¿Cómo el desarrollo de las ciudades puede contribuir a combatir el cambio climático? Planificación y gestión, claves para la lucha

Las ciudades pueden influir significativamente en combatir el cambio climático en América Latina y el Caribe, especialmente para protección de su población, pues de acuerdo con estimaciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), 80% de las pérdidas causadas por los desastres naturales en la región se producen en zonas urbanas.

Para el BID, las ciudades bien planificadas y gestionadas pueden ofrecer soluciones para hacerle frente al cambio climático y liderar las transformaciones necesarias para encaminar un mundo más sostenible.

"Aunque los gobiernos nacionales están llamados a gestionar y asegurar la reducción de emisiones nocivas, las ciudades juegan un papel clave para conseguir los objetivos climáticos", se describe en un artículo del BID editado por Daniel Peciña Lopez.

El artículo refiere el compromiso de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y el Acuerdo de País, donde se define que el calentamiento global debe de encontrarse por debajo de 2 grados centígrados, preferiblemente a 1.5 grados centígrados.

En este contexto, el artículo destaca que, a pesar de dichos compromisos, se estima que las actuales contribuciones determinadas a nivel nacional darán como resultado un calentamiento de 2.4 grados centígrados para el 2100.

Para el BID, es importante que las ciudades se involucren en este compromiso, pues actualmente la toma de decisiones a nivel local suele ser más ágil que a nivel federal, lo cual puede ayudar a dar respuesta, de forma oportuna a los desafíos globales.

"Debido a que están en estrecho contacto con los ciudadanos y las empresas locales, los gobiernos subnacionales suelen estar en una mejor posición para influir en el comportamiento de los consumidores y productores, e implementar políticas climáticas a nivel urbano", destaca el artículo.

En este escenario, las ciudades pueden influir en temas que ayudarían a contribuir a reducir las emisiones carbono, tales como:

• Regulación del transporte.
• Construcción de edificios.
• Planificación de espacios.
• Gestión de residuos.
• Asuntos económicos por parte de las autoridades.

Según el artículo, los gobiernos nacionales, junto con los locales, deben promover políticas e incentivos para garantizar que las iniciativas a nivel ciudad tengan los recursos, marcos regulatorios adecuados y la capacidad para lograr un cambio significativo.

"El objetivo de estas políticas es contribuir, de forma conjunta y coordinada, al logro de los compromisos nacionales y de las metas climáticas y ambientales globales", apunta el documento.

Para el BID, es necesario que las ciudades tengan establecidas sus contribuciones determinadas a nivel nacional, por lo que algunas recomendaciones son:

• Involucrar a los gobiernos de las ciudades en el diseño e implementación de metas, por medio de un diálogo fortalecido entre los niveles nacional y local.
• Incorporar los esfuerzos de los gobiernos municipales tanto en el desarrollo como en la actualización de las metas.
• Mejorar la coordinación vertical y la cooperación entre los niveles de gobierno.
• Desarrollar una estrategia marco para la localización de las metas con apoyo conectado para los gobiernos de las ciudades.
• Abordar las interrelaciones entre distintas agendas (por ejemplo, ODS, gestión de riesgos, biodiversidad, planes de desarrollo) y aprovechar las sinergias.
• Establecer planes climáticos locales y apoyar la implementación y el financiamiento local.
• Fortalecer la capacidad técnica y conocimiento a nivel de ciudad, seguido de acceso adecuado a financiamiento.
• Apoyar los esfuerzos conjuntos para la recopilación, procesamiento y uso de datos.

Para el BID estos temas son necesarios que se aborden en la próxima reunión de Alcaldes 2022, en el marco de la Cumbre Mundial Contra el Cambio Climático, que se llevará a cabo en Buenos Aires, Argentina, del 19 al 21 de octubre próximos.