Lectura 4:00 min
El futuro energético de los edificios históricos en México
Se estima que ocho de cada 10 construcciones actuales, seguirá en uso para el 2050, por lo que el reto no es menor para un futuro sostenible
La transformación de edificios históricos en espacios energéticamente sostenibles ha comenzado a ganar fuerza en diversas ciudades del mundo y México es parte de esta tendencia. La posibilidad de renovar estas estructuras para que generen más energía de la que consumen plantea tanto desafíos como oportunidades, especialmente en un país con un vasto y diverso patrimonio cultural.
Ciudades como Ciudad de México, Puebla y Guadalajara cuentan con inmuebles históricos que podrían beneficiarse de estas adaptaciones. No obstante, en México, el proceso de modernizar edificios de valor cultural presenta una serie de obstáculos particulares. A diferencia de los edificios nuevos, aquellos construidos antes de mediados del siglo XX suelen estar desprovistos de componentes energéticamente eficientes, lo que hace que cualquier modernización resulte compleja y costosa.
Te puede interesar
El reto inicial consiste en equilibrar la eficiencia energética con la preservación del valor histórico. Europa enfrenta un desafío similar, donde se estima que 75% de los edificios son energéticamente ineficientes y en México, el panorama no es distinto. Edificaciones emblemáticas de la arquitectura colonial y moderna requieren soluciones que respeten su integridad histórica. En ciudades como Oaxaca o Querétaro, por ejemplo, las autoridades locales imponen estrictas regulaciones para proteger la estética y estructura de estos inmuebles, lo cual limita las opciones de adaptación energética, como la instalación de paneles solares o sistemas de climatización avanzados.
A esto se suma una falta de conocimientos técnicos en ciertos sectores de la industria de la construcción en México, lo que complica la aplicación de prácticas adecuadas para la modernización energética en edificios históricos. Es necesario que este tipo de iniciativas cuenten con estándares claros que guíen la adaptación de cada inmueble según sus características y necesidades particulares.
Beneficios ambientales y económicos
A pesar de los desafíos, la renovación energética de edificios históricos ofrece beneficios significativos. Por ejemplo, en Atlanta, la remodelación de un edificio de los años 60 logró reducir las emisiones de carbono a la mitad y desvió 93% de los residuos de construcción de los vertederos. México podría alcanzar resultados similares adaptando esta experiencia a sus propias ciudades históricas.
Las ciudades urbanizadas, como Ciudad de México, generan hasta 60% de las emisiones de carbono provenientes de los edificios, de ahí que transformar estos inmuebles en generadores de energía positiva podría tener un impacto directo en la reducción de la huella ambiental. Según estimaciones, 80% de los edificios actuales seguirá en uso en el 2050, lo que convierte a la renovación energética en una acción crucial para un futuro más sostenible.
Avanzando hacia una renovación sostenible
Para fomentar esta tendencia en México, resulta clave crear un marco normativo que establezca criterios específicos de rendimiento energético aplicables a edificios históricos. Actualmente, las mediciones de eficiencia se concentran en nuevas construcciones, dejando de lado a los inmuebles patrimoniales. Una regulación específica ayudaría a simplificar el proceso de renovación y promovería el uso de tecnologías avanzadas como HVAC, energía solar y bombas de calor.
Además, es fundamental involucrar a las comunidades y propietarios en el proceso de renovación. La falta de incentivos financieros y la percepción de altos costos han frenado estas iniciativas en el país. No obstante, evidenciar ahorros energéticos y beneficios económicos a largo plazo podría alentar a los propietarios a invertir en estos proyectos.
Conclusión
La adaptación de edificios históricos hacia una sostenibilidad energética es una tendencia global en expansión y representa una oportunidad invaluable para México.
Sin embargo, será crucial superar los retos técnicos, normativos y culturales que esta transformación implica. Es necesario establecer un marco regulatorio claro y promover incentivos económicos para asegurar la viabilidad de estos proyectos en el país, al tiempo que se preserva el valor histórico de los edificios.
Este equilibrio entre modernización y conservación permitirá que las ciudades mexicanas mantengan su legado arquitectónico, haciéndolo además resiliente y atractivo frente a los desafíos climáticos del futuro.
** El autor es country manager de ComunidadFeliz.mx en México, destacado por liderar la expansión de la proptech en el mercado mexicano con estrategias innovadoras en ventas y retención de clientes. Su enfoque en metodologías ágiles ha sido clave para optimizar la adquisición y monetización de usuarios. Con experiencia en gestión de riesgos y conservación, Mondaca impulsa la eficiencia operativa y el crecimiento sostenible de la empresa.