Valencia y su inversión en jóvenes sobrevaluados

Cuando Joao Cancelo llegó la temporada pasada a Valencia, apenas registraba 65 minutos en un partido de la Liga portuguesa. Eran los tiempos de la transición al poder de Peter Lim, el empresario que compró 70% de las acciones del club español por 94 millones de euros y que, para la afición de los naranjeros, significaba el dispendio de dinero para competir al más alto nivel del futbol, así como recientemente Chelsea, Manchester City y PSG cambiaron su estatus.

Pero los grandes fichajes no aterrizaron en Valencia, al menos no en cuanto a trayectoria. Cancelo llegó a préstamo por todo el ciclo pasado y una opción de compra por 15 millones de euros. El chico que ahora tiene 21 años tiene un valor, según Transfermarkt, de 2 millones. Significó una inversión de riesgo por 13 millones para el club, por una promesa, una de las múltiples operaciones de Jorge Mendes, el agente más importante del mundo.

Valencia fue el segundo club que más gastó en fichajes para esta temporada, 141.75 millones de euros en 10 transferencias, de las cuales Mendes estuvo involucrado directa o indirectamente en ocho.

Coincidentemente, fueron esos refuerzos los que presentan un sobreprecio la diferencia en el valor como futbolista por el monto del fichaje que suma 73 millones de euros. Un negocio para el agente y Peter Lim, también dueño de Meriton, el holding que administra su fortuna, el club de futbol y los derechos económicos por los traspasos de futbolistas, como Rodrigo, que le costó a Valencia 30 millones de euros y 10 más en variables, cuando en el mercado está tasado en 18 millones.

Casos como los de André Gomes, Danilo Barbosa y el mismo Cancelo alimentan las acusaciones de posible fraude en la administración del Valencia. La inversión en fichajes jóvenes, con baja valoración pero altos en el costo, con menos de 20 partidos en Primera División, significaron un gasto de entre 10 y 15 millones de euros, cuando el mejor valorado llega apenas a 7 millones.

Incluso, los fichajes de los futbolistas antes mencionados superaron la operación que hace tres temporadas realizó Valencia, con la venta de Jordi Alba a Barcelona por 14 millones, cuando ya era titular en su posición tres años atrás, ya con el título con España en la Eurocopa.

Administración desleal, apropiación indebida y déficit societario son las acusaciones que enfrentan Peter Lim y Jorge Mendes. Mediante la compra de futbolistas, propiedad del empresario de Singapur o representados por el agente portugués, con sobreprecio incluido, abonan parte de los 94 millones de euros por la compra del Valencia; incluso, Lim no está obligado a concluir las obras del nuevo Mestalla, el estadio inconcluso del club.

Aymen Abdennour fue el fichaje más costoso, con relación a su valor como futbolista, que realizó Valencia. El defensa tunecino tiene una cotización de 10 millones, pero el club lo compró al Mónaco uno de los clubes con los que Jorge Mendes tiene negocios y relación estrecha por 25 millones de euros.

En la misma ciudad, Levante renunció a una oferta de 65 millones de euros de Robert Sarver, empresario estadounidense dueño de los Phoenix Suns de la NBA, para hacerse del equipo. La fundación de granotas argumentó que querían ser dueños de su historia, de su destino; preferían ser propietarios de un club modesto que esclavos de los deseos de un magnate del entretenimiento.

Valencia, en manos del binomio Lim-Mendes, embargó su historia por fichajes de jóvenes promesas. Hace más de una década, los naranjeros le peleaban el título a Barcelona y Real Madrid; años después, se tienen que conformar como la expansión del negocio de su dueño.