Lectura 2:00 min
Ley contra violencia en estadios no tomó en cuenta a aficionados
Los dueños del balón y los legisladores de ambas Cámaras, excluyeron a los aficionados en el tema de la violencia del futbol. En la aprobación de las sanciones para quienes participen en enfrentamientos dentro y en las inmediaciones de los estadios, no fueron considerados los problemas y características de los grupos de animación, la población en general que asiste al espectáculo; así como la opinión de investigadores y académicos, en busca de una solución integral a los fenómenos que ocurren en los inmuebles del futbol.
Se piensa desde una lógica de proteger el negocio, condenando estas formas violencia. Al aficionado en México se le ve como un consumidor, no como ciudadano , reflexionó Samuel Martínez, académico de la Universidad Iberoamericana.
Por su parte, Roger Magazine, investigador de los grupos de animación en nuestro país, explica que las barras están en un constante proceso de crítica, no sólo al interior del conjunto, también contra los dirigentes y la corrupción en el país. También resaltó que desde el incremento de los precios en las entradas, ante un espectáculo muchas veces deficiente, y la eliminación de sectores populares en los estadios, es una discriminación de clases para la afición , señaló.
En la experiencia brasileña, comenta Edison Gastaldo, antropólogo, el futbol internacional está viviendo un proceso de aburguesamiento y advierte que este pensamiento proviene desde los dueños de equipos, dirigentes de federaciones y el máximo rector del futbol. La FIFA quisiera que se comportaran como consumidores, sin cuestionar el entorno , dijo.
Los expertos aseguraron, que la aprobación de sanciones a los aficionados que incurran en actos de violencia, no disminuirá el carácter de oposición de los grupos de animación; al contrario, en esencia, las barras se alimentan de la confrontación para fortalecer sus ideales.
Finalmente, lamentaron la rapidez con que aprobaron las reformas a la Ley de Cultura Física y Deporte, donde no se realizó un estudio profundo, ni se escucharon las voces de los aficionados.