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La ruta del deporte en los estados más pobres de México
La actividad deportiva en estas entidades ha permanecido entre el olvido y la malversación de fondos, pero con un resultado similar: carencias de infraestructura y metodología que se traducen en falta de resultados.
En Chiapas, Oaxaca y Guerrero habitan 9.3 millones de personas en pobreza extrema, lo que representa el 38% de la población nacional en esta situación. Es decir, uno de cada tres mexicanos en pobreza extrema o es chiapaneco, oaxaqueño o guerrerense, de acuerdo a cifras del último estudio de Coneval (2020).
Ese contexto se refleja en el rendimiento deportivo. En 2018, el estado de Guerrero fue el último lugar de la Olimpiada Nacional sumando apenas siete medallas, un contraste brutal con el primer lugar, Jalisco, que sumó 537. En la tabla de puntuación, donde se mide el desarrollo deportivo, el estado alcanzó 550 puntos, mientras que Oaxaca 1,240 y Chiapas 1,133; los tres estados no superaron ni la quinta parte de los puntos de Jalisco, con 5,369.
“Siempre ha existido una serie de confusiones en la que navega la indecisión del deporte en el estado de Guerrero. Piensan (las autoridades) que apoyar al tenis es apoyar al deporte, pero ahí lo que estás promoviendo es el turismo”, analiza Héctor Briseño, periodista deportivo de La Jornada en Guerrero.
La percepción es similar en Oaxaca: “A los gobiernos estatales anteriores lo que menos les interesaba era el deporte, es hasta este sexenio donde se ha invertido en infraestructura. El deporte es la base para prevenir la delincuencia y las enfermedades. Deberían voltear más al deporte e invertirle más para dejar de invertirle a la policía y a los hospitales”, señala a este diario, Alfonso Benítez, periodista deportivo de dicho estado.
Entre Chiapas, Oaxaca y Guerrero suman 20 equipos que militan en ligas nacionales y, salvo los Guerreros de Oaxaca en la Liga Mexicana de Beisbol (LMB), ningún otro participa en una liga o categoría de primera jerarquía.
Y no se visualiza una mejora en distribución de recursos. Para 2021, el presupuesto destinado al deporte en México a través de la Conade es de 2,675.9 millones de pesos, lo que representa una disminución de 108 millones (3.8%) en comparación con el presupuesto de 2020, de acuerdo a cifras proporcionadas por Ernesto Vargas, presidente de la Comisión del Deporte en el Congreso de la Unión.
El Economista consultó a periodistas de estas entidades para entender el panorama de infraestructura deportiva local, así como las inversiones que han realizado los gobiernos federal y estatal en los últimos años.
Las carencias del sureste mexicano en materia deportiva
Chiapas
“En Chiapas, el gobierno ha estado muy ligado al deporte. No sería posible sin estos personajes (funcionarios públicos), pero me parece que ya estamos llegando a un límite, rayando en lo absurdo”. Así calificó Eduardo Solís, periodista deportivo chiapaneco, la inversión de 89 millones de pesos del gobierno federal para una unidad deportiva del municipio de Palenque a inicios de este 2021. Allí radica un equipo de beisbol presidido por el hermano del presidente, Pío López Obrador.
Esa ha sido la única inversión deportiva del gobierno federal en Chiapas durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, que causó polémica por nepotismo y porque el presidente se ha declarado abiertamente aficionado del beisbol. Sin embargo, habitantes de Palenque (a 400 kilómetros de la capital del estado) consignaron a este medio que hay otras prioridades en el municipio en salud, vialidades y servicios públicos.
De acuerdo a reportes de Coneval, Chiapas ha tenido los índices más altos de pobreza extrema en el país durante más de una década y, según el último censo del INEGI (2020), es la tercera entidad con menor porcentaje de su población afiliada a servicios de salud.
A lo largo de la historia, los equipos profesionales que han existido en Chiapas han tenido algún vínculo con el gobierno estatal, inviertiendo más de 244 millones de pesos entre compras de franquicias y remodelaciones de instalaciones. Solo el Estadio Víctor Manuel Reyna, donde jugaron los Jaguares en Primera División del futbol mexicano durante 15 años, recibió una inversión de 50 millones de pesos de parte del entonces gobernador, Pablo Salazar Mendiguchía.
Tres gobernadores invirtieron dinero público durante la existencia de los Jaguares en el futbol mexicano: el mencionado Pablo Salazar (sexenio 2000-2006), Juan Sabines Guerrero (2006-2012) y Manuel Velasco Coello (2012-2018). En el caso de Sabines, rescató al equipo de la bancarrota en 2008 con un fideicomiso de fomento al deporte de 67 millones de pesos, mientras que en 2014, Velasco invirtió otros 16 millones del erario para remodelar la fachada del estadio Víctor Manuel Reyna y dejarla de color verde, el mismo de su partido político (Partido Verde Ecologista de México).
No obstante, en la actualidad Chiapas no tiene equipo de futbol (el deporte predilecto del estado) ni siquiera en Liga de Expansión (antes Ascenso), mientras que sus equipos de beisbol compiten en ligas invernales de Tabasco y Veracruz que no son de primera categoría como la LMB o la LMP.
