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Paola no falla, gana oro

De dos, dos: los clavados, uno de los deportes que más gloria le aportan a México, abrieron el miércoles con dos medallas de oro de dos posibles para los locales en los Juegos Panamericanos.

Guadalajara, Jal. A Paola Espinosa le bastó un solo clavado para refrendar su título. Uno sólo y volvió a reinar. La parsimonia de su rostro lo decía todo. Era su último clavado, y tenía que ganar. Y así lo hizo. De una agónica manera mantuvo el reinado en la plataforma en los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011, título que por primera vez había logrado en Rio de Janeiro 2007, y que representó su cuarto oro panamericano y de paso, le dio el título 22 de nuestro país en la actual justa.

Fue cuestión de segundos, cinco cuando mucho, los que tardó en llegar de la plataforma de 10 metros al agua. Segundos en los que un sepulcral silencio se adueñó del atascado Complejo Acuático. Porque era el último clavado y Paola, la reina, había dejado hasta el último respiro el momento de acomodarse la corona que parecía perdida.

Que por cierto, había estado en manos de Tatiana Ortiz hasta ese momento, el del quinto clavado. En un sólo salto, Paola le arrebató el oro a su compañera en la sincronía de la plataforma, su cómplice en el bronce de Beijing 2008. La que hace dos años había optado por abandonar los clavados y que regresó para quedarse con la plata en los Juegos Panamericanos y que se siente feliz con el subcampeonato.

Porque regresé para hacer lo que me gusta. Ha habido muchas cosas negativas a mi alrededor, pero esto es sólo una prueba de que cuando uno hace lo que le gusta las cosas salen , explicó con una sonrisa la dicharachera Ortiz.

Acepta que entendió entonces, Tatiana, que Paola Espinosa es infranqueable. Que no bastan los casi siete puntos de ventaja para vencerla. Porque Ortiz tras cuatro rondas, tras haber sido constante durante los cuatro primeros saltos se sentía bañada en oro con 292.25 puntos, lejana a los 285.80 que Paola acumulaba y que la tenían en tercer lugar, debajo de la canadiense Meaghan Benfeito.

Benfeito que volvió a ver a Paola rebasarla, como en el Mundial de Shangai, donde la mexicana le arrebató el bronce, ahora fue la plata panamericana pero dolió igual, espero tener revancha en la plataforma sincronizada , aseguró la canadiense.

Como si fuera su primer salto, Paola se paró en la plataforma para tirarse por quinta vez. A grito pelado los mexicanos ensordecieron por un instante el lugar, Espinosa se concentró en ese momento, el que entonces la haría despuntar. Sólo bastó ver su gesto para saber que era ella, que en justo ahí y justo ahora, había decidido tomar de un golpe lo que sentía tan suyo. Lo que era de ella.

Y saltó, y apretó el total de sus músculos y giró en movimientos increíbles, casi inhumanos, casi perfectos. Mientras Tatiana sabía que en esos segundos, quizá cinco nada más, tendría que ceder el oro a la sudcaliforniana.

Como una roca pegó en el agua, Paola. Con la pulcritud de una aguja se sumergió y el Centro Acuático entero estalló. Y se estremeció Tatiana que intentó alcanzar a su compañera, pero le fue imposible.

Emuló en el clavado a Espinosa, el mismo saltó que había intentado Benfeito y otras tres clavadistas más. Como un espejo repitió el movimiento, pero no. Ni el más perfecto clavado podía ganarle a la perfección de Paola y entonces las pantallas pusieron en lo alto el nombre de la reina.

Fueron apenas centésimas, que llevaron a Espinosa a llevarse su primer título en una muestra de carácter y decisión que impresionó a la multitud que tras su 84.80 de calificación se desbordó. Y del cielo comenzaron a caerle banderas y de sus compañeros y entrenadores abrazos y del resto de las clavadistas la admiración.

Porque sólo así se puede tratar a Paola, la reina, la que en cuestión de segundos decidió colgarse el oro, que era tan suyo.

Yahel Castillo y Julián Sánchez, oro en sincronizados

Fue un oro cantado desde el principio. A Yahel Castillo y Julián Sánchez les valió tirar tres clavados de muy buen nivel para no permitir que nadie les diera batalla por el título del trampolín de tres metros sincronizado de los Juegos Panamericanos Guadalajara 2011.

Fue un dominio de principio a fin, aunque un poco ayudados en el primer y último clavado por la decisión de los jueces que se vieron un tanto localistas. Aunque los estadounidenses Matthew Dumais y Kristian Ipsen, estuvieron pisándoles los talones todo el tiempo, Yahel y Julián no soltaron su condición de favoritos y apoyados en la gente que llenó el Centro Acuático de esta ciudad.

Así, los del país de las barras y las estrellas se tuvieron que conformar con la plata (411.99), mientras que Cuba se quedó con el bronce (384.33).

Las competencias seguirán esta noche en la plataforma donde debutará la principal favorita la mexicana Paola Espinosa.

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