizar el Mundial en casa y soñaban con quedarse con el título. Pero la actuación no fue la esperada y los locales fueron eliminados en semifinales ante Italia .
El fracaso incomodó a Jurgen, quien decidió dejar el banquillo. Entonces Joachim Low tomó su lugar y prometió mantener la filosofía de juego que empezaba a dar resultados, y a mostrar juegos intensos, con mucha técnica.
INICIA LA ERA LOW
Aunque fue fiel a ese estilo, Low impuso su propio sello: no tuvo contemplación para no mantener a estrellas como Michael Ballack y, por el contrario, hizo de la selección un ente en el que lo mismo cabían jugadores 100% alemanes, que aquellos que tenían ascendencia extranjera. Hoy tiene a Mezut Özil (de origen turco) o Miroslav Klose (polaco), por citar algunos ejemplos.
Para el Mundial de Sudáfrica 2010, Low -con una plantilla juvenil y con un estilo de juego atractivo al público gracias a la velocidad que tenían, a la agresividad que mostraban y a la capacidad de jugar bien en equipo- se ganó el apoyo no sólo de su afición, sino la de todo el mundo.
Pero la filosofía de Low no sólo impregnó al primer equipo, también permeó en las divisiones juveniles y en los clubes. Aunque esta Alemania no ha logrado aún títulos a nivel mayor, obtuvo dos a nivel de menores, que fueron la Eurocopa Sub-17 y la Sub-21 en el 2009.
La prueba de cómo la revolución del futbol alemán funcionó, fue que apenas el año pasado la final de la Champions fue disputada por primera vez entre equipos alemanes: el Borussia Dortmund ante el Bayern Munich.
Sin embargo, la deuda de la selección aún es alta. Al mando de Low los germanos quedaron a un paso del campeonato de la Eurocopa en el 2008, además de ser eliminados en la semifinales del Mundial de Sudáfrica 2010; ambos torneos los ganó España que vivía su época dorada en el futbol.
Y aunque en la Eurocopa 2012 quedaron terceros, la Federación Alemana de Futbol confía en su proyecto y por ello el año pasado renovó a Joachim hasta el 2016.
Hoy, Italia 1990, último Mundial en el que los alemanes festejaron un título del orbe parece muy lejano. Sin embargo, la Alemania de Low parece estar lista para hacer valer su etiqueta de favorito, para demostrar que la revolución iniciada por la dupla Klinsmann-Low ha tenido un motivo. Brasil es el escenario perfecto que les da a los pupilos de Joachim la ilusión de volver a alzar la copa del mundo.