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Raúl Pereda: el PGA Tour es oportunidad y suerte

El golfista tiene claro que su debut en el circuito profesional marca su salida de una etapa de cinco años en el Tour Latinoamérica y es el inicio de la oportunidad para pulir conocimientos y alcanzar su meta: “ser el número 1 del mundo”.

El PGA Tour vive una reingeniería global para ser imán de los mejores golfistas del mundo y mientras esto ocurre, Raúl Pereda recibió la tarjeta para la temporada 2024. Su debut se inserta en una época que él observa como de oportunidad y suerte.

El mexicano de Córdoba, Veracruz y único Tricolor en el PGA Tour atendió a El Economista la semana que recibió la noticia, que llegó cinco años después de competir en el PGA Latinoamérica, circuito donde jugó 42 eventos, sin victorias y con tres top-5. Pereda cerró el 2023 en el lugar número 22 del Tour LATAM y selló su pasaporte al circuito principal, al quedar en cuarto lugar del Torneo Clasificatorio en TPC Sawgrass Country Club, en Jacksonville, Florida. El lugar es tan significativo porque son los campos donde jugaba en su época de universitario, incluso es seguidor del equipo de NFL local, los Jaguars y en ocasiones, se pone la gorra.

“(El contexto actual del PGA Tour) es una oportunidad, hemos visto a muchos jugadores que se han alejado y eso abre puertas ahora que soy un rookie y se puede dar la sorpresa. También es un poco de suerte y ¿qué es la suerte? para mí es donde se encuentra la preparación con la oportunidad. El PGA se ha tambaleado con algunas cosas, pero eso es de ellos, la logística y sus negocios, yo estoy para crecer, ser la mejor versión de mí”.

A los 27 años reconoce que la competencia en el PGA Tour está en el rápido desarrollo de las nuevas generaciones, la condición atlética y en la buena lectura de las estadísticas.

“La preparación de los chicos de 17, 18 o 19 años es más profesional a la que yo tenía hace 10 años, cada vez, los golfistas son una versión más profesional, se crean atletas, vienen mejor preparados con acceso a más herramientas”.

Hace tres meses, Raúl guardó los bastones de golf para una pausa de reflexión. Se cuestionaba por qué los buenos juegos no se reflejaban en títulos. Además, de que la inversión económica pesaba cada año para trasladar a su equipo. Hoy la historia tiene un ‘spin’ diferente y con su llegada al PGA Tour tiene el sueño de llegar a ser número 1 del mundo.

Hay rookies como el sueco Ludvig Aberg, de 24 años, que en su primer año en el PGA (2023) obtuvo la victoria en Sea Island, que le garantiza el estatus de exento hasta la temporada 2025. Otro golfista que dio la sorpresa en su debut fue el estadounidense Eric Cole. Obtuvo el mejor resultado en la Copa FedEx (43), de los 28 novatos de la temporada 2023. Eric, de 35 años, jugó 37 eventos y pasó el corte en 27 de ellos, incluidos dos majors: el PGA Championship y el U.S. Open, así como el Players Championship.

“Respeto las razones por las que cada golfista está en diferentes tours, mi meta es ser el número 1 del mundo y mi camino está en el PGA Tour. Hace 3 meses estaba con los cables quemados, porque jugué tan bien, tantas semanas seguidas sin conseguir victorias, me preguntaba ¿por qué no gano? y ahora, tengo presente que ganar es una meta personal. Todo mi trabajo es en equipo, que me dan las herramientas para que cada tiro sea lo mejor posible”.

Raúl ha comentado que tiene buena comunicación con los mexicanos que han estado en el PGA Tour. Ahora ocupa el lugar vacante que dejó nuestro país, tras la salida de Abraham Ancer y Carlos Ortiz (que cambiaron al LIV Golf). Pereda es el séptimo latinoamericano en la nueva temporada del Tour.

“Tengo mi coach de preparación, me enseña a afrontar las consecuencias, tengo mi coach de juego corto, pero como dice Ancer: ‘deja de practicar un poco en lo que eres bueno y ponte a practicar en lo que no eres tan bueno’. Mientras más lo practicas te sientes más cómodo en la situación. Yo no era bueno con los fierros largos, pero cuando practiqué más horas con ellos, ya siento que tengo la confianza de hacer el tiro. Es enfocarte en lo que hay que pulir”. 

En el hoyo 18 del Dye's Valley Course en TPC Sawgrass, su vida dio un giro. Alrededor del green estaba Klauk, su colega del PGA Tour, Russell Knox y su entrenador universitario, Mike Blackburn. Del pasado 18 de diciembre a la fecha, Raúl interpreta que es un momento que marca “mi salida de una etapa y es el inicio de estar arriba". A partir del 1 enero sabrá las fechas de su agenda de juegos.

“¿Fines de semana libres? Ojalá no tenga ninguno, pero al principio será más pesado, es jugar lo más posible para consolidar y entrar a los torneos más importantes, a los Majors, Players, asegurarlos para que el final de la temporada pueda jugar con más calma y disfrutar más”.

—¿Cuáles son las nuevas herramientas que podrás explorar en el PGA Tour? 

—“Cuando vamos a Ecuador o CDMX que son ciudades en altura, implica cambiar la técnica, el spin o revoluciones por minuto que tiene la pelota al pegarle. Entre más revoluciones, más spin y eso hace que tengas un mejor control de la pelota. Cuando se viaja a la altura, la pelota vuela menos porque tiene menos resistencia al aire, se necesitan más spins para que la bola pueda mantenerse en el aire, sino, la bola se cae. En el PGA Tour están los técnicos cada semana, ajustan los bastones, te dan una pelota diferente a la que no muchos tienen acceso para llegar a esos números. Otra es, si se me rompe un bastón están los técnicos que arman uno nuevo de las mismas especificaciones con las que se juegan. Son cosas que, cuando viajaba a Latinoamérica era con bastones de repuesto. Todo eso influye y hace explotar tu potencial”.

—¿Qué influye más para ti antes de un juego, la estadística o la preparación mental? 

—“Nunca he sido meticuloso con los datos, siempre he sido más supersticioso, por ejemplo, si gané el día que me puse la camisa morada, me la vuelvo a poner, o que si uso una moneda para marcar la bola, o uso un guante. La estadística marca cosas que no vemos. Yo uso Whoop que mide cosas de mis viajes, recuperación, nivel cardiaco, veo los picos tranquilos y estresados de mi día. Cuando estoy más agitado tomo respiros más profundos y me concentro en eso, me mantengo presente. Controlo la ansiedad, que es la incertidumbre al futuro. Me concentro en el ahora, en hacer una buena rutina, tomar una buena decisión, todo lo que pase después de pegarle a la pelota no está en mis manos”.

Raúl Pereda de Córdoba, Veracruz, es el acento que conectará a México con los fields del PGA Tour.

marisol.rojas@eleconomista.mx

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