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México llega a Chile ?con muchas dudas
En el último partido de preparación previo a la justa continental, los brasileños mostraron los errores en los que tiene que trabajar.
Con una alineación incierta y con pocas llegadas de gol, la Selección mexicana llegará a la Copa América de Chile 2015. El último ensayo antes del torneo continental terminó con una derrota ante Brasil 2-0 sobre México, pero sobre todo descubrió las carencias de un equipo al que ya no le es suficiente jugar bajo un mismo esquema táctico.
Incluso, los futbolistas con mayor experiencia en el equipo y llamados a ser referentes del grupo fallaron en los dos goles de la selección menos peligrosa de Brasil de los últimos años. Rafael Márquez y Jesús Corona dieron la pauta de un conjunto errático en la defensa, desconcentrado en la elaboración del juego y sin peligro a la ofensiva.
No obstante, el caos tenía origen desde la banca, en la estrategia y apuesta de Miguel Herrera. Fallando a su palabra de alinear al cuadro que debutaría en la Copa América, Herrera dio entrada a los jugadores que se integraron a los entrenamientos de la Selección durante el transcurso de la semana; es decir, los que jugaron la final en el torneo local, Adrián Aldrete; George Corral y Mario Osuna.
No fue raro entonces que Rafael Márquez no dejara de dar indicaciones, de hablar con sus compañeros. El capitán mexicano fue una especie de guía, desde dirigir en el campo a los mexicanos, hasta fungir de mediador, como cuando los jugadores brasileños quisieron reclamarle a Javier Güémez por una dura barrida sobre Danilo, y Rafa reprendió al mediocampista del Tri para que se disculpara por la acción.
El defensa -con gritos- trataba de poner orden en un equipo al que ya no le es suficiente conocer el mismo sistema de juego, el que para Miguel Herrera está exento de modificación.
Y es que, aun sin el agobio de la Selección brasileña, fue el talento innato de sus jugadores más desequilibrantes el que rompió el juego. Primero Philippe Coutinho, quien dejó en el camino a Hugo Ayala con una amague, para enfilarse a la portería de Jesús Corona, que en su intento de predecir la jugada del brasileño, descuidó su meta y el delantero alojó el balón en el único espacio que no cubrió el portero mexicano.
Fue demasiado premio en un juego errático, de ambas partes. Un síntoma del partido era la delantera de México. La dupla Eduardo Herrera y Raúl Jiménez luce fragmentada; el primero irrelevante en la construcción del juego y el segundo errático en cada pase, inseguro en su andar y predecible en el regate.
No fue raro entonces que Jiménez en la primera media hora de partido no se asociará con sus compañeros. Todo terminó cuando Márquez falló en la cobertura de un pase, Elías dejó al capitán mexicano para ceder el balón a la entrada de Diego Tardelli.
Incluso, el agravio fue mayor para México, al reconocer en Jesús Manuel Corona al único futbolista capaz de romper la monotonía de la propuesta mexicana, la misma que defiende Miguel como su filosofía y que en los últimos dos juegos -ante Perú y Brasil- apenas suma seis disparos a gol, un tiro a gol cada media hora de juego.
El arrojo e impulso emocional en el inicio de la era de Herrera se agota, las dudas acechan a la Selección mexicana de cara a la Copa América, el torneo que medirá el nivel del Tri en el continente. (Con información de Eduardo Hernández)