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Al cierre del 2022, zona euro libró la recesión
El PIB de los 20 países que utilizan el euro logró un crecimiento de 0.1% en el último trimestre del 2022 y de 3.5% anual, pero persisten los riesgos para el 2023.
La economía de la zona euro creció 0.1% en el cuarto trimestre del 2022, una cifra que aleja la perspectiva de una recesión que parecía inminente, sin embargo, sugiere un crecimiento frágil en el presente año.
Eurostat, agencia europea de estadísticas, señaló que el resultado del cuarto trimestre representa un leve retroceso con relación al tercer trimestre, que registró un avance de 0.3 por ciento.
En el conjunto del 2022, el Producto Interno Bruto (PIB) de la zona euro avanzó 3.5%, informó Eurostat. Este crecimiento resulta más elevado que el registrado en el 2022 para China (3.0%) y Estados Unidos (2.1 por ciento).
El escenario difícil del 2022 (guerra en Ucrania, alta inflación y crisis energética) genera una expectativa gris para la economía europea para este año.
Paolo Gentiloni, comisario europeo de Economía, celebró la noticia. “La zona euro evitó una contracción en el último trimestre del 2022. Seguimos enfrentándonos a múltiples desafíos, pero las perspectivas para este año parecen un poco más prometedoras hoy que en otoño”, escribió en su cuenta de Twitter.
Analistas coincidieron en que el crecimiento es aún muy incipiente y que podrá mantenerse de esa forma en lo que resta del 2023, o bien retornar a un escenario de recesión.
Para la consultora Oxford Economics, la economía evitó una contracción en el cuarto trimestre del 2022 pero el crecimiento fue muy débil.
La consultora dijo que revisará al alza su previsión para el 2023 tomando en cuenta las cifras de ayer pero señaló que es probable que el crecimiento anual se mantenga débil.
Bert Colijn, economista del banco ING, señaló que es probable que se enmascare una contracción en el gasto de los hogares.
“Se han evitado los peores escenarios para este invierno, pero la economía sigue estancada (…) La zona euro escapó de la recesión con lo justo pero la mayoría de las economías europeas están estancadas o cerca del crecimiento cero”, dijo Colijn.
Por ejemplo, el PIB de Italia se contrajo 0.1% en el último trimestre del 2022, mientras que en términos anuales creció 1.7% en el mismo periodo, lo que hace pensar en que se presentará una recesión en la tercera economía de la zona euro.
Misma suerte con Alemania, cuya economía se contrajo 0.2% en el último trimestre y se expandió 1.8% en todo el año pasado, informó el lunes la agencia de estadísticas, Destatis. En este caso el consumo de los hogares fue el principal motor de la actividad económica, sin embargo, se ha debilitado desde diciembre.
El país que mejor resistió el año pasado fue Francia, ya que su PIB incrementó 2.6% en el 2022, mientras que en el cuarto trimestre apenas logró crecer 0.1%; sin embargo, no son motivos de celebración, según especialistas.
“Es una resistencia de fachada (…) El consumo va mal y las importaciones caen tanto que no es buena señal: la demanda interna sigue muy débil”, comentó a AFP, Maxime Darmet, economista de Allianz Trade.
El comercio exterior contribuyó al crecimiento. Las importaciones retrocedieron mucho más que las exportaciones, aunque se espera un déficit comercial récord para el conjunto del 2022.
El inicio del 2023 se anuncia difícil para Francia. La inflación continuaría su progresión hasta un pico de alrededor de 7% en el primer trimestre, alimentado por el fin a las ayudas al combustible y a nuevas alzas de la energía, según el Insee.