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Piel, el activo valioso del ejercicio bajo el sol y el calor

La piel debe ser tomada con la misma seriedad que la disciplina deportiva, pues su deterioro al exponerse varias horas al sol puede traer daños que se complican y aceleran su envejecimiento.

El esfuerzo en la actividad física bajo el sol y en altas temperaturas también incluye la atención a la piel, que se identifica como el órgano más grande del cuerpo y que sirve de principal protección contra el calor, la luz, las lesiones y las infecciones. Pensar en la piel muchas veces no está en la mente al planear entrenamientos, la hidratación y las pruebas físicas de salud. La piel tiene sus dosis de cuidado si se quiere alargar su vigencia y retrasar el deterioro.

Paola Castañeda o ‘Paoderma’, Dermatóloga especialista en cáncer de piel, acné y manchas de la piel recomienda que el ejercicio físico debe realizarse “idealmente en un horario más amigable, antes de las 9:00 am y después de las 4:00 pm. Al tener mayor exposición solar se debe usar fotoprotector solar. Y si se pasa mucho tiempo al aire libre, debe de reaplicarse cada 2 a 3 horas”.

Y si bien, las recomendaciones generalizadas indican que se debe usar gorra, lentes oscuros, eso no sustituye a los bloqueadores solares, ni tampoco debe aplicarse otra sustancia naturista.

“No existen remedios caseros seguros, no se deben de usar (...) La marca de bloqueador no se debe de cambiar y el mejor es el que te gusta. Existe la fotoprotección vía oral que no sustituye a la tópica pero que ayuda a que la piel resista más al sol”.

Para las personas que hacen deporte “el SPF (Sun Protection Factor, en español, Factor de Protección Solar) se debe de tener un mínimo o igual a 30. Aquí es importante que se aplique la cantidad correcta y que se reaplique. En la playa, alberca o ante sudoración o exposición al aire libre, se aplica cada dos horas. En la ciudad cada cuatro horas”.

La Universidad de Iowa, Hospitales y Clínicas señala que las enfermedades relacionadas a la exposición continúa al sol son el fotoenvejecimiento, los cambios en el color de la piel, manchas marrones o bronceadas, arrugas prematuras, piel precancerosa, manchas en la piel ásperas, parecidas al papel de lija y escamosas que luego pueden convertirse en cáncer de piel a diseminación (metástasis) y a otras partes del cuerpo.

“La enfermedad más grave es el cáncer de piel (pero hay otras como) manchas en la piel (el famoso paño), piel seca y deshidratada, quemaduras, alergias. No solamente la luz del sol nos lastima sino se puede ver exacerbada por los radicales libres de la contaminación, lastima y envejece la piel”, menciona la dermatóloga.

Este mes de junio es el más caluroso de los registros históricos en la historia de México y el mundo, de acuerdo al Servicio de Cambio Climático de Copernicus de la Unión Europea. 

marisol.rojas@eleconomista.mx

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