Las condiciones para el deporte amateur y universitario tampoco son idóneas. En la última década, atletas como Aremi Fuentes, halterista que pelea por un puesto en los Juegos Olímpicos de Tokio, emigró a Baja California porque recibió mejores propuestas de vida y de desarrollo deportivo. De igual forma, Jairo Morán (lanzador de bala) y Carmelita Correa (salto con pértiga), destacados a nivel nacional, emigraron a Nuevo León para poder continuar su carrera en el deporte con éxito.
Oaxaca
De los tres estados, Oaxaca es el que recibe competencias deportivas de mayor jerarquía: la Liga Mexicana de Beisbol (una de las dos más importantes de este deporte en el país) con los Guerreros, y la Liga de Expansión (segunda división de futbol) con los Alebrijes.
En su territorio también se ubica una de las academias de la Fundación Alfredo Harp Helú (municipio de San Bartolo Coyotepec, a 13 kilómetros de la capital del estado), uno de los semilleros de beisbol más importantes y en donde se forjaron Víctor González y Julio Urías, campeones de la Serie Mundial con Dodgers.
Sin embargo, esta academia es de iniciativa privada. La percepción de la inversión gubernamental es diferente: “Tanto en esta administración (federal) como en otras, la inversión en Oaxaca es prácticamente nula. Es de los pocos estados que no cuenta con infraestructura adecuada para deportistas de iniciación o alto rendimiento, provocando que emigren al centro o norte del país”, menciona Alfonso Benítez.
La única infraestructura deportiva en el estado que ha recibido inversión federal, señala, fue una unidad deportiva de 50 millones de pesos en la región del Papaloapan, cerca de Veracruz, que cuenta con instalaciones para atletismo, basquetbol, beisbol, futbol y tenis, aunque asegura que este recurso fue destinado gracias a la gestión de Eviel Pérez Magaña, un oaxaqueño que fue secretario de Desarrollo Social (Sedesol) en la última parte del sexenio de Enrique Peña Nieto.
Fuera de eso, Benítez destaca que las inversiones han sido más constantes por parte del gobierno estatal en la reciente administración de Alejandro Murat, con más de 150 millones de pesos en un proyecto de rehabilitación de una alberca olímpica y la construcción del complejo ‘Hermanos Flores Magón’ que cuenta con un gimnasio especial para deportistas de alto rendimiento.
El periodista señala que en el sexenio estatal anterior, a cargo del gobernador Gabino Cué Monteagudo, hubo una inversión en infraestructura deportiva de 400 millones de pesos "que no se ven por ningún lado". Los logros han llegado de otra forma, como con los Chapulineros, campeones de la recién creada Liga de Balompié Mexicano (LBM).
“En Oaxaca se practica mucho deporte, pero no hay dónde. El estado apenas compite en 13 o 14 disciplinas de 32 de la olimpiada (nacional) y la mayoría son deportes de contacto. Nuestro récord histórico es de 74 medallas, mientras que estados como Baja California, Nuevo León o Jalisco superan las 300 o 400, ahí te das cuenta de una disparidad de infraestructura deportiva que no es esencial pero sí es importante”.
Guerrero
El foco del deporte se ha centrado en Acapulco. De acuerdo a cifras proporcionadas por el periodista Héctor Briseño, una de cada tres albercas con fines deportivos en la entidad se encuentra en esta ciudad, además de que aquí se ubica “la Unidad Deportiva más importante del estado”, con una inversión estatal de 81 millones de pesos en 2015.
Es justo el gobierno estatal quien ha invertido en infraestructura deportiva en Guerrero. La fuente menciona que la administración actual a cargo de Héctor Astudillo ha invertido más de 170 millones de pesos en ocho municipios, aunque ninguna considerada como obra magna.
“No queremos que haya contrastes, que haya dos Acapulcos, el de los turistas que van a los hoteles de gran turismo, de cinco estrellas, y el Acapulco de los pobres; eso no es justicia”, señaló el presidente Andrés Manuel López Obrador en marzo de 2019.
En ese entonces, anunció una remodelación al Parque Papagayo, uno de los más simbólicos del estado pero que no es exclusivamente deportivo (es una reserva ecológica y turística en la que hay una cancha sintética de futbol), aunque la administración federal solo aportaría 50 millones de pesos, mientras que el gobierno estatal los restantes 150 millones, de acuerdo a reportes del diario La Jornada. Fuera de ello, el periodista Héctor Briseño asegura que no ha habido más inversión federal en infraestructura deportiva.
Guerrero solo cuenta con cuatro equipos de futbol que militan en la Liga de Tercera División Profesional de México (que en realidad es el cuarto escalón del futbol mexicano) y en 2020 tuvo un equipo en la recién creada Liga de Balompié Mexicano (LBM), el Acapulco FC, que solo jugó tres partidos hasta ser expulsado de la liga en noviembre.
“La infraestructura todavía es insipiente, el gobierno no invierte lo suficiente para el desarrollo cabal de los atletas que siempre se han quejado de que no tienen dinero para sus viajes de fogueo previo a las competencias o para los uniformes.
Guerrero siempre ha estado en los últimos lugares (de la Olimpiada Nacional), lo que yo atribuyo a la falta de un plan, de metodología de mediano y largo plazo para el trabajo con los atletas. Si a nivel nacional son esfuerzos familiares (para pagar los gastos), imagínate en un estado con rezagos históricos económicos”.