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Tecnología modifica el panorama del golf moderno
El avance en herramientas de radar, monitoreo y nuevos materiales, aunado al cambio de enfoque en la preparación de los golfistas, eleva las estadísticas del juego.
La tecnología todavía no acapara todo en el golf. En la actualidad, los jugadores aún hacen swing con el palo por ellos mismos, pero los avances en diseño y materiales de equipo o los dispositivos de monitoreo han tenido un gran impacto en este deporte en las últimas décadas, ayudando a entender el juego desde los datos para potencializar el desempeño y corregir las deficiencias.
En 1997 Tiger Woods registró 268 metros de distancia media con el driver, mientras que, hasta febrero de 2021, Bryson DeChambeau tenía un promedio de 300 metros. En 2020 se registró el promedio más alto de una temporada del PGA Tour con 271 metros.
“La tecnología está ayudando al deporte en estos días, no sólo a los atletas, también a afinar todo, los dispositivos TrackMan, los Quads, Foresight, Flightscope, cosas como esas que te dicen y te dan toda la información sin tener que sentarte a tratar de descifrarlo con tus ojos, tienes una máquina y dispositivos que te dicen en qué trabajar”, dijo a El Economista, Patrick Reed, golfista de 31 años con más de 10 de experiencia como profesional y que se encuentra participando en el World Wide Technology de Mayakoba.
El estadounidense añade: “Todo está progresando, evolucionando y haciendo al juego más fácil de entender. Aunque es un juego muy difícil sin importar cuál dispositivo uses para hacer swings, pero es más fácil de entender qué está causando ciertas cosas, creo que por eso le está permitiendo al golf continuar esforzándose y continuar mejorando”.
DeChambeau es uno de los ejemplos por excelencia del golf moderno. A diferencia de los golfistas de antaño, cuyo uso del gimnasio era un paradigma y no destacaban por sus condiciones físicas, el estadounidense de 26 años encuentra una fuerte relación entre su fortaleza y masa muscular con su swing. Durante el periodo de confinamiento por la pandemia, el número 6 del ranking del PGA Tour mostró estar trabajando en casa con un simulador de golf HD, un monitor de lanzamiento de Flightscope (que sirve para diagnosticar el swing del jugador) y un gimnasio.
Además de los software de datos, el equipo ha evolucionado junto con los enfoques de la nueva generación de golfistas. Por ejemplo, los palos introducen factores como la aerodinámica, el peso de los componentes y mejores varillas de grafito para permitir a los golfistas golpear la pelota por más lejos y más recto.
“Ahora es muy claro que se trata de golpear lo más lejos que se pueda (...) Así es como se enseña ahora. Cuando yo era pequeño lo que trataba era golpear lo más fuerte que se pudiera porque era muy chico y necesitaba eso, pero una vez que crecí y me volví más fuerte, evolucioné de qué tan duro y lejos le pegaba a pegarle relativamente lejos, es una forma de enseñar a los jóvenes. También debo decir que toda la ciencia y matemática de pegarle a la pelota y diferentes técnicas no era algo necesario cuando yo crecía y eso ha cambiado”, añadió Justin Thomas, el golfista de mejor ranking en Mayakoba 2021.
No importa el país en el que se juegue, todos los golfistas del PGA se van dotando de equipo para mejorar sus posibilidades. Sin embargo, Reed encuentra una deficiencia en el uso de la tecnología, que tiene que ver con el acceso a esta, convirtiéndolo en un deporte cada vez más caro de practicar. Tan sólo el dispositivo TrackMan, que utiliza tecnología de radar para proporcionar un abanico de datos sobre el palo en el momento del impacto y el vuelo de la bola, tiene precios que rondan desde los 20,000 dólares, de acuerdo a distintos sitios de internet.
“Creo que lo más importante es tener acceso, creo que es una cosa que todos podrían hacer un poco mejor. El golf es un juego muy caro y muy aislado, es difícil para los niños o para la gente que no puede costearlo, ir a practicar y mejorar en ello. Creo que podría haber más academias y accesibilidad a los campos de golf para niños y otros para ayudar a crecer al juego y utilizar la tecnología, o no usarla, pero permitirles ir a practicar y adentrarse al deporte”, dijo Reed.
De acuerdo a Golf.com, los gastos al año de un golfista profesional se pueden elevar hasta los dos millones de dólares y no incluyen elementos como la tecnología, sino que enlista aspectos como chefs privados, entrenadores, masajes de fisioterapia, entrenadores, hospedajes, viajes y al caddie.
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