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La reestructuración que llevó al éxito a Bélgica
Una nación que ha tenido como mayor éxito un cuarto lugar en un Mundial, buscó la manera de mejorar; en poco más de dos décadas lo logró.
Ser el líder de su grupo y además estar ya clasificados a octavos de final en la copa del mundo no es cuestión de suerte para los belgas. Los seis puntos que suma hasta ahora el conjunto dirigido por Marc Wilmots parecen ser sólo el reflejo de una juventud que, hace más de dos décadas, comenzó a mirar al futuro y de una nación que se enfocó en su creciente talento para cosechar hoy los frutos de ello.
No es casualidad que Bélgica sea uno de los equipos con menor promedio de edad en el Mundial (su plantel promedia 26 años), pues son los jóvenes quienes han impulsado a esta selección.
Los belgas volvieron a un Mundial luego de 12 años y tuvieron un proceso de clasificación que rozó en la perfección al calificar invictos y sumar 26 de los 30 puntos posibles. Si alguien pudiera definir la fórmula exitosa de esta selección, sería: apertura cultural, impulso a los juveniles y la experiencia de los jugadores que han emigrado al extranjero.
La historia de esta reestructuración comenzó en la Eurocopa 2000, cuando Holanda y Bélgica fueron sede conjunta. Los belgas fueron eliminados en la primera ronda. Entonces el entrenador Michael Sablon estableció un plan en el que se impulsara a las ligas infantiles, para que desde abajo se modificara el sistema de juego.
Sablon, en una entrevista con el diario británico The Guardian, explica ese plan: jugábamos once contra once, hasta que nos paramos a analizarlo. Los jugadores no tocaban el balón, corrían sin ganas... así que cambiamos lo que hacíamos y les pusimos a jugar cinco contra cinco hasta los 7 años y después ocho contra ocho hasta los 10 y luego ya 11 contra 11 , asegura.
El entrenador explica que eso sirvió para comenzar a formar a los jugadores en las distintas posiciones de la cancha. Sirvió para formar jugadores de banda, para que los jóvenes de atrás aprendieran la defensa en línea, para mejorar la distribución de juego. En fin, todo ello tenía un motivo , cuenta Sablon.
Así, el nuevo plan no sólo se usó en un equipo, sino que se extendió a todos los clubes en sus divisiones menores y así fue permeando en las diferentes categorías, hasta llegar a la selección nacional. En ese mismo plan también se ampliaron las opciones para integrar a los hijos de inmigrantes, lo cual antes no permitían.
De esta manera, jugadores como Vincent Kompany (Congo), Maroune Fellaini (Marruecos) o Axel Witsel (Martinica) pudieron aportar su talento, pese a tener origen extranjero, a su los clubes nacionales. Por supuesto, algunos de ellos han defendido la camiseta de su país en competencias internacionales, como ahora.
Aunado a todo ello la experiencia a nivel internacional ha sido fundamental. No sólo por el roce que tuvieron algunos de los integrantes de esta selección en competencias como los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, sino porque de los 23 jugadores que fueron convocados por Wilmot 87% juegan en ligas extranjeras, principalmente en la Premier League y en la Liga BBVA.
Y alguno de ellos desde temprana edad ya jugaban en grandes ligas, como Eden Hazard, quien apenas con 14 años se fue al Lille de Francia y hoy es una pieza fundamental en el Chelsea inglés. O Romelu Lukaku, quien a sus 18 años ya formaba parte de las filas de Chelsea. Algunos otros también fueron transferidos a la Liga Premier de Inglaterra apenas con 20 años.
Así, Bélgica, que tuvo su mejor actuación al ser semifinalista en México 1986, y luego no logró más que llegar a octavos de final en Italia 1990, Estados Unidos 1994, y Corea-Japón 2002, anhela, con toda la fuerza de su juventud trascender y llegar más lejos en Brasil 2014.