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“Quiero ganadores, aquí no hay perdedores”

Juan Manuel Márquez fue encaminado desde el seno familiar al destino de los encordados, a los que dijo adiós tras más de dos décadas.

Los entrenamientos para Juan Manuel y Rafael Márquez comenzaban a las 3:00 de la tarde. Debían ser puntuales. Ellos comenzaron bajo la órdenes de su papá, Rafael Márquez Enríquez, con quien entrenaban cada golpe hasta que lo hacían de forma correcta, llevaba tiempo.

No importaba si los dos chicos llegaban cansados de la escuela. Ellos debían entrenar.

Mi papá agarraba la almohada y eran tres o cuatro rounds de puro jab. Después aprender a caminar, nos decía cómo debíamos pararnos y cómo movernos , recuerda Rafael Márquez. Los sábados se sentaban con su papá frente al televisor para ver las peleas.

Su regalo del Día de los Reyes fueron un par de guantes y un costal, a pesar de que ellos deseaban otros juguetes. Su papá justificaba que les serviría para entrenar.

La disciplina fue algo que también les enseñó María de la Luz Méndez, mamá de ambos expugilistas. En sus inicios siempre estuvo al pendiente de la alimentación y algo que no faltaba era el licuado de hígado y, en su momento, María les decía que se lo tomaran porque los haría más fuertes.

María y Rafael siempre están al pendiente de sus ocho hijos (cinco mujeres y tres hombres). En el pasado cuidaron de que no se fueran por el mal camino. Juan Manuel y Rafael fueron encaminados hacía el pugilismo. También jugaban baloncesto, futbol americano, beisbol, eran los mejores de la cuadra.

Rafael recuerda que su mamá les decía: Quiero ganadores, aquí no hay perdedores . Siempre les recordaba que debían levantarse temprano y entrenar fuerte.

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Los Márquez comenzaron a entrenar en el gimnasio Vicente Saldivar, con Rafael Rojas, Jesús Domínguez e Ignacio Beristáin.

Sus inicios en el deporte no fueron sencillos por la falta de recursos. Ellos en ocasiones sólo tenían para regresar en metro de Nativitas a Xola, pero ya no les alcanzaba el dinero para el camión que los llevaba hasta su casa. Entonces, lo que hacían era irse colgados atrás del camión. Arriesgábamos mucho, pero no había dinero , platica Rafael.

A pesar de la situación no abandonaron el deporte, al contrario buscaban la forma para seguir entrenado y trabajaban para obtener dinero.

En tanto, Beristáin describió a Juan Manuel como un boxeador que siempre mostraba disposición para entrenar. Cuando pones a todos a trabajar en un rutina de ejercicios de coordinación, él destacaba porque tenía facilidad para hacer las cosas .

El gimnasio Romanza fue el sitio donde entrenó desde inicio de los años 90. Sitio en el que antes de comenzar la rutina, Juan Manuel pedía una estación radio en particular.

Juan Manuel, de 43 años, ha decidido concluir con una carrera de más de 24 años. El expugilista sumó títulos en las divisiones pluma, superpluma, ligero y superligero. Otro de los pugilistas que lo lograron fue Érik Morales y Jorge Arce. Él deja el deporte tras registrar una marca de 56 victorias fueron por la vía del KO y siete derrotas

La decisión de retirarse de los cuadriláteros fue consecuencias de sus lesiones de rodilla y hombro. El decidir dejar el profesionalismo, Ignacio comenta que es una decisión que le dolió tomar al boxeador.

El periodista deportivo David Faitelson indica que el ahora expugilista mostró las cualidades para marcar un antes y después en el deporte. Era un peleador que llegaba a la hora que Don Nacho le indicaba, seguía sus instrucciones, además, era un tipo inteligente y entendía muy bien lo que le pedían y lo que el boxeo significaba. Fue un tipo disciplinado. Juan Manuel fue mejor boxeador fuera del ring que dentro y eso lo ubicó en un nivel distinto .

Para David es el sexto mejor pugilista en la historia del deporte, por debajo de Julio César Chávez, Rubén Olivares, José Nápoles, Ricardo López, Érik Morales.

El legado de Juan Manuel es su clase y su técnica, haciendo un recorrido por todas las divisiones es el mejor contragolpeador .

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¿Imaginaron que llegarían tan lejos en el deporte? Rafael responde: No lo imaginábamos, lo ansiábamos.

Juan Manuel y Rafael son la cuarta pareja de hermanos en lograr obtener un campeonato del mundo. El 23 de febrero del 2002, Márquez se enfrenta a Mark Johnson, en el Mandalay Bay Events Center. Rafael consigue coronarse en el campeón en las 168 libras. Tras celebrar el triunfo. Juan Manuel le pide a Rafael que le presente el calzado con el que había ganado.

Me dijo que traía la buena vibra. Se las llevó y ganó el título mundial , recuerda Rafael. Ambos calzan del mismo número. Juan Manuel se enfrentó al australiano Robbie Peden, en el Palumbo Center, y suma el título pluma.

Rafael no asistía a las peleas de su hermano y viceversa, ni en la etapa amateur, porque siempre quería subirme a dar golpe y lo mismo le pasaba a Juan Manuel , indica Rafael y añade sólo nos decíamos: Haz tu trabajo, no vas de vacaciones. Vas a trabajar, vas a ganar. Haz lo que tengas que hacer. Acá te esperamos .

En los entrenamientos describe Rafael, nos damos unos agarrones y nos dejábamos de hablar, porque peleábamos fuerte .

Se reclamaban porque se habían sacado sangre, por la forma en la que se habían golpeado. Después se pedían perdón. Al final, cuando se podía, disfrutaban de comer bolillo con chiles en vinagre.

yesme.cortes@eleconomista.mx

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