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Los números son la vida para Luis Rivera

Llega como uno de los favoritos al podio. Este año, impuso el récord de la Universiada en 8.46 metros en el salto de longitud y busca hacer historia en el mundial.

Su vida gira en torno a los números. Por el momento, su favorito es la combinación que deriva en 8.46 metros, mismo número que se vio en la pantalla electrónica del estadio Central de Kazán cuando el sonorense se coronó en la Universiada 2013 y misma cifra que lo catapultó al oro, a la cima del ranking en la prueba y lo puso en la mira del mundo.

No es raro que Luis sea un apasionado de las matemáticas, porque los números han marcado de algún modo su destino: estudió Ingeniería Industrial en la Universidad de Arizona, hizo la maestría en Ingeniería Eléctrica en el Tec de Monterrey y actualmente estudia el doctorado en Ciencias de la Ingeniería en la misma universidad.

Quizá por ello no le cueste trabajo recalcular, medir y trabajar en esas 19 zancadas que cada vez lo han hecho llegar más lejos en el salto de longitud. Su progresión es inminente: 7.95 metros en el 2009, 8.22 metros en el 2012 y 8.46 metros en el 2013 y busca continuar.

Es fruto del trabajo con mi entrenador , ha dicho Luis; trabajo que ha tenido desde que, a los 17 años, se involucró en la disciplina. Pero hay quien atribuye su éxito a una cuestión más bien genética.

Hijo de Luis Rivera y Alejandra Morales, Luis tiene herencia deportiva. El papá, Luis Rivera Pompa, fue un destacado deportista que sobresalió en el atletismo.

En tanto, su abuelo materno, León Morales Amézquita, fue conocido como El Maestro Silas, cuando participó en la Liga Municipal de futbol. Era originario de León, Guanajuato, fue maratonista, incluso llegó a correr una carrera de León a la ciudad de México, en la que quedó segundo. En el balompié, jugó en la Primera División con el equipo Unión de Curtidores.

Esa herencia llegó a los Rivera. Luis es el mayor de cuatro hermanos, todos hombres y todos atletas. Edgar practica el salto de altura y viajó con su hermano al Mundial de Moscú, aunque fue eliminado en la ronda clasificatoria. Jorge practica decatlón y Adrián, el más pequeño, también practica el salto de longitud y de altura.

Y aunque hoy Luis acaricia la fama, da entrevistas, resiste los flashazos de la cámara y se mira en las páginas de los periódicos, lo cierto es que su ascenso no fue tan sencillo. Amante del beisbol, deporte famoso en Agua Prieta, su ciudad de origen, y del futbol, la vida lo llevó a convertirse en un especialista en salto triple y de longitud.

En el Mundial Juvenil de Canadá 2003, en salto triple, tuvo una participación decorosa, al marcar 14.25 metros. En México, es poseedor del récord en categorías menores de esta disciplina, con 15.41 metros.

Aunque el mismo Luis no se veía con aptitudes para el salto de longitud, en el 2004 registró 6.70 metros y obtuvo el oro en competencia nacional. En otra prueba nacional, ese año en Tepic, saltó 7.19 metros y estableció récord mexicano en categoría juvenil.

En el 2005, decidió irse a Arizona para estudiar y comenzó a competir en pruebas cada vez más exigentes. Llegó a participar en 15 competencias al año y eso terminó por afectar su rendimiento, pero volvió a México, gracias a que el Tec de Monterrey le ofreció estudiar una maestría y, más importante, le ofreció casa, comida y estudio. Todo, con tal de que brillara en el atletismo.

No decepcionó. Hoy estudia un doctorado y también está considerado desde hace varios años en el programa CIMA de la Conade.

Es admirador de Ana Guevara y Jonathan Edwards, asegura que su mayor amor, además del atletismo, es su esposa Marisela, mi apoyo . Amante de la comida china y la carne asada, del cine, de películas como En busca de la felicidad, que te enseñan que todo es posible , fan del grupo Maná y de tocar la guitarra.

Es este Luis Rivera, el mismo que buscará hoy subir al podio y poner el mundo a sus pies. A sus 26 años, el mexicano, que hoy buscará emular su hazaña de apenas hace unas semanas, sabe lo que es poder comerse el mundo a grandes bocados. Aunque el mundo no quiera, me estoy haciendo notar, les estoy diciendo: aquí estoy .

rgs

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