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De los mexicanos, 95% usa efectivo; erradicarlo, un objetivo del próximo gobierno
El tema de la erradicación del uso del efectivo en México volvió a salir a la luz la semana pasada cuando el próximo jefe de la Oficina de la Presidencia, Alfonso Romo, reveló que una de las prioridades de la siguiente administración será eliminarlo de la economía.
El tema de la erradicación del uso del efectivo en México volvió a salir a la luz la semana pasada cuando el próximo jefe de la Oficina de la Presidencia, Alfonso Romo, reveló que una de las prioridades de la siguiente administración será eliminarlo de la economía, principalmente para combatir con ello la informalidad y la corrupción.
“Hay que quitar el efectivo de la economía para poder combatir la corrupción, para traer personas a la economía formal. Este proyecto lo está haciendo la nación, la Asociación de Bancos de México (ABM), estamos invitando a todo el mundo, va a ser un proyecto que puede cambiar radicalmente, no nada más el perfil del sector financiero, sino también vamos a erradicar (...) la corrupción”, explicó el empresario en un foro organizado por Banorte.
En la actualidad, casi la totalidad de la población realiza sus transacciones diarias con efectivo.
De acuerdo con el Banco de México (Banxico) hace cinco años 95% de la población acostumbraba pagar en efectivo sus gastos personales como transporte, alimentos y despensa; mientras que respecto a otros medios de pago, 8% pagaba con tarjeta de débito, 4% con tarjeta de crédito y un porcentaje similar con vales de despensa.
“Actualmente esta distribución porcentual en los hábitos de pago no ha tenido una variación considerable, ya que 95% sigue pagando en efectivo, 10% con tarjeta de débito, 5% con tarjeta de crédito y un porcentaje similar con vales de despensa”, refiere el documento Resultados de Estudios Cuantitativos y Cualitativos sobre Efectivo 2017.
Directivos del propio Banxico han señalado que el uso del efectivo en México no sólo se mantiene, sino que así seguirá en los siguientes años.
En su documento Provisión de Efectivo, el banco central explica que las principales variables que afectan el comportamiento de la demanda por billetes y monedas se pueden dividir en las que responden a factores económicos y las que responden a estacionales.
“Conforme se acercan las fiestas navideñas, por ejemplo, la utilización de los billetes y monedas aumenta sustancialmente. El crecimiento comienza a mediados de noviembre y llega a su punto más alto, generalmente unos días antes de Navidad”, refiere.
No es un tema nuevo
La erradicación del efectivo en la economía mexicana no es un tema nuevo. La ABM ya lo ha puesto en la mesa desde hace tiempo. El argumento de este gremio ha sido que la producción, el traslado y las operaciones con efectivo resultan costosos e inseguros.
Jorge Sánchez Tello, de la Fundación de Estudios Financieros (Fundef), considera que la propuesta de reducir el uso del efectivo en la economía nacional es importante porque con ello se ayudaría a combatir la corrupción y la evasión fiscal.
“Los bancos tienen que poner de su parte y continuar con el proceso de digitalización. La sociedad debe estar preparada para este cambio, porque cada vez se usa más tarjeta de débito y crédito como medio de pago”, expresa.
Beneficios
El argumento principal para buscar la erradicación del uso del efectivo en la economía nacional es combatir la corrupción al evitarse con ello un manejo sospechoso de los billetes.
Sin embargo, hay otros beneficios que se conseguirían. En el documento Reducción de uso del efectivo e inclusión financiera, del Instituto Mexicano de la Competitividad (Imco), se explica que otros efectos positivos serían, en el corto plazo, incrementar el ahorro y disminuir los costos de transacción en el consumo y manejo de efectivo; en el mediano, mayores ingresos fiscales, transitar hacia la formalidad, y en el largo, combatir actividades ilícitas como la corrupción.
Países a la vanguardia
El mismo documento del Imco señala que hay países desarrollados cuyo uso de tarjetas de crédito ha rebasado o está por rebasar al de efectivo; mientras que países con menor infraestructura bancaria e inclusión financiera han utilizado la tecnología para llevar servicios a más personas, valiéndose de medios electrónicos de pagos y transferencias.