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Selecciones menores, la prueba de estrés a la Mayor
Ricardo Ferretti pone en la cancha a uno de los equipos más jóvenes de la Selección Mexicana, pero ¿cuántos de ellos han tenido experiencias con el Tricolor en categorías juveniles? ¿Por qué es importante que tengan una experiencia así?
Érick Aguirre era un chico tímido, que quería pasar lo más rápido posible de la zona mixta que instalaron en el Centro de Alto Rendimiento de la Federación Mexicana de Futbol. Esa concentración de la selección buscaba el boleto a los juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
Era el 2015 y él era el futbolista más joven de ese grupo con 18 años y seis meses de edad, pero ya sumaba más minutos, partidos y experiencia en selecciones menores, que en su carrera con Morelia, en ese entonces.
“Estoy muy contento por llegar a la Selección olímpica”, decía Érick. Ahora, con el llamado de Ricardo Ferretti está cerca de cumplir todo el proceso de selecciones nacionales, después de pasar por las categorías sub 17, sub 20 y sub 23. Todo depende si debuta en el partido amistoso ante Estados Unidos.
“Lo más importante es la competencia. vivir en esos escenarios de alto estrés les da argumentos para tener mayor control emocional, algo de lo que han carecido nuestros equipos mexicanos en últimas fechas”, dice Raúl Gutiérrez, entrenador en selecciones menores de México, quien dirigió a Érick Aguirre.
La convocatoria que realizó Ricardo Ferretti para los compromisos amistosos ante Uruguay y Estados Unidos no sólo es la más joven en los últimos años, también incluye a 17 jugadores que tienen experiencia en selecciones menores, que han participado en torneos amistosos, convocatorias y que han seguido un proceso —no en todos los casos continuo—, pero que les otorga conocimiento sobre la experiencia de vestir la playera de la selección.
Aguirre, el mediocampista de Pachuca, es el de mayor experiencia: 25 partidos en torneos oficiales, premundiales, mundiales, Juegos Olímpicos y el Torneo de Toulon. Aunque, según explica Raúl Gutiérrez, cada proceso mundialista de dos años para las selecciones menores de México implicaban hasta 50 partidos amistosos, torneos de preparación.
“Son etapas formativas y la edad y los momentos por los que van pasando estos jugadores lo ameritan”, responde el entrenador campeón de la categoría sub 17 en el 2011, sobre el apoyo de disciplinas complementarias para el desarrollo de los jóvenes. Se apoyan de las ramas de nutrición, psicología, expresión en medios.
Los jugadores que actualmente están concentrados al mando del Tuca Ferretti promedian 11 partidos oficiales de experiencia en torneos de categorías juveniles. También enlistan algunos logros, como Alan Pulido, quien estuvo en el tercer lugar de la selección mexicana en el Mundial sub 20 de Colombia 2011; o Raúl Jiménez, campeón olímpico en Londres 2012.
Sin embargo, para algunos jugadores el recorrido hasta la selección mayor ha sido más complicado, como para Javier Abella, quien después de seis años de jugar en Primera División y de ser capitán en las selecciones juveniles de México en la categoría sub 20, apenas recibió su primer llamado por Ricardo Ferretti. Pasó lo mismo con Hugo González y Gibrán Lajud, seleccionados nacionales en sub 17, sub 20 y sub 23, pero que apenas recibieron su segunda y tercera convocatoria para la selección mayor.
“Algunos aprovechan extraordinariamente (la experiencia en selecciones menores) y regresan a sus clubes y se convierten en jugadores importantes; pero la parte importante es que crecieron con este tipo de formación, que se complementa con el trabajo que hacen en sus equipos”, señala Raúl Gutiérrez.
No sólo es un cambio generacional, la selección por fin les da juego a los jugadores que por muchas semanas entrenaron en las canchas del Centro de Alto Rendimiento, donde les tocó convivir y ver entrenar a la mayoría de los jugadores mundialistas en Rusia 2018. Ahora, es momento de que ellos tomen el mando de la selección.