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Economía

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10 gráficos sobre la participación de las mujeres en la economía de México

La participación de las mujeres en la sociedad y economía es enorme, pero las condiciones en las que viven, estudian, trabajan y se desarrollan todavía son profundamente desiguales. Adicionalmente, hay mujeres significativamente más vulnerables que otras. El camino para garantizar igualdad de oportunidades todavía es largo, pero es importante visibilizar los pasos avanzados.

Ilustración: Nayelly Tenorio

Ilustración: Nayelly Tenorio

Aunque para garantizar que las mujeres y los hombres vivan en condiciones de igualdad todavía falta un camino largo, lo cierto es que la lucha de las mujeres por sus derechos ha conseguido dar pasos importantes. 

En México, las mujeres tienen una participación activa fundamental en el sector educativo, la salud, los cuidados, el mercado laboral, las tareas del hogar, la ciencia y tecnología y, por su puesto, el mercado laboral.

Aquí 10 gráficos sobre las mujeres mexicanas y su participación socioeconómica:

1. Mujeres que trabajan

La mitad de las mujeres en México forman parte de la fuerza laboral. Al corte del cuatro trimestre del 2022 se registró una tasa de participación femenina de 45.6%, de acuerdo con cifras de la ENOE (Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo) del Inegi.

Este nivel de participación laboral refleja una reintegración consolidada de las mujeres a sus empleos, después de la crisis de trabajo provocada por la Covid-19.

Pese a la recuperación pospandemia, las cifras muestran un estancamiento importante: en 10 años, la tasa de participación femenina no ha logrado incrementar apenas dos puntos. Esto podría explicarse debido a que muchas mujeres no tienen acceso efectivo a derechos básicos como la educación o el desarrollo profesional, además de que destinan mucho más tiempo que los hombres a las tareas del hogar.

2. Mujeres que cuidan, limpian y organizan

Históricamente el trabajo del hogar ha sido minimizado e invisibilizado, aún siendo una de las actividades fundamentales en el funcionamiento de la sociedad y la economía. Y pese a que la lucha de las mujeres —que son quienes desproporcionalmente realizan este trabajo— ha conseguido revolarizarlo, todavía existe una profunda desigualdad. 

Hay dos tipos de trabajo del hogar: el que se realiza en el hogar propio y el que se realiza como empleo en otros hogares de manera remunerada.

En México, las mujeres realizan el 74% de las tareas de limpieza, organización y cuidados dentro de sus hogares, de acuerdo con cifras del Inegi. Y representan el 91% del total de trabajadores remunerados del hogar

3. Mujeres en cargos directivos

La discriminación y los estigmas de género son una realidad que deja a las mujeres en desigualdad de oportunidades laborales respecto de sus pares hombres. La brecha de desigualdad se amplía conforme más alto es el rango del puesto. 

Por ejemplo, en México, las mujeres representan el 63.9% de los trabajadores de la educación y el 55.7% de los oficinistas, pero si se consideran los funcionarios y directivos las mujeres son apenas el 39.2% del total, según las más recientes cifras de la ENOE.

Pese a la evidencia que existe sobre cómo las empresas dirigidas por mujeres tienen mayor productividad, éste es todavía uno de los retos más importantes en la lucha por la igualdad de género: erradicar los estereotipos y las barreras que enfrentan las mujeres para estar en posiciones de liderazgo.

4. Mujeres en la administración pública

Aún con las cuotas de género que se han implementado en la administración pública federal, la desigualdad de género persiste en materia laboral. Las mujeres son incluso mayoría en puestos operativos o de enlace, pero sólo cuatro de cada 10 mujeres tienen un cargo directivo en el sector público. 

La brecha se profundiza particularmente en el grupo de personal militar, donde sólo 6 de cada 100 colaboradores son mujeres, según cifras de la Secretaría de la Función Pública citadas por el IMCO. 

5. Mujeres en micro y pequeñas empresas

Las micro y pequeñas empresas aportan alrededor del 50% al PIB de México, estos pequeños negocios y generan 7 de cada 10 empleos en el país. Y las mujeres representan el 40% del total de la fuerza laboral en estas unidades.

