Los errores que hundieron a Gallos

Parece que La reacción de Gallos Blancos no servirá de nada en la lucha del club por evitar el descenso, de la mano de Nacho Ambriz, entrenador que ha dado al equipo 13 de los 18 puntos posibles en el actual torneo, números que hicieron soñar a la afición con mantener la categoría.

Y es que el entrenador que ha hecho mucho con tan poco está a nada de terminar pagando todos los errores del conjunto de Querétaro, que desde su ascenso en el 2009 dio la impresión de querer volver al infierno de la antes llamada Primera A.

La vida es de riesgos y me gusta siempre correrlos. Además, al equipo lo había visto, vi su plantilla, que me parece muy atractiva, la directiva armó el equipo para calificar y, por consecuencia, salvarse del descenso , destacó Ambriz a su llegada, lleno de ilusión, sentimiento totalmente opuesto al que hoy debe de embargarle, con la obligación de ganar los últimos tres compromisos del Clausura 2013, que no será suficiente para salvarse si Puebla logra sumar un solo punto de los nueve restantes.

Querétaro regresó a la Primera División en el 2009 con confianza de ya no tener que pasar penas con el tema porcentual. Pero no. Desde aquel Apertura 2009 Gallos registra apenas 34% de productividad, un último lugar de la tabla en el Apertura 2012, y dos penúltimos, en su campaña de regreso en el Clausura 2012.

A esas pobres temporadas habrá que agregarles la nada presumible cifra de 22 entrenadores en 14 torneos y los constantes cambios de dueños y de directivos, con nombres como los de Ulises Zurita, Zlatko Petricevic y ahora Adolfo Ríos y Markus López, quienes detrás tienen a inversionistas de la talla de Claudio Suárez y Jorge Campos.

Nosotros sabíamos que había un riesgo. Si no, no estaríamos acá. La situación es un reto pero de todos, no sólo de los que llegamos. Podemos cometer equivocaciones, como todos, pero llegamos con la buena intención de hacer bien las cosas. Más allá de lo que es benéfico o no estar en un proyecto como éste, queremos ver hacia adelante , dijeron López y Ríos en su presentación hace unos meses.

Pero la buena fe de este par de directivos no fue ni será suficiente ante una historia llena de yerros en los escritorios, como lo fue el cese de Gustavo Matosas, a quien le dieron las gracias a pesar de que en los dos últimos partidos había sacado la victoria. De igual forma, Gallos se equivocó al creer que segundas partes, como con Ángel David Comizzo, serían exitosas.

Tiempo después, tras ser cesado, lo único que se quedaron de Comizzo fueron estas declaraciones. En realidad, a mí no me ha llamado el dueño del circo, que es el señor Antonio Rico, que se había comprometido conmigo a que me iba a mantener en el equipo. A mí me tiene que llamar el dueño, yo no hablo con los changos , dijo.

Sólo resta esperar a que se consume el descenso de Querétaro, situación que únicamente se evitaría si Gallos gana sus tres partidos y Puebla cae en los suyos.

rgs