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Economía vuelve a prender motores; habría crecido 0.3% en febrero
El impulso mensual provino del avance de las actividades secundarias y del sector de los servicios; expertos señalan que el crecimiento del primer trimestre será muy bajo frente a lo visto el año pasado.
La economía mexicana volvió a prender los motores en febrero, al mostrar una expansión luego de dos meses en donde se observó un enfriamiento, de acuerdo con la información divulgada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Los datos de febrero del Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE), que busca dar una estimación mensual respecto a la evolución de la economía, mostró un repunte de 0.3% mensual en febrero, ello luego de que en diciembre y enero pasados no mostrara variación alguna.
En su comparación a tasa anual, se espera que la economía mexicana muestre un crecimiento de 2.4% en febrero, mayor a la tasa de 2.2% que se estimó para enero.
Pese a la aceleración observada en el segundo mes del año, Gabriela Siller, directora de Análisis Económico y Financiero de Banco Base, señaló que el crecimiento del primer trimestre será muy bajo en comparación con lo visto el año pasado.
Incluso, asumiendo que en marzo se observara un crecimiento mensual similar al de febrero (0.29%), en el trimestre el Producto Interno Bruto (PIB) mostraría un crecimiento cercano a 0.14% trimestral y 2.11% anual, que de materializarse sería la menor tasa de crecimiento anual desde el cuarto trimestre del 2021, que fue de 1.96%”, explicó la analista de Banco Base.
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) tiene un estimado de crecimiento puntual, para todo el año de 3.0%, lo cual para algunas instituciones y analistas es bastante optimista, ya que las proyecciones rondan entre 2 y 2.5 por ciento.
“Para el 2024, la fortaleza económica de México continuará. Esperamos un crecimiento entre 2.5 y 3.5%, superando por cuarto año consecutivo el promedio histórico del país”, señaló en semanas pasadas Gabriel Yorio, subsecretario de Hacienda y Crédito Público.
La fortaleza económica de este año se espera que sea impulsada, otra vez, por el consumo interno, así como de mayores inversiones ante el llamado nearshoring, es decir, la relocalización de empresas en el país.
Impulsos
El impulso mensual de febrero se debió al avance de los dos sectores de la economía que analiza el IOAE: las actividades secundarias, donde se encuentran las industrias, así como el sector terciario, en donde se engloban los servicios.
En el caso de las actividades secundarias, que representan más de 30% de la economía mexicana, el IOAE arrojó una estimación de crecimiento de 0.3% mensual, ligeramente por debajo del estimado de 0.4% de enero.
En tanto, para las actividades terciarias, que representan poco más de seis de cada 10 pesos que se producen en el país, habría un rebote.
Mientras que para enero se prevé un estancamiento de 0.0%, para febrero los servicios presentarían una variación de 0.3 por ciento.
Los riesgos
Si bien es cierto que la economía ha presentado cierta estabilidad, existen algunos elementos presentes este año que pueden poner en riesgo su dinamismo.
Hace unos días, el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) –que tiene un estimado de crecimiento económico de 2.4%– señaló tres riesgos para la actividad económica: la situación financiera de Petróleos Mexicanos (Pemex), la sequía en diversas partes del país y del mundo, así como la amenaza de imposición de aranceles al acero y aluminio por parte de Estados Unidos.
En el caso de Pemex, una petrolera que en este sexenio ha recibido alrededor de 1.8 billones de pesos en apoyos y transferencias, de no mejorar su generación de efectivo, requerirá de mayores apoyos por parte del gobierno, dinero que podría usarse en otros gastos prioritarios.
“A finales de febrero, la empresa (Pemex) publicó sus cifras preliminares de cierre del 2023, las cuales muestran un deterioro en su generación de flujo de efectivo a pesar de los altos precios del petróleo y fuertes apoyos por parte del gobierno federal”, aseveró el IMEF.
En tanto, el Banco de México cuyo estimado de crecimiento para este año es de 2.8%, ve riesgos en una menor demanda externa, particularmente de Estados Unidos; escalamiento de los conflictos geopolíticos existentes; condiciones financieras astringentes y volatilidad en los mercados; menor impulso a la actividad económica por medio del gasto público; menor recuperación del gasto de inversión de lo esperado; así como los efectos del cambio climático.