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La mística de los estadios que definen a los finalistas

El nuevo estadio de los Rayados es un suplicio para los rivales; el de los Tuzos, un buen augurio cuando juegan de locales.

Era el sexto partido de Rayados en su lujoso estadio, que costó 200 millones de dólares, y las conclusiones de los rivales eran contundentes. ¿Qué onda con su horno? , fue lo primero que le dijo Miguel Sabah, para entonces delantero de León, a Pablo Barrera, mediocampista de Monterrey, al finalizar el partido correspondiente a la Copa MX.

El estadio de Monterrey es el inmueble de más reciente construcción en el futbol mexicano, también es un suplicio para los rivales, quienes se enfrentan a extremas condiciones de calor, ruido, casi 50,000 gargantas presionando al rival, por lo que Rayados ha hecho de su casa una fortaleza.

El equipo dirigido por Antonio Mohamed cerrará la eliminatoria de semifinal del Clausura 2016, ante América, en el recinto que más personas convoca por partido, en un estadio que nunca permanece en silencio y que más se asemeja al infierno.

La temperatura promedio en Monterrey alcanza 24° C, pero en los meses cálidos la sensación térmica llega a los 32° C. Se siente un calor impresionante. A nosotros también nos está costando adaptar , le contestó Pablo Barrera a Sabah.

Otro aspecto que ayuda a la atmósfera del Estadio BBVA Bancomer es la afición, que desde su apertura hace ya casi un año, mantiene al inmueble como el de mayor ocupación del futbol mexicano.

Tomando en cuenta ambos torneos, Monterrey convocó a 810,193 aficionados a su nuevo estadio, lo que se traduce en 47,658 espectadores por partido.

Los elementos con los que se construyó el estadio permitirán que todo el ruido que se genere se quede aquí mismo. En los alrededores no se escuchará, pero los jugadores rivales sí sentirán la presión del público , explicó Alberto Maldonado, líder del proyecto de construcción del estadio.

Así, los 68 decibeles que se han registrado en partidos de Rayados son un obstáculo más para los rivales, lo que ha provocado que Monterrey registre una productividad de 68.5% en su estadio, y aunque tuvo un inicio con una serie de empates, apenas ha perdido tres de los últimos 15 juegos disputados.

Un escenario hostil y pasional, será lo que tendrá que superar América para llegar a la final.

El estadio Hidalgo, en deuda con Pachuca

Enrique Palos fue contundente con su diagnóstico, acostumbrado a jugar de local siempre con estadio lleno, el portero de Tigres sentenció hace un par de años: Pachuca juega más suelto sin tanta presión u obligación de salir a ganar porque no hay gente .

Pachuca mantiene un aforo promedio, en los últimos dos torneos, de 86.2% de las 30,000 localidades del estadio Hidalgo. Tienen el abono más barato del futbol mexicano, 1,050 pesos por 17 partidos de liga, apenas 61 pesos por partido.

Los Tuzos han mostrado su mejor versión en casa, no perdieron en el torneo y fueron el segundo mejor local, sólo detrás de Rayados; quizá la teoría de Enrique Palos tenga validez. En ambos escenarios se definirá a los finalistas del futbol mexicano.

eduardo.hernandez@eleconomista.mx

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