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Violencia presiona por medidas inmediatas y efectivas para estadios seguros

En menos de 24 horas de la pelea campal entre barras del club Querétaro y Atlas en el estadio Corregidora, la Liga MX determinó las primeras sanciones, pero ¿Qué alcance tienen en un país permeado por todo tipo de violencia?

Foto: AFP

Foto: AFP

Parar ya la violencia. Es un objetivo que suena imposible para erradicarla en unos cuantos días o meses de los 17 estadios de futbol de la Liga MX. Las riñas entre barras de aficionados han sido por años y décadas imbatibles por autoridades de los clubes, de la liga y de gobiernos estatales. Hoy se habla de “medidas ejemplares”.

La colisión entre fanáticos de Querétaro y Atlas, en una noche que tiñó de sangre al futbol mexicano en el estadio Corregidora, el pasado sábado 5 de marzo, pone el dedo en la herida de un deporte sumido en la realidad del país, donde cualquier persona puede ser víctima de todo tipo de violencia.

México está en las estadísticas mundiales como uno de los países más peligrosos. El Informe de Human Rights Watch del 2022 habla de problemas como los atentados a defensores de derechos humanos, desapariciones forzadas, abusos contra migrantes, ejecuciones extrajudiciales, violencia de género y ataques contra periodistas.

Mientras que, el Índice de Paz Global 2021 hecho por The Institute for Economics & Peace (IEP) coloca a México en el lugar 140 de 163 países analizados y corresponde a una categoría con nivel de paz “bajo”.

No hay torneo de Liga MX con saldo blanco en peleas entre fans o agresiones con lenguaje verbal. El grito homofóbico es un ejemplo y una batalla que para erradicarlo, le ha costado a la Federación Mexicana de Futbol (FMF) múltiples multas y sanciones. La violencia en los estadios se manifiesta de diferentes formas.

El peligro y atentado a la seguridad de 14,463 fans en el estadio Corregidora, más integrantes de los equipos, medios de comunicación y demás testigos presentes, fue la gota que derramó el vaso para presionar por acciones inmediatas y más efectivas de control. En menos de 24 horas de los hechos, la Liga MX dictó las primeras medidas para acabar con la violencia en los estadios, entre ellas, el presidente Mikel Arriola anticipó que las barras visitantes ya no podrán entrar a los estadios de futbol, permitiendo el acceso sólo a las locales.

 “No es una medida nueva, ya se ha hecho. Pero lejos de resolver el problema, se agudiza más. La medida es contraproducente, porque lo que prohíban a las barras genera resentimiento. Se requiere una estrategia de contención y solución. Prohibirles que no viajen, pues pueden hacerlo sin ir con la barra. Quizá indirectamente, la liga dejó entrever que el equipo ya no costeará el viaje. Es una medida que refleja que se necesitaba dar rápido una salida. Mikel con su experiencia como político, había estado más ocupado en negociar con la MLS (Major Soccer League), que quizá hacer un trabajo multidisciplinario sobre la violencia en los estadios, que les podría ofrecer ahora, un paquete de soluciones o propuestas. No veo que esa medida frene el problema, pero es para apagar fuegos, porque ahora la opinión pública está sensible. Las redes sociales fueron la vitrina en vivo y en directo”, explica a El Economista, el Doctor Hugo Sánchez Gudiño, profesor e investigador de la Facultad de Estudios Superiores Aragón de la UNAM.

La FIFA en su reglas de Fair Play o Juego Limpio considera como violencia dentro o en las inmediaciones de un estadio, a los ataques contra los fans de la oposición, el equipo, la policía o los comisarios, y las expresiones de racismo y discriminación. La FMF dentro de su reglamento de sanciones menciona que si la violencia causa lesiones a personas o se invade la cancha, se contempla, de acuerdo a la severidad de los hechos, veto del estadio y multas monetarias.

¿Qué tanto las multas o castigos corrigen la violencia en los estadios? 

“Está demostrado de manera empírica que sancionar no corrige el problema, pero obliga a los federativos de cuello blanco a pensar en soluciones. Todas las expresiones de violencia, que incluyen al grito homofóbico, tienen un significado especial de 5 años a la fecha, dadas a las reglas del Fair Play, el juego pacífico que ha generado la FIFA, pero antes de ello, se dejaron crecer. Ejemplo, en México, el futbol se abordaba como un ‘juego de hombres’, usando palabras femeninas para bromear de quienes se quejaban del dolor físico.

Ahora que hay una nueva normatividad internacional, se quiere pensar que con un castigo o sanción se resolverá un problema con raíz más cultural y educativa. El futbol es un termómetro social, una caja de resonancia de lo que ocurre en la sociedad, el que castigues o sanciones a alguien no corrige el problema, hay que hacerlo desde la raíz”, analiza el investigador de la UNAM.

Inician las sanciones 

Desde el futbol: 

  1. Las barras visitantes a partir de hoy ya no van a poder ir a los estadios. 
  2. No se podrá jugar en el estadio Corregidora.
  3. Cambiará la política respecto a los grupos de animación.
  4. Mikel Arriola dijo que, sin duda, se podría llegar a la desafiliación de Querétaro.
  5. La Liga Premier tendrá partidos a puerta cerrada. 
  6. La Liga Expansión informó que la jornada 11 se disputará en el calendario ya programado, pero no se admitirán aficionados a los partidos.
  7. Se suspendió la jornada de la Liga MX Femenil y las categorías inferiores.

