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Pompilio, el otro secreto de Osorio para la Selección Mexicana

Es la persona que más conoce al DT de la Selección Mexicana. Es su compatriota, conciencia y las discusiones entre ellos pueden derivar en un distanciamiento de días.

Los caminos de Juan Carlos Osorio y Luis Pompilio Páez se encontraron por primera vez en Pereira, cuando ambos tomaban el mismo autobús para asistir a los entrenamientos de la selección de Risaralda, la localidad a la que representaron en sus épocas juveniles.

Para entonces, Luis se desempeñaba como un mediocampista defensivo, la habilidad para contener los ataques rivales le hizo enfrentarse en diversas ocasiones con Juan Carlos, un habilidoso volante ofensivo, y tomaron rumbos distintos como futbolistas profesionales: Pompilio, como el jugador con más partidos con Deportivo Pereira, y Osorio con su retiro prematuro para iniciar su preparación académica como entrenador.

Luis es quien mejor conoce al entrenador de la selección mexicana.

Estoy para defender mis ideas explica Pompilio, el auxiliar técnico de Osorio y encargado de los entrenamientos del conjunto que participará en la Copa Oro.

Desde el 2006, la dupla Osorio-Páez comenzó su aventura en los banquillos, y desde entonces, han desarrollado la metodología que tiene la selección mexicana.

Luis Pompilio explica su rol en el equipo nacional, su relación con Osorio y los métodos que han despertado críticas, reclamos, admiración o cuestionamientos en el medio nacional.

Por ejemplo: Luis explica que está en el espíritu humano la relajación de los jugadores talentosos ante rivales modestos, cuya única característica es la fuerza y despliegue físico. Aquí los conceptos del auxiliar de la selección mexicana y el desarrollo de la filosofía de juego.

¿Cuál es el rol que tiene en el cuerpo técnico de Juan Carlos Osorio?

Como soy, con mucha personalidad, estoy para defender mis ideas; lógicamente en el futbol uno no es el dueño de la verdad, eso es muy difícil decirlo y aplicarlo.

El futbol da para todo y yo creo que es subjetivo, y yo tengo con Osorio la personalidad para defender mis ideas.

Es mi amigo de hace mucho tiempo; sin embargo, controvertimos, nos gusta la controversia y yo a él lo tengo que hacer pensar y buscar entre todos lo mejor para la selección.

Tenemos discusiones y diálogos acalorados y hasta en la experiencia que tenemos nos dejamos de hablar uno o dos días, nos alteramos con pasión, como nosotros vivimos el futbol, pero al final nos respetamos y yo lo apoyo porque he aprendido muchas de las cosas que él ha implementado.

Es un técnico diferente y ha logrado los resultados, yo veo algo que podemos cambiar y que nos ayude para la selección, yo estoy en la obligación de hacerlo y, no basta con decirle que alguien es muy buen jugador, a él explícale por qué es influyente.

En conclusión, hablamos, dialogamos, él escucha y decide qué es lo mejor para la selección, pero igual yo lo tengo que apoyar porque no tengo la verdad en el futbol, ésa la sabremos después de un tiempo, después del partido y él me podrá decir:

Páez, tenías razón sobre esa percepción; o yo: ‘Juan, lo felicito por tal decisión’ .

Los resultados demuestran que México suele tener mejores actuaciones con selecciones poderosas, mientras que cuando se enfrentan a equipos menos preparados el nivel también baja.

¿Qué explicación tiene sobre ese fenómeno, es cuestión mental del futbolista mexicano?

No sólo pasa a nivel de selecciones, pasa mucho a nivel de clubes, el jugador no encuentra esa motivación tan grande en esos partidos ante rivales aparentemente débiles, eso hay que trabajarlo, el jugador debe tener el compromiso de disputar conscientemente que son los mismos tres puntos y que representan a la selección y todos estamos en esa obligación.

Por ejemplo: nosotros en la Concacaf hemos visto alineaciones de México con mucho talento ante Trinidad y Tobago, que ganó 4-3 en el último minuto en Copa Oro.

Sin embargo, el rival le hizo tres goles y cuando se mete a jugadores de ese tipo y contra equipos que no tienen mucho nombre, uno tiende a confiarse a pensar ‘ahorita metemos el gol’. El problema es que el otro también compite con empuje, determinación y te complica.

Si coloca a gente con mucho talento, a veces a esos jugadores no les gusta la ficción, no les gustan esos partidos con jugadores físicos, de cierta manera no apostamos por los más influyentes o talentosos, se esconden porque no van a ese choque y entonces el equipo debe arrastrar a esos jugadores.

Y entonces, ¿eso cómo se mejora?, ¿se puede entrenar la mentalidad del jugador mexicano?

Una de las cosas que hacemos en esos partidos es que colocamos un equipo más trabajador con determinado talento para disputar esa situación y por eso nos ha dado tan buen resultado en Trinidad y Tobago, Honduras que no son uno de esos campos que no están al 100 por ciento.

Aquí en el Azteca, con nuestra gente y en casa, siempre colocamos a gente de mucho talento.

Lógico que entrenamos la mentalidad, somos conscientes de que hay que dar el máximo en cada partido y no sólo ahí, también en el entrenamiento. Como se entrena se juega, pero la mente del ser humano es compleja y en la experiencia que nosotros tenemos es más difícil manejar un grupo exitoso que ya ha ganado varios torneos, el ser humano tiende a confiarse, es natural, no se tiene la misma intensidad, la misma concentración y se crea una autoconfianza de que estando juntos se puede ganar, el futbol no es eso, el futbol hay que demostrarlo en cada partido.

eduardo.hernandez@eleconomista.mx

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