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¿Se controla la publicidad exterior en la Ciudad de México o el gobierno es más permisivo? Así la visión sobre la nueva normativa al respecto
Expertos señalan discrecionalidad en el nuevo reglamento de este mercado, que mueve cerca de 4,500 millones de pesos anuales, sólo en la capital mexicana
En abril de este 2023 entró en vigor el reglamento de la Ley de Publicidad Exterior de la Ciudad de México, el cual establece que muros, vallas, espectaculares, entre otros espacios destinados a la publicidad y propaganda, deberán contar con una licencia que permita su uso.
De acuerdo con Jorge Carlos Negrete, presidente de la Fundación por el Rescate y Recuperación del Paisaje Urbano (FRRPU), la entrega de estos permisos podría generar un ingreso de alrededor de 200 millones de pesos anuales al gobierno capitalino.
Esta iniciativa es uno de los aciertos del nuevo reglamento, según el especialista, ya que las más de 40 empresas de publicidad que operan en la urbe tienen una década sin pagar derechos por la explotación de los espacios.
Sin embargo, la FRRPU encontró que existen otros aspectos en el reglamento que "dan la percepción de ser verdaderamente permisivo" en cuanto a la instalación de anuncios, incluso en contra de lo que señala la propia Ley.
En este sentido, Negrete insistió en la discrecionalidad que se le otorga a la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi) para determinar la colocación de estos elementos.
"Esta enorme discrecionalidad abre la puerta al amiguismo y la corrupción en una industria que vale 4,500 millones de pesos al año en la Ciudad de México", comentó el presidente de la Fundación.
Publicidad hasta en hospitales
Los puntos que la FRRPU destaca como "dudosos" en cuanto a la operatividad del reglamento y a su uso como una herramienta con el fin de recuperar el paisaje urbano y combatir la contaminación visual.
Por ejemplo, el artículo 20 del reglamento estipula la posibilidad de colocar publicidad en bienes del dominio público, cualquiera que este sea, contrario a la ley, que busca que los lugares de colocación de estructuras publicitarias sean cada vez menos y no más.
Asimismo, Negrete expuso que algunos artículos incitan a la proliferación de más espacios publicitarios y a la implementación de nuevos formatos.
Prueba de ello es el artículo 66 fracción “I”, que permite el uso de mobiliario urbano para publicidad integrada, como mupis para descanso, bancas y sillas, lo que abre la posibilidad de que la colocación de publicidad hasta en los parques.
En tanto, la fracción “II” autoriza anuncios en buzones de correo y la fracción “VII” aprueba la publicidad para la atención de emergencias y protección civil —un formato que no se contemplaba antes—, lo que puede indicar que ya se pueden poner vallas en hospitales y en estaciones de bomberos.
“Combatir la contaminación visual y cuidar el paisaje urbano, como anunció la actual administración capitalina, se contradice con la nueva ley y reglamento de publicidad exterior. No sólo están permitiendo la colocación de anuncios en más espacios urbanos, sino que están creando nuevos formatos”, comentó Jorge Negrete.
Finalmente, el experto recalcó que la saturación de publicidad genera un espacio público desorganizado, caótico, confuso, que tiene repercusiones en la salud de los habitantes de la urbe, al elevar los niveles de estrés, ansiedad o depresión.