 Desde el gobierno: 

  1. Se aplicarán exámenes toxicológicos a los involucrados y se darán a conocer los resultados.
  2. Los primeros sancionados por los actos violentos son cinco funcionarios del gobierno estatal, que serán suspendidos por orden del gobernador de Querétaro, Mauricio Kuri. Ellos son: Leonardo Flores Mata, director de Operación Policial; Isaac Pérez Infante, encargado de la Unidad de Campo; Agustín Martínez Ortiz, policía; Carlos Alberto Toscano Mendoza, responsable del Área de Gestión de Riesgos de la Coordinación Estatal de Protección Civil y Carlos Mendoza Martínez, coordinador de Eventos y comisionado para el partido del pasado 5 de marzo.
  3. La empresa G.E.S.K9 fue cancelada de los servicios de seguridad que prestaba al estadio La Corregidora y de los contratos que tenía con el gobierno.
  4. La Ley General de Cultura Física y Deporte establece sanciones que van de seis a cuatro años de prisión a los aficionados que lancen objetos contundentes; ingresen sin autorización a los terrenos de juego y agredan a las personas o causen daños materiales.
  5. Quienes participen activamente en riñas, serán sancionados con seis meses a cuatro años de prisión y de 10 a 60 días de multa.
  6. Se castiga con un año seis meses a cuatro años seis meses de prisión y de 20 a 90 días de multa, a quienes inciten o generen violencia; introduzcan al recinto o a sus instalaciones anexas, armas de fuego, explosivos o cualquier arma prohibida. También, se impondrá la suspensión del derecho a asistir a eventos deportivos hasta por cinco años.
  7.  Según el artículo 155 de esta ley, el padrón de personas sancionadas con suspensión del derecho de asistir a eventos deportivos formará parte de las bases de datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

Crimen organizado en la órbita del futbol 

En hechos recientes, a inicios del 2022, se encendieron las alarmas al temer que el crimen organizado mostraba su presencia en el futbol mexicano. El primero, con los mensajes de amenaza a los directivos de Rayados, tras la participación en el Mundial de Clubes. Hieleras con recortes de las cabezas de los directivos y mantas fueron colocadas fuera del hotel de concentración del equipo en Abu Dhabi en Emiratos Árabes Unidos. Una práctica y forma de comunicación al estilo del narcotráfico. 

Mientras que en Guadalajara, el jugador de las Chivas, Antonio “Pollo” Briseño agradeció la aportación económica a su fundación por parte del “Mencho” Oseguera, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación, uno de los capos más buscados de México. Al respecto, este diario preguntó a la Liga MX sobre una postura y se marginaron del caso, comentando que era un tema que le compete sólo al club.

Las dudas de la filtración del crimen organizado ahora en la riña entre barras de aficionados en el estadio Corregidora abre una carpeta de investigación al respecto. 

“Difícilmente la FMF puede hacer un pronunciamiento (diciendo que hay nexos con el crimen organizado). Hay zonas del país donde los cárteles tienen una influencia en la sociedad civil, en las comunidades y abarca lo deportivo y los equipos de futbol. Entre los líderes de barras hay rivalidad en lo deportivo y delictivo. Es un problema que ya competerá a una autoridad federal, judicial, policial, pero no a la deportiva que no tiene elementos para enfrentar eso y además expondría a sus jugadores y equipos”, señala el académico de la UNAM, Hugo Sánchez. 

De acuerdo a la ONG, Semáforo Delictivo en México 2022, Querétaro y Jalisco están entre los 15 de 32 Estados en foco rojo en delitos de crimen organizado, pues tienen las tasas más altas de homicidio, secuestro, extorsión, narcotráfico y robo de vehículo. Por Querétaro e Hidalgo pasa una red de traficantes de hidrocarburo y fue zona de influencia del Cártel de Santa Rosa de Lima, una organización criminal originaria del estado de Guanajuato. 

En Jalisco opera el Cártel Nueva Generación.

La conducta delictiva y la misma identidad de las barras son una apología de la violencia, en esta ocasión, colisionaron la Resistencia Albiazul y la Barra 51, una afrenta que se estima data desde el 2007, cuando los Gallos Blancos luchaban por no descender.

“Los líderes de las porras al norte del país les llaman ‘capos’ y a las barras le ponen nombres que parecen de cártel y algunos cánticos tienen un aroma de narco-consigna, señales hay. La Federación actualmente no creo que se meta en eso. Con el poder económico de los carteles, basta tener una pequeña pandilla dentro de la barra. Atlas tiene antecedentes de violencia en Jalisco. Querétaro, es un equipo de bajo perfil, pero está en un corredor de un cártel que tomó fuerza en el sexenio anterior (Santa Rosa de Lima), una organización criminal ligada al robo de combustible. No es tan disparatada la información, se cruza con datos de afuera de lo deportivo”. 

Se han hecho campañas de marketing  como Grita México para combatir el grito homofóbico o el de Grita por la Paz, una reacción al conflicto entre Ucrania y Rusia, pero ¿Por qué no combaten la violencia en los estadios?

“Pese a que la Federación para hacer una campaña tiene de recursos, contactos y espacios, han descuidado la parte cultural y analizar al público. Al no hacerlo, la campaña choca, no hace química con ese público con una cultura distinta a lo que dicen sus campañas”, amplía el investigador Hugo Sánchez.

marisol.rojas@eleconomista.mx

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