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Política habitacional genera derrama por $1.3 billones; industria pide regreso de subsidios
Las acciones del gobierno se han enfocado en apoyos para la autoconstrucción y mejoramiento, así como en flexibilizar esquemas de las hipotecarias del Estado.
Durante esta administración, distintos organismos gubernamentales enfocados a la vivienda han invertido, entre créditos y apoyos, cerca de 1.3 billones de pesos, en beneficio de más de 11 millones de personas; sin embargo, la construcción habitacional ha tocado fondo debido a distintos factores, entre los que destacan la tramitología, el enfoque del gobierno de apoyar acciones de autoedificación e indicadores económicos coyunturales.
De acuerdo con distintas voces de la industria, si bien la política actual, centrada en dar impulso a la autoconstrucción y acciones de mejoramiento, así como en flexibilizar la colocación de créditos de las hipotecarias del Estado, ayudó a sacar del rezago habitacional a más de 3 millones de personas, es necesario replantear la visión gubernamental al respecto, para atender a la demanda existente y reactivar la construcción de vivienda para los segmentos de más escasos recursos.
“Lo que necesitamos hacer es desregularizar la vivienda, pues actualmente está sobreregularizada. Por ejemplo, en Quintana Roo un desarrollador tiene que hacer dos manifiestos de impacto ambiental, uno federal y otro estatal, idéntico, pero con dos respuestas distintas (en cuestión de tiempos)”, explicó Sergio Leal Aguirre, presidente del Consejo de la desarrolladora Vinte.
“Y si se quiere — agregó — construir vivienda de menos de 450,000 pesos, se necesita dar un subsidio como se hace a nivel mundial. En esta administración quitaron el subsidio (para adquisición de vivienda nueva) y por eso se dejó de hacer vivienda económica; era mejorable el mecanismo, pero tiene que volver porque es la única manera en que no crezca la vivienda irregular”.
Si bien, la industria de la vivienda ha arrastrado números negativos desde antes del inicio de este sexenio, la pandemia del Covid-19 significó un impacto importante del que todavía no se recupera. Según la Cuenta Satélite de Vivienda del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, durante el 2022 el Producto Interno Bruto del sector presentó una disminución de 1.7%, después de un repunte importante de 7% en el 2021 como efecto rebote.
Esto se ha reflejado en la producción de vivienda, que durante este sexenio ha ido en picada. En el 2023 se edificaron 131,048 unidades, el nivel más bajo del registrado en el Registro Único de Vivienda (RUV).
Hacía el futuro
Construir vivienda formal para las personas con menores ingresos ha resultado casi imposible durante el actual gobierno federal, por lo que la industria ha decidido impulsar el retorno de los subsidios y reactivar el segmento habitacional económico.
Al respecto, Luis Alberto Moreno Gómez Monroy, presidente nacional de la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda (Canadevi), indicó que se ha presentado un Plan Nacional de Vivienda ante las candidatas a la presidencia de México.
“Abarca todo el ecosistema propiamente de la vivienda: renta, lotes con servicios, verticalidad, horizontalidad, sustentabilidad, ciudades, entre otros. Buscamos tener acciones en los primeros 100 días del nuevo gobierno; así como objetivos a dos, cinco y 10 años, para dar la pauta para la creación de ciudades adecuadas”, comentó el empresario.
Se estima que, con estas acciones, se podrían producir alrededor de 300,000 viviendas en el primer año del nuevo gobierno.
“Nos tendrían que decir, ahorita, que sí habrá subsidios para que en el 2025 se esté produciendo la vivienda…Ya iniciaron las reuniones y lo han visto con muy buenos ojos, tanto por parte de Xóchitl Gálvez como de la doctora Claudia Sheinbaum, les encanta el plan y estamos esperando hacer la entrega formal (de la propuesta) para avanzar a las etapas de coordinación, implementación y creación de políticas”, declaró el representante empresarial.
Para Jesús Sandoval Armenta, director general de Ruba, “no hay de otra” para atender la demanda, más que el gobierno retome los subsidios para la construcción.
“Desafortunadamente, el subsidio se tergiversó y se hizo mal uso de él en años pasados, ahora no hay ningún apoyo. Se requiere de una política que brinde las condiciones adecuadas para construir vivienda económica entre el sector público y privado, de manera ordenada sin caer en los excesos”, comentó el directivo.
Sandoval Armenta destacó que los empresarios deben ser solidarios y estar dispuestos a recibir márgenes menores en los proyectos habitacionales.
No son suficientes
Para Rodrigo Padilla Quiroz, director general de Banco Inmobiliario Mexicano (BIM), los subsidios son necesarios, no obstante, consideró que no son suficientes para impulsar la producción de vivienda económica, pues dentro de los retos se encuentran la falta de tierra para el desarrollo de nuevos proyectos, la redensificación e incorporar los servicios básicos a los hogares.
“Eso implicaría que se pusieran de acuerdo los tres órdenes de gobierno y que los desarrolladores enfoquen todo su esfuerzo en hacerse más eficientes y, después, el subsidio; porque por sí solo, con el mercado tan complicado, su efecto se va a diluir”, declaró Padilla.
Sustentabilidad de vivienda, uno de los retos de la industria
La vivienda se ha caracterizado por ser uno de los sectores inmobiliarios más rezagados en adopción de prácticas sustentables, por lo que, en el último año diversos jugadores de la industria han tomado medidas al respecto.
En términos de construcción, la desarrolladora Vinte destacó, ya que en diciembre del 2023 concretó un bono sustentable por un monto total de 1,500 millones de pesos en la Bolsa Institucional de Valores. Los recursos serán destinados para financiar proyectos para el desarrollo de comunidades sustentables.Uno de los principales retos para impulsar la vivienda verde es el financiamiento tanto para los desarrolladores, como para los compradores. Enrique Margain, director ejecutivo de Crédito Hipotecario en HSBC, indicó que se debe crear un ecosistema que promueva la sustentabilidad de manera integral, la cual tendría que iniciar con mejores condiciones de crédito para los desarrolladores, así como incentivos gubernamentales fiscales y no fiscales.
“En otros países, la compra de materiales verdes no genera un impuesto, ese puede ser un punto de partida. El objetivo debe ser que las desarrolladoras de vivienda con enfoque sostenible tengan beneficios que se puedan transferir al consumidor final y que adquirir un inmueble de estas características no necesariamente sea más costoso”, comentó el experto.