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La revancha se consumó para Spurs
El año pasado Miami superó a San Antonio; ahora le tocó el turno a la gloriosa generación de Popovic.
Quien pensaba que Miami Heat era invencible estaba equivocado. Ayer, Spurs de San Antonio ganó 104-87 para llevarse el título de la NBA y con ello romper el dominio que tenía el conjunto de LeBron James en la Liga. Después de siete años la franquicia que comanda Greg Popovic se erigió como monarca tras imponerse en la serie final 4-1.
Hace un año fue al contrario, el equipo más poderoso era Miami, tras ganar la final 4-3; la venganza para Spurs se consumó.
A falta de ocho minutos para finalizar el partido, LeBron, quien había sido el máximo jefe de la Liga y quien se autoproclamaba como el sustituto de Michael Jordan, estaba sentado en el banquillo pasando saliva mientras uno de sus compañeros le daba unas palmadas en la espalda.
Ésta era la cuarta final consecutiva de Heat, dos de ellas ganadas de manera consecutiva; aspiraba al tricampeonato, lo que no se presenta desde que Lakers lo obtuvo por última vez entre el 2000 y 2002.
LeBron no desentonó, pero se quedó solo. Chris Bosch y Dwyane Wade apenas sumaron entre ambos 24 puntos. En cambio, San Antonio no necesita de un tridente letal, porque es un equipo experimentado, cuya principal cualidad es que todos aportan, por ello al menos cinco de sus jugadores de ayer en la noche pasaron las 14 unidades.
La noche no comenzó bien, 8-0 y la cuenta se siguió incrementado en favor de Miami, pero de a poco Spurs fue recortando unidades. Después de un comienzo fatal, terminar con siete puntos de diferencia en el primer cuarto no era una cifra tan mala.
Luego empezó la remontada y con ello el público enloqueció. El mejor periodo de San Antonio fue el tercero, donde le encajaron un 30-18 a Miami y allí se sentenció prácticamente el partido.
Con el título conquistado ayer por la noche, San Antonio pasó a ganar su quinta corona de la NBA (1993, 2003, 2005, 2007 y 2014). De esta manera se coloca a un campeonato de Toros de Chicago, que es el tercero de todos los tiempos con más glorias. Miami Heat se quedó en el bloque de tres.
El mejor homenaje que le brindó Popovic a sus hijos pródigos fue sacarlos de la duela a falta de dos minutos. Primero Tim Duncan, luego Manu Ginóbili y posteriormente Tony Parker. Todos ellos con una ovación monumental y probablemente pueda ser la última vez que este tridente esté junto, pero han dejado a la NBA y al deporte una lección de profesionalismo, dedicación, pasión y calidad. Spurs y Popovic demuestran que la plantilla a la que le llamaban vieja es la mejor de toda la Liga.