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Romero lleva a Argentina al Maracaná

Mascherano en la cancha y el guardameta albiceleste fueron clave para que los sudamericanos regresen a una final de Mundial.

Botón Mundial Brasil 2014

El héroe llegó del sitio menos esperado, de una posición ingrata, con el sabor de la superación y la fe. Ayer Argentina tuvo ausencia de certezas de sus delanteros, no fue la calidad y prestigio de Messi, Agüero o Higuaín quien los llevó al triunfo, sino la resistencia y perseverancia de Sergio Romero con la que la albiceleste regresó a una final de copa del mundo luego de 24 años, al detener dos tiros desde el punto penal, para llegar a la cita de Maracaná frente a Alemania.

La batalla entre argentinos y holandeses fue para imponerse en el ánimo y la confianza, no por imponer condiciones futbolísticas. El empate sin goles luego de 90 minutos y la prórroga, dejó como saldo develar la jerarquía de los futbolistas listos para partidos como éstos, líderes omnipresentes en cualquier parte del campo. Ahí los mejores fueron Romero y Mascherano, el auténtico capitán y líder de Argentina.

Si los sudamericanos alargaron su presencia en una final de copa del mundo fue gracias al arquero de Mónaco, quien se mostró sobrio y lleno de confianza una vez que se lanzó para detener el disparo de Ron Vlaar, en el primer disparo de la serie penal.

Y es que Romero bien puede ser el reflejo de la andanza de su selección en el Mundial. Criticado desde el principio por ocupar una posición que según no merecía y sometido al escrutinio por su suplencia en Mónaco, donde apenas jugó nueve partidos en toda la temporada; mientras que Argentina pasaba obstáculos en el Mundial brasileño sin la suficiente autoridad que dicta en un bicampeón mundial.

El equipo de Sabella depende del individualismo y, ahí, fue la figura de Romero la que los rescató del partido para no fallar en las semifinales. En un partido tenso, limitado de emociones y con el peso de la responsabilidad sobre los futbolistas para volverse ídolos o villanos, es cuando se conoce el verdadero temperamento de los protagonistas.

MESSI NO FUE PROTAGONISTA

En esa asignatura falló Messi, pero no así Mascherano y Sergio. El delantero del Barcelona es un espectro cuando la jefatura de la misión le es asignada, apenas unos cuantos desbordes y un par de tiros, pero al final el ordenado esquema de Van Gaal frenó las capacidades individuales de La Pulga, que sólo realizó un disparo a gol en 120 minutos de juego.

No así en Javier, el líder moral y absoluto del equipo, el que dicta las reglas, las respeta y hace respetar entre sus compañeros. Así lo hizo con Sergio Romero justo antes de la serie de disparos que definía al finalista. Como si se tratara de un momento exclusivo para ambos futbolistas, El Jefecito lo tomó de la cabeza y, junto a la suya, dijo el discurso que no salió de la boca del capitán.

Argentina será finalista de Brasil 2014 gracias a la resistencia y carácter infranqueable de las dos figuras que emergieron ayer, una ya comprobada y reconocida en el mediocampista del Barcelona, y la otra fue Sergio, el joven de 27 años que no encontró cabida en club alguno el año pasado.

Así fue el suplicio de Sergio durante la convocatoria de Sabella y los partidos de su selección. Hubo momentos donde me tuve que morder la lengua , confesó el arquero que en todo momento se destaca su suplencia en Francia, ahora de seguro lloverán ofertas al finalista de Brasil 2014.

Por eso el primer disparo que le detuvo a Vlaar provocó una explosión de confianza y autoestima en el arquero. En el cuarto disparo voló al lado izquierdo de su portería para atajar el disparo de Sneijder, que los ponía a un gol de la final en Maracaná.

Aquel momento fue el más feliz en el último año, donde las críticas y su presencia en la banca lo ayudaron a fortalecer su fe. El ojo estuvo muy sobre mí y ya estoy curtido , dijo justo al inicio de la concentración en Ezeiza.

Fue Maxi Rodríguez el autor del último disparo en la serie, que llevó a Argentina a la final del Mundial, pero en el proceso quedó claro que la gratitud debe ser toda para Mascherano, el capitán que cedió la cinta a la figura, pero que indudablemente es el jefe de la albiceleste; y descubrió la fortaleza anímica de Sergio Romero, que llevó a toda una nación a la final más deseada, la de Brasil 2014 en Maracana.

Ahora les espera Alemania, con quienes se han citado ya en dos finales antes. El juego es calificado como un clásico del futbol mundial.

eduardo.hernandez@eleconomista.mx

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