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Steve Kerr, el tacto multicultural y humano de los Warriors

Inteligencia, carisma y resiliencia han convertido a Kerr en uno de los referentes más grandes de la NBA en la actualidad, gracias a su dinastía ganadora con Golden State

Kerr entrenador de la NBA. Foto: AFP

Kerr entrenador de la NBA. Foto: AFP

Para que los grandes nombres se ganen un lugar con letras de oro en las instituciones deportivas, siempre tiene que haber un mentor que sepa canalizar su talento en un legado que trascienda los años. En el caso de los Golden State Warriors, la etapa exitosa de tres títulos de NBA y seis finales en las últimas ocho temporadas no solo se entiende con la presencia de Stephen Curry, Klay Thompson o Draymond Green, sino con una cabeza que ha sabido explotar el jugo de estos y otros jugadores: Steve Kerr.

Kerr es referente de la NBA no solo por sus tres coronas al mando de Golden State (2015, 2017 y 2018), sino por su capacidad para gestionar la personalidad de grandes estrellas como Curry o Kevin Durant. También por su frecuente participación ante los medios para hablar de temas sociales más allá del basquetbol, como el control de armas o el respeto a la multiculturalidad. Es una mezcla de todo lo que le ha formado como humano.

“Steve muestra signos de tener un eneagrama (test de personalidad dirigido desde la psicología) tipo nueve, el de ser un Buscador de Paz, especialmente en su amplia visión del mundo. Ha aprendido que las personas en todas partes son básicamente iguales y tienen objetivos similares”, señaló la artista Elizabeth Wagele (1939-2017) en un artículo para Psichology Today, una revista especializada en terapias y contacto humano.

Antes de la gestión de Kerr como head coach de los Warriors, la institución tenía la mitad de los títulos de su palmarés y cuatro décadas de ausencia de unas Finales de NBA. La revolución que él causó desde el banquillo primero se experimentó dentro de su propia cabeza y corazón, superando episodios de vida como el agarrarse a golpes con Michael Jordan o el perder a su padre en un atentado terrorista.

Esa personalidad también ha llevado a Kerr a ganarse el respeto dentro y fuera de la duela, afirma Fernando Tirado, narrador de la NBA para ESPN y voz oficial de la NBA México durante 14 años, en entrevista con El Economista.

“Kerr es del tipo de entrenadores como Gregg Popovich, que hace crecer al jugador más allá de lo estrictamente deportivo. Un buen ejemplo son las conferencias como la que tuvo previo al juego contra los Mavericks (en Finales de Conferencia 2022), donde habló de la tragedia ocurrida en Texas (tiroteo en una escuela). Es un tipo que da perspectiva a sus jugadores, que tiene un alto IQ basquetbolístico, es muy inteligente y ha sabido hacerse amigo y a la vez ganarse el respeto de sus jugadores. Ha construido una dinastía de una manera en la que no se jugaba en la NBA”.

Como indican las percepciones psicológicas, ese lado de observador y de gestor de Kerr proviene de su familia. Su padre (Malcolm Kerr) fue profesor de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) durante 20 años y después se convirtió en presidente de la Universidad Americana de Beirut, en Líbano, justo donde conoció a su esposa, Ann Zwicker, y procrearon a Steve.

De acuerdo con el periodista deportivo Scott Howard-Cooper, autor del libro ‘Steve Kerr: A life’, el ahora entrenador de los Warriors ya había vivido en Estados Unidos, Medio Oriente, Europa y el norte de África antes de cumplir 16 años, además de que sus padres estaban enfocados a estudios de Medio Oriente, lo que fomentó su personalidad abierta al multiculturalismo y el deseo de conectar con las personas a profundidad.

Sin embargo, un hecho que impactó su vida fue el asesinato de su padre en 1984 frente a sus oficinas de trabajo en Líbano, a cargo de un grupo denominado Guerra Santa Islámica, en pleno proceso de la Guerra Civil Libanesa. Unos días después de esa tragedia, Steve canalizó sus emociones anotando puntos para el equipo de basquetbol de su alma máter, la Universidad de Arizona, lo que comprobó su fuerza para superar adversidades aún siendo muy joven.