Este tipo de negocios, que van desde puestos de comida sin local, comerciantes ambulantes en las calles y hasta locales de ropa constituidos formalmente, son una de las principales fuentes de empleo para las mujeres.

La participación femenina en estos empleos puede explicarse porque tienden a ser ocupaciones más flexibles en materia de horarios y condiciones.

6. Mujeres en distintos sectores de la economía

Cada vez son más las mujeres que se integran al mercado laboral, lo que se traduce en ingresos por trabajo, oportunidades de desarrollo profesional e independencia económica. Sin embargo, todavía hay sectores desproporcionalmente dominados por hombres. 

El sector financiero es uno de ellos, sólo 7 de cada 100 mujeres que trabajan, lo hacen en este sector, de acuerdo con información de la ENOE. Otros sectores con baja participación laboral de mujeres son el de transportes y correos, construcción y agricultura.

Por su parte, el comercio y la industria manufacturera dan empleo a poco más del 40% de todas las mujeres que trabajan.

7. Mujeres con educación superior

Contrario a lo que podría sugerir el mercado laboral, en México las mujeres estudian —en promedio— más que los hombres. Al corte de 2022, las mujeres representaron poco más del 55% de los nuevos profesionistas jóvenes

Aunque no existen cifras oficiales sobre los estudiantes graduados de la educación  superior desglosados por género, algunas universidades públicas sí tienen reportes históricos de esta data.

Y, según cifras de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México), las mujeres representan más de la mitad de los alumnos egresados de la licenciatura. Esta tendencia se ha mantenido constante por dos décadas.

8. Mujeres haciendo ciencia y tecnología

La investigación científica es uno de los rubros en los que las mujeres y sus aportes han sido más invisibilizados históricamente. Esta situación ha cambiado en los años recientes, pero va a paso lento. 

Por eso, es importantísimo abrir espacios que reconozcan el trabajo de las mujeres que hacen ciencia. En México, las mujeres representan cerca del 38% del total de investigadores en el SNI (Sistema Nacional de Investigadores) del Conacyt. 

Las ciencias sociales y de humanidades son las principales áreas de estudio de las investigadoras, pero un 17.3% se encuentran haciendo ciencia biológica y química, un 8.8% se especializa en física, matemáticas y ciencias de la tierra y otro 8.5% en las ingenierías.

9. Mujeres jefas de hogar y sus ingresos

Los ingresos por trabajo representan apenas la mitad de los ingresos totales en hogares dirigidos por una mujer, el 50% restante se divide entre transferencias de otras personas o del gobierno, alquiler de vivienda o rentas de otras propiedades, de acuerdo con cifras de la ENIGH (Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares) del Inegi. 

Esto es importante porque refleja que la mitad del dinero que tienen las familias con jefatura de una mujer no dependen sólo de su trabajo; son ingresos inciertos. Esta vulnerabilidad puede profundizarse si se considera a la población más pobre o rural.

10. Mujeres jefas de hogar y sus gastos

Las familias con una jefa mujer gastan 4 de cada 10 pesos que tienen (37.9%) sólo en alimentación del hogar, su principal destino de gasto.

Otro 17.4% se va gastos en transporte público o privado, un 12.0% a la vivienda y los servicios básicos como agua, gas y luz y el 8.5% a artículos de higiene y cuidado personal. 

Esto refleja que, en total, los hogares con jefatura de una mujer destinan 76 de cada 100 pesos que ingresan sólo a bienes y servicios de la canasta mínima. Esto implica que si una familia de este grupo ingresa 1,000 pesos a la semana sólo tendría 240 disponibles para utilizar en educación, salud, entretenimiento o cultura. 

Todavía hay camino por recorrer

La participación de las mujeres en la sociedad y economía es enorme, pero las condiciones en las que viven, estudian, trabajan y se desarrollan todavía son profundamente desiguales. Adicionalmente, hay mujeres significativamente más vulnerables que otras. El camino para garantizar igualdad de oportunidades todavía es largo, pero es importante visibilizar los pasos avanzados.

Economista por la Universidad Nacional Autónoma de México. Periodista especializada en género, derechos humanos, justicia social y desarrollo económico.

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