“Creo que una forma de unir culturas, de desarrollar confianza entre personas, países y religiones, es a través de la educación, la música, el arte, el baloncesto, las actividades y las alegrías que la gente comparte en todo el mundo, independientemente de su origen étnico u orientación religiosa”, llegó a decir Kerr ya como entrenador de los Warriors.

Y esa percepción la ha aplicado también al manejo de sus jugadores: “Mi trabajo es comprender las circunstancias de cada jugador del equipo, quiero conectarme con ellos. La compasión es uno de nuestros valores fundamentales, debemos tenerla para comprender que todos tienen dificultades en sus vidas, adversidades, y que debes ayudarlos a superarlas”, declaró previo a su participación como entrenador asistente del Dream Team de Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de Tokio.

En sus primeros tres años al mando de los Warriors, su porcentaje de victorias no bajó de .817, una cifra inédita para la franquicia (lo más que se habían acercado fue con un .720 en la temporada 1975-76). Aunque quedó fuera de los playoffs en 2020 y 2021, en la temporada actual retomó el control mental de sus jugadores y después aplicó el estilo de juego que lo llevó a la cumbre en 2015, 2017 y 2018.

“Siempre el conocimiento será la materia prima de un entrenador, porque se puede desgastar el tema de ser alguien que impone. Kerr es un tipo que utiliza muy bien, entre otras cosas, la estadística para demostrar que esto se puede ganar de buena forma con numerología. Los Warriors adaptaron el smallball y el moneyball del beisbol al basquetbol, jugando a los porcentajes. Son maneras de reclutar jugadores cuyas estadísticas sumen a un beneficio colectivo, con eso se encuentra una fórmula matemática de éxito”, apunta Fernando Tirado.

Kerr ganó otros cinco títulos de NBA como jugador (tres con los Chicago Bulls de Michael Jordan y dos más con los San Antonio Spurs) y absorbió lo mejor de entrenadores como Lute Olson, Cotton Fitzsimmons, Lenny Wilkens, Phil Jackson, John Wooden, Mark Jackson y Gregg Popovich, no solo con cuestiones tácticas, sino también en el manejo de grupo.

“Kerr está siguiendo los pasos de Popovich, es de su árbol genealógico. Cuando tienes a una estrella como Steph Curry que se alinea a los principios, que es el primero en centrar el ejemplo, es mucho más fácil coachear, esto le pasaba a Popovich con Tim Duncan (…) Eso habla de lo bien que Kerr administra los egos, en el deporte profesional lo más complicado es construir dinastías, porque el jugador en la siguiente temporada a un título quiere más minutos, más dinero y mejorar sus estadísticas, sin embargo, Kerr ha logrado que todos sumen y se sientan cómodos”.

En su carrera como jugador, Kerr se lio a golpes con Michael Jordan en un entrenamiento de los Bulls en la década de los 90, que no pasó a mayores, pero hizo que se ganara el respeto de Jordan y del resto de sus compañeros. Ese historial, más los títulos ganados, son un plus que le hacen mantener la admiración de sus jugadores ahora en su época como head coach.

Una cuarta estrella con los Warriors en ocho años no solo subiría a la franquicia como la tercera más ganadora de la NBA con siete títulos (aún lejos de los 17 de los Celtics y los Lakers), sino que congregaría el legado de Kerr a otras esferas, apunta el especialista de ESPN.

“Si consigue este título (2022), hay que ponerlo bien arriba, en esa conversación de los mejores entrenadores y quizás como el coach con el impacto más transformativo de los últimos 30 años en la NBA, por la manera en la que estos Warriors han dominado y han demostrado que se debe jugar. Gracias a estos Warriors han desaparecido los centros que juegan de espaldas a la canasta y todo parte de este estilo que ha implantado Steve Kerr, que además tiene un valor muy importante porque siempre se rodea de personas muy inteligentes”.

Es por estas razones que, en diciembre de 2021, Kerr fue nombrado nuevo entrenador en jefe de la selección de Estados Unidos hasta el ciclo para los Juegos Olímpicos de París 2024. Con ello confirma que sigue los pasos de la leyenda de Gregg Popovich, pero también construye la suya, gracias a una mecánica de paz e innovación al mando de los Warriors.

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